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Miércoles, 22 Noviembre 2017 02:41

¿Chomsky en Puebla?

¿Chomsky en Puebla? Escrito Por :   Silvino Vergara

“Los humanos se enfrentan a la pregunta más importante de su historia: ¿la vida humana organizada sobrevivirá en algo semejante a la forma que ahora conocemos? Y la están respondiendo acelerando en la carrera al desastre”. Noam Chomsky


El pasado domingo 19 de noviembre de 2017, en un marco majestuoso como lo es el Auditorio Metropolitano de la ciudad de Puebla, digno para cualquier evento de talla mundial, representante esplendoroso del Estado de Puebla y su gente, y desde luego, con un enorme esfuerzo del gobierno de Puebla para brindar a los participantes la mejor estadía, se presentó una serie de conferencias denominadas la ‘Ciudad de las Ideas’, en donde desafortunadamente fueron las ideas lo que menos afloró: lleno de datos evidentes, de lugares comunes, de estadísticas y de citas como que “la ciencia lo puede todo”, sin conocer que esa respuesta es decimonónica, es decir, del siglo XIX, pues precisamente el cambio de la modernidad a la posmodernidad que ahora nos corresponde vivir a la humanidad entiende que el conocimiento científico no es suficiente para afrontar los problemas y ni el futuro de la humanidad —basta con recordar la conferencia del filósofo alemán M. Heidegger en 1935 en Friburgo—. Solamente hubo un pequeño oasis de conocimiento y de las ideas el día domingo, de aproximadamente 40 minutos, en donde se presentó uno de los filósofos y politólogos más reconocidos a nivel mundial: Noam Chomsky, crítico del sistema de gobierno norteamericano y del sistema capitalista financiero que gobierna al mundo; a diferencia de muchos de los críticos de la actualidad, Chomsky lo hace con referencias, datos y hechos en la mano, como para que exista la evidencia suficiente de que es necesario hacer un cambio drástico en el camino de la humanidad.

 

En el marco de la reciente obra del profesor Chomsky, publicada en castellano y denominada “¿Quién domina al mundo?” (Ediciones B, 2017, Barcelona), hizo la pregunta al despreocupado público presente —aproximadamente tres cuartas partes del foro total—: “¿La vida humana organizada sobrevivirá en algo semejante a la forma que ahora conocemos?”. Desde luego que su respuesta fue contundente y de un hombre posmoderno: “Y la están respondiendo acelerando en la carrera al desastre”.

 

A pesar de la pésima entrevista que se le hizo, sin aprovechar la oportunidad de tener un personaje octogenario de la política y la filosofía actual, sostuvo que el mundo cuenta con tres grandes problemas: a) la destrucción del mundo por el armamento nuclear, ya que enfatizó que hoy estamos corriendo mayor riesgo que en los tiempos de la Guerra Fría —manifestación contraria a la que un conferencista esnobista previo sostuvo—; b) el medio ambiente, pues no se encuentra respuesta a cómo atender este problema que representará en pocos años, a decir del profesor, que se aumenten los niveles de mar en el mundo, y esto provocará grandes daños a la humanidad, como se está viendo actualmente con Fidji, en donde el mar está inundando los mantos acuíferos que abastecen de agua potable a la población, por lo que el maestro norteamericano subrayó que desafortunadamente nadie se está tomando en serio este problema, empezando por el presidente de Estados Unidos de América —y podríamos aumentar a los conferencistas que le antecedieron, que pretenden que con la ciencia y la tecnología se pueda hacer frente al problema ambiental, como si el planeta fuera un simple jardín—; y c) una pandemia mundial que provocará mortandad en todo el mundo, cuyo riesgo hasta hoy es incalculable para la humanidad.

 

Desde luego, el también lingüista hizo mención de los tratados de libre comercio, como es el caso del TLCAN, un sistema de mercado parcial donde evidentemente México no tuvo la capacidad de hacer frente, pues representó más pobreza y migración de la población, ya que en nuestro país no hay los apoyos y subsidios que se le dan al campo a los norteamericanos, por lo que no se puede competir con esas grandes compañías, al contrario, esto provoca mayor marginación.

 

La problemática mayor que observa el profesor —quien cuenta con una diversidad de libros que hablan de la historia de la explotación de América Latina por las compañías norteamericanas auspiciadas por su gobierno— es que ante estos tres problemas de la humanidad ya citados hay una pasividad y desinterés en encarar el problema por los gobiernos y por la población, pues hacía referencia a que el 6 de agosto de 1945, cuando lanzaron la bomba atómica en Japón, la noticia en Estados Unidos no inmutó a nadie, todas las personas, a decir del escritor, continuaron con su rutina diaria: en tiempos de verano, algunos, vacacionando; otros, laborando, pero no despertó la menor preocupación en la ciudadanía norteamericana. Precisamente eso está sucediendo en la actualidad con estas contingencias que tenemos enfrente. Desafortunadamente, al finalizar su intervención, parecía que le hubiera hablado al cielo, pues el público asistente ni se inmutó: ¿Chomsky en Puebla?

 

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