Miercoles, 01 de Mayo del 2024

Las voces de dos feminicidas cómo y porqué las mataron

Las voces de dos feminicidas cómo y porqué las mataron
Miércoles, 26 Abril 2017 00:58
Julieta Cerezo / @julietacerezo

Ambos fueron sentenciados a 30 y 60 años de prisión, respectivamente por asesinar a sus parejas. Los dos casos son: Eugenio, asesinó (en 2013) a su esposa, con quien llevaba 20 años de casado porque ganaba más que él; la apuñaló en el rostro, torso y la desangró por el cuello. El segundo fue Ricardo Enrique en 2013, mató a su esposa porque quería separarse de él.



‘La maté porque ganaba más que yo’, ‘la maté por celos’, forman parte de las declaraciones de dos hombres machistas que recientemente fueron sentenciados a 30 y a 60 años de prisión por el feminicidio de sus parejas.


CAMBIO tuvo acceso a la versión pública de dos de seis casos en los que los responsables han sido condenados a prisión, tras ser encontrados culpables. En ambos hechos, los feminicidas no muestran arrepentimiento, más bien justifican los hechos.


Apenas el lunes pasado, Irineo Islas Barra, quien en marzo del 2016 asesinó a su esposa Guadalupe Chavarría Moral, de 54 años de edad y  por el que purgaba una pena de 47 años en el penal de San Miguel, prefirió suicidarse que cumplir con los años de castigo. En su carta póstuma se limitó a ‘heredar’ sus bienes a sus compañeros de celda pero no hubo señas de arrepentimiento.


En noviembre de 2012 fue tipificado el delito de feminicidio y actualmente se castiga con 60 años de prisión; 70 en caso de que la mujer esté embarazada.


Desde entonces al cierre del año pasado, sumaban más de 200 casos, mientras que en este año, medios han documentado cerca de 30 hechos.


Eugenio: la maté porque ganaba más que yo


Eugenio fue sentenciado en agosto de 2015 a 31 años de prisión luego de que el juez le encontrara elementos que comprobaron su responsabilidad en el asesinato de su esposa con quien llevaba 20 años de casado.


El 28 de noviembre de 2013 el cuerpo de María Dolores de 41 años de edad fue encontrado con alarmantes signos de violencia. Con una navaja, Eugenio la apuñaló en la cara, torso y la desangró por el cuello.


Los problemas empezaron cuando Dolores se involucró en la política local, en el partido Acción Nacional. Las finanzas del matrimonio eran buenas gracias a dicha labor. Su esposo tenía trabajos eventuales y veía el crecimiento profesional de su pareja como una competencia. Empezaron los problemas.


La demandante agenda de Dolores sembró en su marido la duda y luego los celos. ¿Realmente iba a trabajar? ¿Se acostará con su jefe? Eran algunos de los cuestionamientos del hombre que decidió matar a su esposa. Los celos y peleas constantes llevaron a Dolores a confesar con familia y amigos cercanos que pensaba separarse, pero no logró su cometido.


Cansado de los pesados horarios de su esposa, Eugenio se convenció de que lo mejor para él sería que su mujer, quien veía por sus gastos y los de sus hijos, no viviera. La noche del 27 de noviembre, la recogió en su centro de trabajo y a bordo del vehículo familiar, un Pointer VW color blanco, la acuchilló hasta matarla.


El cuerpo, encontrado al día siguiente, lo aventó en un paraje de Santa Isabel Cholula. En su primera declaración, Eugenio inventó una historia en la que un grupo de asaltantes habría robado el automóvil y secuestrado a su esposa para matarla.


Ricardo: la maté porque quería dejarme


Ricardo Enrique no solamente le negó a su esposa el derecho a separarse, también el de vivir. El 21 de octubre de 2013 asesinó a su pareja, Aleida de un balazo.


En su declaración, el hombre quien fue policía ministerial, aseguró que el balazo fue accidental. Al menos eso sostiene el feminicida que fue sentenciado apenas en julio del año pasado a 60 años de cárcel.


¿Qué llevó a este ex policía a acabar con la vida de su esposa y madre de sus dos hijos? Él mismo narró que tenían tres años separados y acudía a la casa ocasionalmente – los fines de semana, sobre todo – a visitar a sus hijos pero cada quien tenía su vida.


Aleida administraba las rentas de unos cuartos que construyeron, se dedicaba a su casa y a la crianza de sus hijos. Tenían problemas, se gritaban constantemente pero nunca hubo alguna agresión mayor, los propios hijos lo confirmaron.


Aleida quería consumar la separación, con tres años viviendo separados y tratando de llevar una relación cordial, supuso que solicitar el divorcio no le costaría nada, pero le costó la vida.


En su declaración, el asesino narró que ella ya tenía una nueva pareja, es más, reconoció que su hija le llegó a reclamar que el nuevo novio de su mamá sería un mejor papá. El comentario y la vida feliz que Aleida se construía después de casi 15 años de un matrimonio problemático, llenaron de celos al hombre quien no accedió al divorcio.


Para la separación ella pedía la casa y la custodia de la hija menor, Ricardo Enrique se negaba a darle techo a la nueva pareja de su ex mujer. A pesar de los problemas, el hombre había sido operado de emergencia meses antes del feminicidio, fue cuidado por Aleida quien no se despegó de él hasta que sanara.


Con la situación más calmada entre ambos, Aleida volvió a pedirle el divorcio legal en las mismas condiciones, él dijo que no y comenzó una discusión en la que, según el inculpado, ella lo agredió físicamente y en el forcejeo su arma se disparó. Aleida murió al instante y Ricardo fue hallado culpable, para ninguno de los dos hubo un nuevo comienzo.