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Martes, 20 Junio 2017 03:25

El morenovallismo necesita a un PRI competitivo para que Morena no gane

El morenovallismo necesita a un PRI competitivo para que Morena no gane Escrito Por :   Arturo Rueda

Dicho en otra forma: el morenovallismo-PAN partiría de una base electoral de entre 650 mil votos y un techo de 700 mil, mientras que la de López Obrador es de esos mismos 650 mil votos, pero su techo es de 850 mil. En teoría, Morena partiría con ventaja en la búsqueda de Casa Puebla, pero el problema es la volatilidad de su voto


En vista de lo ocurrido en el Estado de México, las victorias electorales del 2018 tendrán como piedra angular la ingeniería electoral necesaria para cuadrar los resultados frente a la competitividad de López Obrador y Morena. Es decir, diluir el voto opositor entre las mayores opciones posibles para que el ganador sea el ‘más alto de los chaparros’.

 

Así lo planteó la ingeniería electoral de Los Pinos: impulsar la candidatura de Josefina Vázquez Mota para darle competitividad al PAN, restarle votos a Morena y así el PRI podría ganar por una nariz. El plan estuvo a punto de frustrarse por la caída estrepitosa de la panista, pero el robo de votos a Morena se consolidó gracias a la presencia inesperada de Juan Zepeda del PRD, quien tomó el protagonismo que en teoría correspondía a la panista.

 

Aplicando ese modelo a Puebla, las cuentas no le salen al morenovallismo, saben que a diferencia de lo ocurrido en 2016 los candidatos presidenciales van a arrastrar o a hundir a los aspirantes a gobernadores. El morenovallismo no parte con ventaja, ni siquiera aunque Martha Erika Alonso fuera la candidata.

 

Veamos.

 

En 2012, López Obrador ganó Puebla con apenas cinco mil votos de ventaja. El tabasqueño se llevó 860 mil votos y Peña Nieto 855 mil. El PAN, pese a ser el partido del poder en la entidad, se quedó en tercer lugar ya que Josefina sólo obtuvo 642 mil votos.

 

Sin embargo, se trató de resultados atípicos toda vez que Josefina no era la candidata de Moreno Valle, por lo que presumiblemente fue abandonada en desdoro de Peña Nieto. Esta hipótesis es fácilmente comprobable: la fórmula al Senado del PAN sumó sesenta mil votos más para llegar a 701 mil y los diputados federales llegaron a 693 mil.

 

El PRI en cambio, tuvo una votación estable: 855 mil por Peña, 867 mil por senadores y 824 mil por los diputados federales. La fórmula Blanca-Lucero sacó 12 mil votos más que el candidato presidencial y los aspirantes a diputados federales, unos 30 mil menos que el mexiquense.

 

Pero López Obrador no pudo contagiar su arrastre a los demás candidatos de la entonces alianza PRD-PT-MC: la fórmula al Senado obtuvo 681 mil votos, ciento setenta mil menos que el tabasqueño. Y los candidatos a diputados federales apenas 651 mil votos, doscientos diez mil abajo de López Obrador.

 

Dicho de otra forma: el morenovallismo-PAN partiría de una base electoral de entre 650 mil votos y un techo de 700 mil, mientras que la de López Obrador es de esos mismos 650 mil votos, pero su techo es de 850 mil. En teoría, Morena partiría con ventaja en la búsqueda de Casa Puebla, pero el problema es la volatilidad de su voto.

 

Todo depende del PRI: un tricolor débil con un candidato ‘flan’, que reste priistas, no genere entusiasmo, y los termine enviando a Morena, podría darle otros 100 o 150 mil votos a los lópezobradoristas, con los que prácticamente podrían llegar al millón de votos y ganar la gubernatura por más esfuerzos que hagan desde el morenovallismo.

 

A contrasentido: un PRI fuerte con candidatos competitivos, no serán un riesgo para el morenovallismo, pero impedirán que Morena se fortalezca y vuelva inalcanzable.

 

En otras palabras: el PAN necesita a un PRI medianamente competitivo, que no se desfonde y pueda conservar una base electoral mínima de entre 650 y 700 mil votos. Cualquier votación por debajo de eso, un hundimiento, lo único que hará es sumarle a Morena y López Obrador en Puebla, poniendo en riesgo la gubernatura.

 

 

A partir de ese razonamiento, parece difícil que Juan Carlos Lastiri sea el candidato del amasiato, como lo denominó Alejandro Mondragón. Por el bien de todos, incluido Moreno Valle, parece que la única opción para tener un PRI competitivo en 2018 se llama Enrique Doger. Eso, o pueden prepararse para que Morena llegue a Casa Puebla. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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