Viernes, 26 de Abril del 2024

Recursos de Fundación Jenkins fueron desviados a offshore en Panamá

Recursos de Fundación Jenkins fueron desviados a offshore en Panamá
Lunes, 04 Septiembre 2017 17:03
Elvia Cruz / @cruz_elvia

El patrimonio de la Fundación Mary Street Jenkins en el que se encuentran la UDLAP, los clubes Alpha, el Colegio Americano, centro comercial El Triángulo de las Ánimas y diversas inversiones inmobiliarias, fue desviado por Guillermo Jenkins Anstead y sus herederos a una empresa offshore con sede en Panamá bajo la complacencia del gobierno morenovallista.



El patrimonio de la Fundación Mary Street Jenkins en el que se encuentran la UDLAP, los clubes Alpha, el Colegio Americano, centro comercial El Triángulo de las Ánimas y diversas inversiones inmobiliarias fue desviado por Guillermo Jenkins Anstead y sus herederos a una empresa offshore con sede en Panamá bajo la complacencia del gobierno morenovallista y la Junta para el cuidado de las Instituciones de Beneficencia Privada. Así, a excepción de Guillermo Jenkins de Landa, los integrantes lograron su cometido de repartirse el dinero como ‘herencia’.


Aunque Guillermo calculó en un inicio un ‘desfalco’ por al menos 720 millones de dólares, según documentos a los que tuvo acceso CAMBIO, se detalla que el monto que se repartió a los nietos asciende a casi 400 millones de dólares entre activos circulantes, inversiones a corto plazo, activos corrientes, compañías afiliadas y otros.


Para hacerse del patrimonio legado por William O. Jenkis a través de la Fundación Mary Street Jenkins, la familia primero traspasó los bienes inmuebles, terrenos, acciones y dinero de cuentas bancarias a una nueva fundación con sede en Aguascalientes denominada Fundación Bienestar de la Filantropía en abril del 2014, y para diciembre del mismo año, los fondos fueron enviados al país caribeño de Barbados, que fue cuando autoridades mexicanas le perdieron la pista.


Sin embargo, para diciembre del 2015 se conformó la Fundación para el Desarrollo Latinoamericano FIP en Panamá que según especialistas, debido a que el dinero será requerido fuera de Panamá, quedó como offshore.


La Fundación Mary Street Jenkins fue creada hace casi 63 años –el 18 de octubre de 1954– por el empresario William O. Jenkins cuyo objetivo era otorgar becas a estudiantes y obras de beneficencia. En el caso de Puebla, la operación dejó desamparada a la UDLAP, así como a fundaciones hermanas entre ellas el Colegio Americano de Puebla, Fundación Club Alpha de Puebla y Fundación de las Américas, que en vida fueron formadas por Guillermo (William) O. Jenkins. 


Dejan fuera de la herencia a Guillermo 


Fue en 2016 cuando el primogénito de la familia, Guillermo Jenkins de Landa destapó un fraude que se estaba cometiendo por sus propios padres (Guillermo Jenkins Anstead y Elodia de Landa, en complicidad con sus hermanos) pues se utilizaban los recursos de la Fundación Mary Street Jenkins para provecho personal en lugar de acciones filantrópicas como estaban establecidos en los estatutos de su creación.


Guillermo padre falleció en diciembre del año pasado, un año después de que lograra concretar el desvío de los recursos en favor de cuatro de sus cinco hijos y 10 nietos de acuerdo con el Registro Público de Panamá, desde donde se administran los fondos.


En la notaría pública primera de Panamá se estableció que Carlos Román Hernández, Virgilio Rincón Salas y Alejandro González Muñoz quedaron como delegados de la Fundación para el Desarrollo Latinoamericano –creado para el desvío del dinero– además como delegados especiales otras siete personas e integrantes de los despachos de abogados Alfaro, Ferrer y Ramírez.


En el reglamento de la fundación –cuya copia está en poder de CAMBIO– se especifica que Elodia Sofía de Landa Irízar de Jenkins de 78 años de edad, deberá obtener 600 mil dólares anuales, pero también podrá solicitar cualquier cantidad para gastos médicos que no sean cubiertos por el seguro.


En el artículo 3 también se aclara que aunque ella es la beneficiaria principal tras el fallecimiento de su esposo, el resto del dinero deberá ser repartido entre cuatro de los cinco hijos (Roberto, María Elodia, Margarita y Juan Carlos) teniendo cada uno de ellos, derecho al beneficio por partes iguales.


En tanto, Guillermo hijo quedó “expresamente excluido de cualquier beneficio en vida o como resultado del fallecimiento del beneficiario principal  o como resultado de cualquier otra circunstancia”.


En uno de los apartados se especifica que si los beneficiarios fallecen, la herencia debe pasar a manos de sus hijos en partes iguales.


En el reglamento se enlistan 24 bienes, entre ellos un helicóptero,  inmuebles, vehículos, obras de arte, cuentas bancarias, entre otros.  El activo fue aportado al capital social de la sociedad denominada FPDL SA, que está representado por 10 mil acciones emitidas en favor de la Fundación para el Desarrollo Latinoamericano.


Según los documentos, el reglamento se elaboró casi medio año antes de que falleciera Guillermo papá.


La FPDL SA, se creó en México como una sociedad anónima desde donde los ‘herederos’ también podrán hacer uso del dinero.