Miercoles, 08 de Mayo del 2024
Viernes, 17 Noviembre 2017 04:17

Lucha en el Edén

Lucha en el Edén Escrito Por :   David Peral Rodríguez

Los apóstoles estaban sentados alrededor del banquete político más grande que había existido desde hace apenas seis años, en el extremo de la mesa se encontraban algunos despistados que estaban atentos a las migajas de los elegidos por el todo poderoso. Los que estaban atentos y sobre todo dispuestos para levantar el tan anhelado cáliz de la gubernatura poblana eran descendientes de Caín y otros tantos de Abel.


Destacaban tres de toda la jauría allí presente. Uno habitaba en la jungla del Senado de la República, asiduo a recorrer los pasillos del Palacio de Gobierno y siempre enfundado en un traje que representa lo ‘dinosaurio’ del ‘partidazo’; el otro siempre con gorra en mano, voz grave y adicto a caminar de punto a punto sobre Avenida Reforma para llegar puntual a las reuniones de un edificio trastocado por el sismo en la Ciudad de México; el último, un superviviente de glorias pasadas de una alcaldía donde se respiraba medicina y acaso algunos brincos de poder meridiano. Una senadora cumplía la función de María Magdalena, lloraba en cada rincón y aun refunfuñaba la dudosa traición, esa traición llena de resentimiento en su fallida campaña por buscar ese cáliz de poder. Así transcurría la velada, había risas, chistes malos, comentarios insanos, algunos llevaban ponzoña y acaso un ‘Judas’ escondido entre los dientes del oro y la plata.

 

Es bien sabido por todos que los aspirantes por el tricolor son tres -apuntados hay muchos, pero señalados muy pocos- el subsecretario Juan Carlos Lastiri, el delegado del IMSS, Enrique Doger y el senador Ricardo Urzúa. Los tres apóstoles buscan, por sus medios, ser los profetas que llevarán certeza de victoria a los miles de militantes; lo cierto es que los acontecimientos políticos en Puebla cada vez se tornan más difíciles, entre escándalos internos y una falsa unidad el presagio se nota cada vez más siniestro.

 

Pareciera que el PRI de Puebla no ha entendido de sus derrotas y sigue actuando de una manera extraña para guardar una relación con los círculos de poder de este estado. Quizá el perfil más competitivo que tiene el PRI es Juan Carlos Lastiri, ese personaje que ha recorrido cada kilómetro de Puebla y que ha desempeñado un trabajo formidable como subsecretario de la SEDATU, el único que ha desgastado suelas de zapatos para recorrer el estado y que tiene un trabajo real con la ciudadanía, sin embargo, su mayor error ha sido el destaparse en tantas ocasiones como le es posible, y en un país donde en política la forma es fondo; Enrique Doger le pisa los talones de manera cautelosa, su administración como alcalde en la capital le da cierto merito, no obstante su carácter arrogante lo hace tener grandes debilidades ante una ciudadanía cada día menos empática de estos perfiles. El otro aspirante, Ricardo Urzúa, ese perfil serio y acartonado, que ha hecho numerosos acuerdos con políticos de peso en el pasado y presente lo ponen como un estandarte entre la cúpula partidista, sin embargo, han sido esos acuerdos en lo ‘obscuro’, esas negociaciones taciturnas las que han llevado al PRI a su derrota irremediable en un pasado que huele a presente.

 

Y es que en un partido donde su sector más joven -que debería ser el más crítico- está siendo adoctrinado para repetir de manera autómata esas prácticas tan particulares de los dinosaurios, se encamina por el lado más escabroso de la senda política de México. En un partido donde las mujeres son consideradas cuotas y alguno de sus cuadros femeninos se consuelan entre ellas para asegurar que la política es asunto de favores con faldas está destinado, irremediablemente, al fracaso.

 

 

 

Será tarea de los militantes dejar el futuro del ‘partidazo’ a una negociación dudosa o a un perfil competitivo que tenga posibilidades reales de ganar, el escenario se torna adverso, pero nunca fatal, ojalá el ‘partidazo’ reaccione pronto.

 

Entre líneas:

 

Es bien sabido que Carlos Martínez Amador no es ningún improvisado, sin embargo, su labor al frente del PRD poblano será titánica, hoy tiene en sus manos la posibilidad de reivindicar lo que fue en algún momento la verdadera izquierda de México, esa izquierda de Cuauhtémoc Cárdenas o de Muñoz Ledo y nunca de los Chuchos. Sé que su equipo está bien conformado, existe gente valiosa, joven y preparada. Acaso allí resida su gran fortaleza, esa que necesita para darle ese giro dramático al Sol Azteca. Al tiempo se verá si Carlos Martínez Amador es un perfil digno de respeto o sólo es un bonito maniquí de aparador para los intereses del desgastado frente amplio democrático. 

 

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