Lunes, 06 de Mayo del 2024
Martes, 24 Octubre 2017 17:43

El mejor de todos los priístas

El mejor de todos los priístas Escrito Por :   David Peral Rodríguez

Ya sabemos que el resentimiento en política nunca lleva a buen puerto, menos si se está asesorado por personajes que todavía creen que las sentencias de Thomas Piketty deben ser llevadas a la práctica y que los poemas de Neruda son mucho mejores -así de simples y necios-  que los de Ezra Pound. Y así llegó la ola de tuits, las ruedas de prensa, las declaraciones. Grabadoras por aquí, ciento cuarenta caracteres por allá y el pobre Enrique cavando aún más su funesta tumba. El mesías no lo iba perdonar, sino lo hizo con Monreal, como lo haría por nuestro ilustrísimo exrector de la UDLAP.


En silencio, con los ojos clavados en la pantalla de ese smartphone que en mejores tiempos recibía órdenes y acaso algunos halagos del mesías. Con las manos frías y temblorosas que sostenía aquel aparato que hacía la función de ave de mal agüero. Pensó de inmediato en Fer, él podría ser su salvavidas, por lo menos podría ser un bálsamo de esperanza, el teléfono repico, una, dos, tres llamadas y ninguna respuesta, sólo se escuchaba en el auricular la voz robotizada de algún buzón. Inundado por el pánico y lleno de desahucio, pensó en su paso efímero por los anales de la política poblana, seguía pensando que los desayunos por la mixteca eran una gran estrategia, pues el café y el jugo de naranja podrían sustituir a la siempre fiel tamaliza, pensó en el mensaje diferente, académico, lleno de profesionalismo que lanzaba a su foro de veinte personas, a veces treinta, pero estaba bien, el siempre buscó calidad antes que cantidad, al menos en el mundo feliz de Aldous Huxley eso era cierto, pero en el mundo de la política poblana ni el mensaje, ni los desayunos, ni la academia, ni la imagen pulcra podrían contra la vieja maquinaria -tan aceitada en estos tiempos- de la imposición, del dedazo, de la practica tan criticada por el mesías y que tanto le gusta.

 

Enrique, se quedó con la mirada absorta, con los labios resecos y sobre todo con resentimiento.

 

Ya sabemos que el resentimiento en política nunca lleva a buen puerto, menos si se está asesorado por personajes que todavía creen que las sentencias de Thomas Piketty deben ser llevadas a la práctica y que los poemas de Neruda son mucho mejores -así de simples y necios-  que los de Ezra Pound. Y así llegó la ola de tuits, las ruedas de prensa, las declaraciones. Grabadoras por aquí, ciento cuarenta caracteres por allá y el pobre Enrique cavando aún más su funesta tumba. El mesías no lo iba perdonar, sino lo hizo con Monreal, como lo haría por nuestro ilustrísimo exrector de la UDLAP.

 

Andrés, ese tabasqueño colorido es el mejor de todos los priístas, sí, de los priistas dinosaurios; el personifica lo peor del partidazo, el mejor que nadie aprendió muy bien las viejas prácticas ponzoñosas y autoritarias. Andrés Manuel siempre habla de la mafia del poder y es que acaso él sea uno de sus mejores capos. En su partido no existe la democracia, solo la simulación; en su partido solo existen infortunios oligárquicos y de vez en cuando sacrifica piezas importantes para mantener a esos dinosaurios que le sabrán operar votos y quizá uno que otro adepto a su nueva mafia. Pareciera ser que Andrés Manuel solo juega a los dados con sus fieles devotos, pareciera que Andrés aprendió muy bien de Echeverria, de Díaz Ordaz, de Portillo.

 

Hoy, el dinosaurio Barbosa es el flamante coordinador estatal de organización de MORENA en Puebla, eso le da -en teoría- una ventaja extraordinaria para ser el candidato a gobernador por MORENA. Andrés jugó, otra vez, con los sentimientos de los alfiles, otra vez, su dedo mágico señaló quien sería el ungido por la divinidad tropical. Andrés Manuel, nuevamente, decidió y todos tienen que agachar la cabeza, aceptar y felicitar como lo hizo Armenta -de manera ridícula- al ungido por la mafia tropicalizada del poder. 

 

Carlos Fuentes a través de su mítico personaje Artemio Cruz, escribió:

 

“Todos hemos sido responsables. Nos hemos dejado dividir y dirigir por los concupiscentes, los ambiciosos, los mediocres. Los que quieren una revolución de verdad, radical, intransigente, son por desgracia hombres ignorantes y sangrientos. Y los letrados sólo quieren una revolución a medias, compatible con lo único que les interesa: medrar, vivir bien, sustituir a la élite de don Porfirio. Ahí está el drama de México…”

 

Andrés Manuel, quizá busca sustituir a la élite de Don Porfirio y para ello tiene que cortar y ofrecer tantas cabezas para que el siempre salga triunfante a justificar sus traiciones con un discurso lleno de demagogia, con aplausos y claro, faltaba más, con su dosis fuerte de populismo. El drama de México tiene nombre y apellido y hoy por hoy es el mejor priísta de todos los tiempos.

 

 

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