Estas fueron las palabras que un presidente municipal de la zona de Tehuacán expresó al ejecutivo estatal en días pasados. Y es que efectivamente el Subsecretario Juan Carlos Lastiri Quiroz solicitó a un grupo de ediles de la mixteca y sierra negra una reunión en la que le expresaran un “abierto apoyo” en sus aspiraciones a la gubernatura.

 

Los ediles del tricolor, que se han vuelto verdaderas prostitutas de la simulación política, de inmediato aceptaron. Recibieron al suspirante y le manifestaron una “firme adhesión”. Pero inmediatamente después de terminada la reunión le marcaron al gobernador Gali Fayad para informar los detalles y pormenores.

 

Esto no es algo nuevo. Fue exactamente lo mismo que sucedió en la campaña del año 2016 con Blanca Alcalá Ruíz. Las más grandes y notorias traiciones que recibió la malograda candidata fueron precisamente de los presidentes municipales priistas.

 

El caso de Santiago Miahuatlán fue grotesco. Mientras el edil Luis Flores acompañaba a Alcalá en sus giras, su esposa, la presidenta del sistema municipal DIF, Blanca Escamilla Huitrón apoyaba públicamente a Gali Fayad. Sin duda un matrimonio “muy plural”.

 

Otra escena en verdad propia de una tragicomedia ocurrió en la cabecera municipal de Ajalpan donde la abanderada Alcalá gritaba y se desgañitaba diciendo: “!Gobernador no pone gobernador! y les vamos a demostrar que el PRI si puede ¡Sí se puede, Sí se puede!”. Mientras a sus espaldas una docena de alcaldes hacía esfuerzos sobrehumanos por contener la risa. Solo se codeaban entre ellos burlándose de las estériles arengas de la señora Alcalá.

 

Hoy se repite la misma película, solo que en lugar de Blanca está Juan Carlos Lastiri quien recibe la simulación y la falsedad de los ediles priistas.

 

Para ellos no hay Comisión de Honor y Justicia; nunca se van a ir a subir a un templete de oposición como hizo Alejandro Armenta Mier; tampoco van a ser expulsados por César Camacho Quiroz. Frente a los micrófonos ellos se seguirán ostentando como priistas, pero por debajo del escritorio servirán –sin reservas-, al morenogalicismo.

 

La alianza entre Enrique Doger Guerrero y Juan Carlos Lastiri entraña una muy probable fórmula electoral. El médico iría en búsqueda de la presidencia municipal, en tanto que el zacateco se arrojaría en pos de la gubernatura.

 

La idea es impecable, propia de la inteligencia dogerista. El delegado del IMSS tiene un capital político en la ciudad de Puebla; es un protagonista reconocido y acreditado; conoce el entramado de la capital como nadie. Por todo esto tendría grandes posibilidades de triunfar habida cuenta de que el morenogalicismo no cuenta con cuadros fuertes para retener el control del Charlie Hall.     

 

En contrario sensu, Lastiri no tiene verdaderos aliados en el estado; la inmensa mayoría son ediles simuladores y traidores; su prestigio está más que cuestionado y en Casa Puebla tienen un enorme expediente negro de su función pública.

 

Con la virtual expulsión de Alejandro Armenta el camino se allana para una hipotética fórmula Doger – Lastiri. Sin embargo en el terreno de juego, en el campo de batalla los escenarios electorales que enfrentarían cada uno de ellos serían radicalmente distintos.

 

En realidad Lastiri está iniciando un show cómico-trágico-musical, propio del teatro de revista que protagonizó la legendaria alburera Carmen Salinas. En un minuto estallaba en estrepitosas carcajadas, para en el siguiente llorar la tragedia guardada, todo bajo los sones de una banda.

 

Por el mismo camino va el Subsecretario. Al tiempo.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., sin mx.