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Miércoles, 25 Enero 2017 03:43

Trump, más terrorífico que El Aro y la visita inútil de Peña

Trump, más terrorífico que El Aro y la visita inútil de Peña Escrito Por :   Arturo Rueda

México paga con una moneda amarga los 30 años de pensamiento colonial implantado en las elites nacionales, quienes construyeron el mito de la cooperación económica y el libre comercio como único camino a la prosperidad. Resulta que esa prosperidad no llegó ni a los mexicanos y ahora nos enteramos que ni a los estadounidenses, ya que el más grande enemigo del pensamiento neoliberal surge de las entrañas mismas de Estados Unidos


La película de terror llamada Donald Trump —Carstens dixit— es fiel a los tráilers que vimos desde hace meses. Apenas ha pasado un minuto —seis días desde su toma de protesta— y los alaridos de miedo ya empiezan a aturdir, mientras los pasmados Peña Nieto y Videgaray no entienden que su estrategia reactiva, más la agresividad del magnate, ha dejado a México en estado de indefensión semejante a los que vivimos en el siglo XIX con Santa Anna.

 

Este día, cuando el brillante Videgaray aterrice en Washington, Trump ya habrá firmado la orden ejecutiva para iniciar la construcción del muro fronterizo. Antes del desembarco, el TLCAN ha quedado sepultado luego que Canadá aceptó la oferta de firmar un acuerdo bilateral y defendió sus propios intereses comerciales. El martes 31, cuando Enrique Peña Nieto se apersone en la Casa Blanca, ya no habrá materia de negociación, dado que Trump ya habrá hecho todo el daño posible a México.

 

La tesis es que del pasmo histórico se ha pasado al ridículo histórico. De ahí al quebranto histórico de la economía hay poca distancia porque, a paso veloz, el nuevo presidente norteamericano cumple todas sus promesas contra México. La esperanza de lograr una negociación con su círculo cercano es una nuez vana.

 

Para demostrar que no juega, Trump dará inicio a la construcción del Muro mediante una orden ejecutiva y con la seducción de prometer a Canadá un acuerdo bilateral de libre Comercio, dejó solo a México en la defensa del TLCAN o NAFTA, un acuerdo comercial que agoniza.

 

Luego que Canadá aceptó la oferta de un tratado bilateral y envió a México a la friendzone del libre comercio, un atribulado secretario de Economía compareció ayer con Loret de Mola para reconocer con toda la congoja del mundo que si no conviene la renegociación, lo mejor es dejar el TLCAN, dando por cierto que se hará realidad el impuesto del 35 % a todos los bienes producidos en el país, especialmente en el sector automotriz, destrozando todas las cadenas productivas construidas en los últimos 25 años.

 

No es la última abdicación. En su pronunciamiento de política exterior, acuerpado por los estómagos agradecidos, Peña Nieto pidió que cualquier repatriación de indocumentados se lleve a cabo de "manera ordenada y coordinada". Es decir, se olvidó de la defensa de los millones de paisanos en Estados Unidos y sólo quiere que nos lo regresen de forma ordenada, lo que no significa nada.

 

Habrá que reconocerle a Trump su genialidad para poner de rodillas al presidente de México y a su canciller en cuestión de días, lo que provoca la nostalgia infinita de tener un líder con fortaleza y legitimidad suficiente para hacer los llamados a la unidad. Ese presidente no es y no va a ser Peña Nieto y se ve difícil que el ganador de 2018 pueda unir a un país fragmentado y polarizado.

 

De fondo, México paga con una moneda amarga los 30 años de pensamiento colonial implantado en las elites nacionales, quienes construyeron el mito de la cooperación económica y el libre comercio como único camino a la prosperidad. Resulta que esa prosperidad no llegó ni a los mexicanos y ahora nos enteramos que ni a los estadounidenses, ya que el más grande enemigo del pensamiento neoliberal surge de las entrañas mismas de Estados Unidos y fue ungido por los miles que perdieron su empleo y ahora reclaman prosperidad.

 

Peña Nieto y Luis Videgaray ya ni deberían ir a Washington, pues para cuando ambos lleguen a Estados Unidos, ya no habrá materia de negociación. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte literalmente ha pasado a mejor vida y hoy mismo arranca la construcción del Muro mediante un decreto Ejecutivo. Que a nadie le sorprenda la imposición de fuertes aranceles, la deportación de millones de migrantes. Los siguientes minutos de la película de terror, lucen, tautológicamente, terroríficos.

 

Ya ni El Aro o El Resplandor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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