Y es que acaso los familiares de aquella chica risueña, con sueños por delante, con un futuro incierto, aseguraban que aquel momento atroz no podía estar ocurriendo. Lo más triste es que su caso se convertía en una cifra de esa fría estadística que azota todos los días a la tan lastimada ciudadanía poblana.
Mara Castilla encontró -o la obligaron a encontrar- su funesta muerte el 7 de septiembre de este año, por desgracia, las autoridades al notarse rebasadas por su ineficiencia, por su pusilanimidad intentaron tapar el sol con un dedo. Culparon a Cabify, sin entender, que esta empresa facilito la captura del presunto feminicida con la tecnología de geolocalización. Intentaron darle carpetazo al asunto con la tragedia del sismo del 19 de septiembre, hicieron marometas y nada resulto para evitar que se notara -aún más- su franca ineficacia para proteger a los poblanos.
Marcela Lagarde, la feminista reconocida entre tantas cosas por tipificar de manera ejemplar al feminicidio en nuestro país, nos da una catedra magistral en su libro ‘Los cautiverios de las mujeres’ de la violencia que sufren las mujeres en un país tan machista como lo es el mexicano, explica de manera precisa el gran dilema sociológico que las mujeres sufren día a día. Marcela juguetea con la ironía y la psicología y a nosotros los hombres nos pica la burbuja del privilegio y provoca que terminemos convulsos al finalizar la lectura. Y es precisamente Marcela Lagarde la que de un modo peculiar explica que el peor enemigo de las mujeres siempre será la abnegación y sumisión a los sistemas patriarcales, pero también, a sus acciones tan radicales.
Y es aquí donde se encuentra el dilema del feminismo en nuestro país; existen tantas corrientes dentro del feminismo que en realidad no se extrae un criterio contundente para beneficio de la sociedad. Por un lado, están las lesbofeministas separatistas quienes culpan a los penes de toda su desgracia y rechazan toda idea que tenga que ver con falos y evidentemente hombres. Por el otro se encuentran las feministas de la diferencia, quienes en su corriente son moderadas y aceptan la pluralidad de ideas, quizá aquí se encuentre la reconocida Marta Lamas. Sin embargo, de entre todas las corrientes no existe una que se ponga de acuerdo, ni siquiera en el concepto de feminismo se puede establecer un equilibrio y si a eso le agregamos que nuestro gobierno es ineficaz e irresponsable a la hora de evitar violencia de género y prefiere lanzar campañas de internet en vez de emitir la alerta de género, porque según Tony Gali es innecesaria esta alerta, la violencia seguirá aumentando y las únicas perjudicadas serán siempre las mujeres.
Es indignante ver que algunos medios locales su ignorancia sea tan atrevida y aseguren que el asesinato de la estudiante de derecho quien fue asaltada en la colonia Prados Agua Azul sea un feminicidio. La perspectiva de genero debe estar en todos lados y en todo medio, por desgracia, no es así. Y allí tenemos a políticos riendo y emulando la frase de Diego Fernández de Ceballos ‘el viejerío’, allí tenemos a diputadas que aseguran que si matan a las mujeres es porque “ellas lo buscan” y así nuestra tragicomedia mexicana. Escuchaba en un conocido café de la ciudad de Puebla a un muchacho decir: “A las viejas las matan por putas, por pendejas, por tener vagina y senos ¿Quién les manda a nacer mujeres?” Yo, al sentirme indignado lo mire fijamente y me reto a golpes, solo asentí y reflexioné un momento. Al final los hombres también somos víctimas de esa anticuada mística idea machista, así más o menos lo escribió Betty Friedan y cuánta razón tenía. Las masculinidades son apabullantes y mientras no combatamos con ellas, más hombres seguirán sintiéndose con el derecho de golpear, mutilar y asesinar a mujeres.
Querido lector, es tiempo de que reflexionemos y hagamos un ejercicio de introspección, ¿en realidad estamos haciendo algo por nuestra lastimada sociedad?, ¿en realidad estamos siendo personas respetuosas con los demás?
Confió que México y Puebla se curen de este terrible mal, ruego todos los días para que las feministas de aparador y que buscan reflectores se topen con algún concurso televisivo de fama para que ya no lastimen mas con su ignorancia a este movimiento feminista, pero sobre todo anhelo que las y los mexicanos podamos vivir en paz y poder tomar un café en cualquier plaza publica y ya nunca mas violentar a nadie. Ojalá.
PD. Es mi deber decirles que no soy feminista, me considero libertario, sin embargo, al estar casado con una feminista he entendido muchas cosas de mi masculinidad y lado cavernícola. En usted, querido lector, esta la ultima palabra para reformar su actitud con la sociedad.