Thursday, 28 de March de 2024


En el país de los Gansitos




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En México no sólo se consume comida chatarra, también hay sistemas basura que urgen sean eliminados de su cuerpo.

De los 150 mil millones de pesos que se esperan recaudar con la reforma fiscal, 20 mil vendrán de los impuestos a la llamada comida chatarra. La industria refresquera y de alimentos no saludables para ser un poco más amables, ha tratado por todos los medios de evitar este aumento a la tasa impositiva, sin embargo la verdadera cuestión atrás de este tema es si la sensibilidad al precio hará una variación significativa en el consumo del producto. Me parece que no. Los mexicanos llevamos décadas construyendo una cultura en torno a este tipo de alimentación (¿Quién no recuerda a su mamá allá por los años ochenta dándole dinero para comprar el consabido Frutsi en la hora del recreo?). Durante este lapso de tiempo, la política fiscal privilegió la expansión de los alimentos basura. Hay poblaciones en las que es más barato tomar una Coca bien fría que comprar agua embotellada, y sigue la misma lógica la comida saludable versus los azucares y harinas blancas que contienen los alimentos ofrecidos por la reconocida marca del Osito. El país gasta anualmente más de dos mil millones de dólares en el tratamiento de enfermedades como la diabetes y la hipertensión, las cuales son condicionadas por el sobre peso y la mala alimentación. Los ingresos por concepto del impuesto aplicado a este tipo de comida se quedarán cortos respecto a los egresos que se necesitan para tratar de atender a los millones de mexicanos que dependen casi en su totalidad de la salud pública, llámese IMSS o las dependencias gubernamentales. Lo que sí creo que existirá es un mayor flujo de efectivo en las grandes empresas como consecuencia del aumento de un impuesto trasladable como lo es el IVA. La mejor forma de revertir esta cultura de la enfermedad no es aumentando los impuestos a productos cuya sensibilidad a los precios no parece ser mucha, sino incentivando la producción económica de alimentos saludables y convirtiendo en política pública no solamente federal, sino estatal y municipal la educación a la población sobre los riesgos que conlleva la mala alimentación (¡por favor, dejen de vender estos productos en las entradas de los palacios de gobierno!).

 

 

El problema de la Reforma Fiscal es precisamente que se queda corta en todos los aspectos. Recientemente un estudio en Estados Unidos mencionó que México necesitaba inversiones públicas directas en el orden de los 400 mil millones de pesos para poder lograr los niveles de infraestructura que se necesitan en economías con crecimientos de más del 4% anual. 150 versus 400 es nada. El verdadero quid de la recaudación en México sigue siendo la ampliación de la base contribuyente. Los impuestos que se aprobaron sirven para ahorcar más a los clasemedieros y tratar de abatir algunos índices de consumo negativo como lo es la comida chatarra pero en ninguna manera ataca la informalidad y la corrupción que en muchas ocasiones envuelve a los procesos de fiscalización. Existen por todo el país millones de negocios, o changarros en el lenguaje de un conocido político, que no pagan impuestos, a pesar de que sus ganancias en muchas ocasiones rebasan a las de los negocios ya establecidos. Es común ver en los bancos que se encuentran cercanos a los grandes tianguis nacionales, a personas llegar con grandes bolsas de dinero sin que ninguna de ellas sea fiscalizada. El impuesto famoso a los depósitos en efectivo solo ha servido para complicar las ya de por si difíciles habilidades administrativas de los negocios en forma. La única solución a este problema hubiera sido el gravar de manera pareja el IVA a todos los productos y así democratizar el pago de impuestos. Los cálculos en ese sentido arrojaban de manera inicial una recaudación de más de 300 mil millones de pesos, sin embargo se decidió privilegiar el control político a una verdadera reforma fiscal.

 

 

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Hablando de gansitos, hace un par de días maestros de la CNTE en Michoacán irrumpieron en la presentación de Mexicanos Primero en ese estado sobre el informe de Mal Gasto Educativo. Los seudo maestros exigieron a Claudio X González dejar el estado y ser declarado persona non grata. ¿Quiénes son ellos para atribuirse semejante poder?, ¿Por qué en horas de clases se encontraban fuera de sus salones atacando y agrediendo a personas que de manera pacífica deseaban exponer su punto de vista?, en un estado dinamitado por la violencia y en virtual estado de sitio, la actitud de estos maestros-patito solo alimenta entre la sociedad el odio y la intolerancia que ya de por si son un sello de su movimiento. La CNTE ha construido su mundo chatarra y quiere que todos quepamos en él.

 

 

 

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