El krokodil es una droga casera que se ha vuelto popular por los efectos que causa a sus consumidores, se le considera epidémica en Rusia y cuando llegó a Estados Unidos e Inglaterra las autoridades informaron sobre su presencia. Reportes oficiales han confirmado su presencia en Ciudad Juárez.
Un reportaje de Daniel Domínguez publicado por El Diario, asegura que al realizar detenciones por faltas administrativas, se les incautó a algunos de los detenidos la sustancia krokodil.
La Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) en Ciudad Juárez llevó a cabo una investigación sobre conductas delictivas y pudo constatar que el uso de krokodil creció. El secretario de Seguridad, César Omar Muñoz Morales, calificó a este, como un problema social que requiere de un trabajo conjunto entre la sociedad y las autoridades.
En El Paso, Texas, policías detuvieron a varios sujetos con dosis de krokodil hace algunos meses, dosis que se venden en reuniones a donde asisten principalmente jóvenes.
El krokodil es un tipo de heroína barata que se elabora a partir de compuestos químicos fáciles de obtener, por esta razón, sus efectos son tan devastadores y según los cálculos, los usuarios de esta droga tienen una esperanza de vida de sólo dos años.
Sin embargo y pese a las advertencias, las autoridades federales mexicanas no han emitido ninguna alerta y tampoco han confirmado de manera oficial la presencia de la droga dentro del país.
El krokodil es un derivado de la morfina, conocido como desomorfina que posee efectos sedantes. Los efectos de esta sustancia destruyen los tejidos, ocasionan flebitis (inflamación de las paredes venosas) y gangrena, lo cual conduce a la pérdida de miembros.
La desomorfina fue inventada en 1932 en los Estados Unidos y es un análogo de opiáceo, también conocido como dihidrodesoximorfina, pero cuyos efectos son has 10 veces mayores que los de la morfina.
Es considerada como alternativa a la heroína porque sus compuestos son fáciles de conseguir, entre ellos las tabletas de codeína y porque su elaboración es sencilla y una dosis es hasta cinco veces más barata que una de heroína.
La desomorfina llamó la atención en 2010 porque la producción clandestina o casera del compuesto se incrementó de manera notable.
