Wednesday, 08 de May de 2024


La Ciudad que tenemos…




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La próxima semana se cumplirán dos años de gestión municipal a cargo de Eduardo Rivera Pérez y, tal como lo marca la ley, el presidente se alista a rendir su segundo informe de labores.  

 

Seguramente será un evento de esos en los que escucharemos cifras alegres, datos “pomposos” que no dicen nada, sofismas, mentiras bañadas de verdad, etc.

 

 

Hace un año —a estas alturas— el presidente y sus asesores sufrían para encuadrar las cifras de las famosas mil calles. ¿Cómo olvidar esa vacilada? El presidente nos salió con el cuento de que, a través de una fórmula que multiplicaba los metros cuadrados de algunas avenidas que pavimentó por los metros cúbicos de material utilizado (sic), “e-qui-va-lí-a” a haber pavimentado mil calles. ¡Vaya tomada de pelo! Yo no lo escuché decir eso en su campaña, nunca habló de su “formulita mágica”, él dijo que iba a pavimentar mil calles, ¡punto!, no “el equivalente a mil calles”.

 

 

Pero no sólo eso, su “compromiso” fue pavimentar mil calles por año. Lo cual sonaba a una locura (y como tal quedó). Después del fiasco en su primer año, Eduardo Rivera fingió demencia y nunca más volvió a mencionar (ni por error) su promesa de campaña. Afortunadamente hay hemerotecas que dan fe de sus “propuestas” y ciudadanos con memoria.

 

 

A partir de ese momento, Eduardo Rivera se dedicó a instalar aparatos para hacer ejercicio en los parques, y de hecho creo que es lo más destacado de su administración.

 

 

Las colonias irregulares siguen siendo el gran pendiente, muchas familias viven sin tener la certeza jurídica de sus humildes patrimonios y por lo tanto no pueden gestionar los servicios básicos: agua potable, luz, alcantarillado, etc. ¿Cuántas colonias ha regularizado Eduardo Rivera? Ninguna. ¿Qué políticas lleva a cabo Rivera para evitar (frenar) el crecimiento desordenado de la ciudad? Ninguna. ¿Qué programas opera el ayuntamiento de combate a la pobreza? Ninguno. ¿Qué plan se ha puesto en marcha para detonar la actividad económica en Puebla? Ninguno.

 

 

Lamentablemente, la administración de Eduardo Rivera se ha caracterizado por pensar en chiquito y actuar en chiquito: tapa bachecitos (y mal, por cierto), cambia luminarias, pone “jueguitos” en los parques, pinta las aceras del Centro y otorga todos los permisos que le pide (exige) el gobierno del estado. En suma, parece un ayuntamiento “de pueblito” en vez de ser un gobierno municipal de una de las ciudades más importantes (y complejas) del país.

 

 

¿Ésa es la ciudad que queremos? No lo creo.

 

 

Por eso, a iniciativa de los regidores del PRI en el Cabildo se organizó una consulta ciudadana para conocer la opinión de los poblanos respecto a las condiciones en las que se encuentra la ciudad. La idea es contrastar el discurso oficial con la realidad: la ciudad que queremos vs la ciudad que tenemos.

 

 

¿Quién mejor que los ciudadanos para evaluar el gobierno de Eduardo Rivera? ¿Quién mejor que aquellos que padecen los problemas cotidianos para decirle a la autoridad aquello en lo que está rezagado?

 

 

Si el presidente es maduro y sensible, recogerá los resultados de dicha consulta y redireccionará su ejercicio de gobierno de cara a su último año de gestión. Si es un político intolerante, seguramente descalificará los resultados y emprenderá ofensiva contra los organizadores.

 

 

Veremos qué clase de gobernante tenemos. Sería oportuno decirle que la crítica no es personal y nunca es con el afán de agredir, sino de corregir.

 

 

 

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