2006, el año de la rebeldía dogerista


Las críticas de Enrique Doger sobre el escándalo Cacho provocaron un encontronazo con Javier López Zavala


A raíz de esta postura se dio una separación entre el alcalde capitalino y el huésped de Casa Puebla. La relación llegó a un punto crítico cuando Doger Guerrero denunció haber sido amenazado por el entonces secretario de Gobernación, quien le advirtió que no se aprobarían las cuentas públicas si no terminaban los señalamientos.


Especial

 

Para Enrique Doger Guerrero, alcalde capitalino, 2006 fue un año de rebeldía en contra de las continuas presiones provenientes de Casa Aguayo. Las críticas del munícipe respecto al escándalo Marín-Cacho, detonado el 14 de febrero de ese año, con la célebre conversación entre el empresario textilero Kamel Nacif y el gobernador poblano, propiciaron una separación entre el alcalde y el huésped de Casa Puebla.


La relación llegó a un punto crítico cuando Doger Guerrero denunció haber sido amenazado por el entonces secretario de Gobernación, Javier López Zavala, quien le advirtió que no se aprobarían las cuentas públicas del ayuntamiento si no terminaban los señalamientos respecto al affair.


La revelación dio inicio a un encontronazo entre ambos políticos, la cual se reflejaría en una guerra de declaraciones ante la prensa. La pugna tuvo vigencia incluso después de que el funcionario estatal dejara su cargo para ser el coordinador al Voto priista.


En julio se conoció que desde el Gobierno del estado se designó un espía para vigilar los movimientos del alcalde. Se trata de Eduardo Montoya Liévano, ex procurador de Chiapas y ex presidiario e investigado por presuntos vínculos con el narcotráfico.


Ese año, Humberto Vázquez Arroyo se fue a liderar el PRI municipal y Omar Álvarez Arronte asumió la secretaría de Seguridad Pública y Vialidad Municipal. Con este movimiento Doger Guerrero fortaleció su importancia al interior de su partido, pues la dirigencia municipal del tricolor se convirtió en un contrapeso a las decisiones autoritarias del PRI estatal.


Otro de los movimientos importantes en la comuna capitalina fue la salida de Luis Banck Serrato de la Secretaría de Desarrollo Social municipal para convertirse en asesor del nuevo secretario del Trabajo y Previsión Social del gobierno federal, Javier Lozano Alarcón.


Cambio presenta la segunda parte del recuento de los acontecimientos más relevantes en el trienio dogerista.

 

En 2006 Enrique Doger se rebeló


Una semana después de haberse difundido la conversación Marín-Nacif, Enrique Doger criticó el escándalo que envolvió al gobernador Mario Marín Torres. El 24 de febrero de ese año el alcalde manifestó a pesar que hay quienes quisieran minimizar los efectos de la conversación, hubo molestia e irritación social por el “engaño”.


Doger Guerrero manifestó que es muy lamentable que un día se diga una cosa, otro día se diga otra porque este tipo de discurso confunde y molesta a la ciudadanía. Días después aseguró que se equivoca un gobernante que intenta “cerrar” los ojos a las expresiones ciudadanas, en clara alusión a “la marcha por la dignidad”, en la que miles de poblanos mostraron su indignación por la detención y encarcelamiento de la periodista Lydia Cacho.


Esta actitud provocó la molestia del marinismo, el cual respondieron a las críticas de Doger con amenazas. El 7 de marzo, Doger Guerrero reveló en rueda de prensa que fue amenazado por Javier López Zavala, secretario de Gobernación, en el sentido de que sus opiniones influirán en las cuentas públicas del Ayuntamiento en caso de seguir con su postura en torno al tema: “Ahora para estar bien hay que opinar que no pasa nada. No me voy a dejar llevar por estas opiniones porque no he descalificado a nadie. Sin embargo, no acepto que se trate de someter al gobierno municipal.”

 

 

Doger vs Zavala, el encontronazo

Con la revelación de la amenaza en su contra, Enrique Doger abrió un frente contra el titular de la Secretaría de Gobernación. De parte de Javier López Zavala surgieron críticas respecto a la forma en la que Doger gobernaba el municipio y subrayó problemáticas en la obra y la seguridad pública.


Mientras tanto, Doger Guerrero criticó la presión que López Zavala ejercía sobre los presidentes municipales de todos los partidos. En agosto de ese año, Enrique Doger señaló que el autoritarismo de López Zavala se había manifestado desde la campaña política.


El funcionario estatal criticó en los mismos espacios mediáticos el interés de Enrique Doger por buscar la gubernatura a pesar de que le faltaba año y medio para concluir su gestión al frente del ayuntamiento.


El convenio para el cierre de establecimientos nocturnos a las 3:00 de la mañana con los alcaldes de la zona metropolitana provocó también dimes y diretes entre ambos políticos. López Zavala defendió la propuesta hasta el final. Sin embargo, el alcalde capitalino mostró siempre su inconformidad en torno a la medida e incluso propuso replantearla para hacerla más flexible.

 

Espía de Doger


En julio de 2006 Cambio publicó información en torno al contrato por parte del Gobierno del estado, de Eduardo Montoya Liévano, ex procurador de Chiapas y ex presidiario e investigado por presuntos vínculos con el narcotráfico, el cuál, según Gaspar Bences García, tiene el encargo principal de estar al pendiente de las actividades públicas y privadas del presidente municipal Enrique Doger Guerrero.


Gaspar Bences fungió como delegado en Puebla del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), y tiene amistad con Alfonso González Huerta, alias “El  Gussy”, director del Sistema de Soporte Informativo (SSI), oficina dependiente del Gobierno del estado.


Las fuentes aseguran que “El Gussy” ha estado lucrando y traficando con la información que recibe desde la administración de Melquiades Morales Flores y lo que va del gobierno marinista. Ambos personajes —según colaboradores de “El Gussy”—, desde que se conocen acostumbran acudir a diversos “antros”, así como consumir cocaína, después de beber grandes cantidades de alcohol. Es más, la confianza entre González Huerta y Gaspar Bences es tanta que en la oficina de Soporte Informativo, ambos personajes pintaban sus líneas de cocaína, competían y apostaban por ver quién terminaba primero”, señaló un trabajador del Gobierno del estado.

 

Humberto Vázquez Arroyo llega al PRI


Uno de los movimientos más importantes del dogerismo se gestó en agosto de ese año, cuando Humberto Vázquez Arrojo dejó la Secretaría de Seguridad Pública municipal para asumir la dirigencia municipal del PRI.


El arribo de Vázquez Arroyo fue interpretado como un movimiento del dogerismo para afianzar su fuerza al interior del PRI y convertirse en un contrapeso a las imposiciones provenientes del tricolor estatal. El dirigente municipal encabezó desde este puesto una serie de desencuentros con Valentín Meneses Rojas, líder estatal del PRI.

 

La salida de Luis Banck Serrato de la Secretaría de Desarrollo Social municipal fue otro de los movimientos relevantes de la administración municipal. Banck Serrato se convirtió en asesor de Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo y Previsión Social del Gobierno federal.

 

 


 
 
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