Volkswagen de México se unió al grupo de empresas automotrices que buscarán convencer al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump para que no abandone el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) pues esto representaría graves afectaciones para dicho sector.

El grupo denominado Driving American Jobs está conformado por las marcas General Motors, Toyota, Hyundai, Ford y otras grandes firmas del ramo que  unieron esfuerzos para evitar la salida del país norteamericano del acuerdo comercial, dado que ello generaría pérdidas millonarias así como el despido de gran parte de su personal.

Del mismo modo, la Asociación de Fabricantes de Motores y Equipos y a la Asociación Internacional Estadunidense de Concesionarios se unió a la causa con el objetivo de generar mayor presión para el mandatario estadounidense.

El grupo empresarial aseguró que bajo el TLCAN, tanto Estados Unidos como México y Canadá han logrado un crecimiento económico y comercial que ha beneficiado a las tres partes, razón por la que se debe de continuar con el acuerdo.

Recriminan a Trump

Además recriminaron las acciones de Donald Trump, dado que consideraron que éstas corresponden a caprichos políticos y no ha medidas para el beneficio de su nación.

“Necesitamos que les digan a sus funcionarios electos que uno no cambia las reglas en medio del juego. Con el TLCAN estamos ganando", dice un comunicado de la asociación en su página web.

El grupo empresarial pretende impulsar una campaña dirigida a la ciudadanía estadounidense para concientizarla sobre los avances generados en la industria automotriz a consecuencia del TLCAN y que sería un error abandonarlo.

La intervención de Volkswagen en este asunto se debe a que cuenta con plantas de producción México y Estados Unidos, por lo que la cancelación del acuerdo le generaría severos problemas en cuanto a sus  niveles de producción y exportación.

Durante la última ronda de negociaciones entre representantes de los tres países, Donald Trump anunció sus intenciones de aumentar las reglas de origen a un 85 por ciento, además de que cada automóvil exportado entre los tres países tenga un 50 por ciento de fabricación estadounidense.