Friday, 29 de March de 2024


El crack bursátil amenaza al PRI: desplome en la Bolsa




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Nadie en el PRI va a asumir el costo de la derrota. No lo hará Pablito Fernández del Campo, que por decreto propio ya es diputado de la próxima Legislatura y vivirá cómodamente los siguientes 4.8 años. Tampoco lo hará Fernando Moreno Peña, quien acabando su misión en Puebla, continuará el exilio de su natal Colima

La campaña electoral no ha empezado y el PRI ya pide esquina. No se trata solamente del espacio de incertidumbre generado por la decisión del Tribunal Electoral de quitarle el nombre a “Mover a Puebla” y del clavo ardiente en la esperanza de que el Tribunal Federal se los regrese. Tampoco que el silencio de Enrique Doger sea cada vez más pesado pese a que en la planilla del candidato a la alcaldía le respetaron sus espacios, o que Javier López Zavala, que nunca se había lanzado en contra de su partido, ahora se dé gusto repartiendo mandobles contra Pablito Fernández del Campo y el delegado Moreno Peña, y que incluya en su rebelión a otros 10 legisladores federales. Lo que hay en el PRI es una sensación de orfandad, de que los apoyos supuestos de la Federación nunca llegaron, que Osorio Chong y Videgaray los dejaron solos. Y que en esa situación, los priistas han decidido que es mejor regresar al redil de @RafaGobernador antes que vivir de las promesas de Ivonne Ortega.

 

 

Todos en el PRI se hacen la misma pregunta: ¿dónde están los refuerzos que supuestamente Peña Nieto y sus huestes iban a enviar para nivelar la cancha con el morenovallismo?

 

 

Los priistas han perdido esa sensación de fortaleza y bravuconería que tuvieron en las horas posteriores a la detención de Elba Esther Gordillo, cuando ya veían a un Moreno Valle arrodillado, esperando la espada de Peña Nieto. El punto de ese máximo de exceso de confianza ocurrió cuando Enrique Agüera fue destapado atropelladamente. Y desde ese mismo momento, el globo tricolor empezó a desinflarse. El #LunesNegroEnElPRI es la amenaza de una pendiente que todavía no toca fondo para lo que parece ser un desastre inminente

 

 

Si es una verdad de vida que nadie ama a los perdedores, que es una patraña aquello de que lo importante no es ganar sino competir, y que todas las derrotas son huérfanas, nadie en el PRI va a asumir el costo de la derrota. No lo hará Pablito Fernández del Campo, que por decreto propio ya es diputado de la próxima legislatura y vivirá cómodamente los siguientes 4.8 años.

 

 

Tampoco lo hará Fernando Moreno Peña, quien acabando su misión en Puebla, continuará el exilio de su natal Colima e irá a otro estado a venderse como el gran operador político, seguido de sus compinches de cártel. Una prole trashumante que viaja por el país de estado en estado hasta que les permitan regresar al suyo.

 

 

El PRI vive sus peores horas luego de que terminara oficialmente el periodo de registros, pero la crisis se originó semanas atrás cuando el delegado Moreno Peña decidió entregar las candidaturas a personajes que se encontraban lejos de los primeros lugares en las encuestas. Pese a su experiencia previa como gobernador, el colimense desestimó las hipotéticas deserciones y de forma soberbia afirmó que gracias al gobierno federal tenían un “botiquín” para sanar a los heridos del proceso interno.

 

 

El problema es que el botiquín no llegó. O se perdió en el camino. Y @RafaGobernador ejerció toda la facultad de seducción que tiene un gobernador gracias a su multitud de instrumentos. De la noche a la mañana, el PRI se encontró con deserciones inesperadas como la de Sara Chilaca e Ignacio Mier Jr. Pero también que muchos de sus aspirantes derrotados se fueron al PT, a PSI e incluso a MC antes que formar parte de las planillas. Decisiones ilógicas, inesperadas para Pablito que lo único que conoce electoralmente hablando es Puebla capital, y para alguien que gobernó un estado de apenas 10 municipios y 650 mil habitantes.

 

 

Todo le ha salido mal al PRI. Los nombramientos de los delegados federales no fueron decepcionantes sino lo que le sigue, porque hasta el día de hoy tienen las manos amarradas, en parte porque los subalternos son panistas y en parte porque el #Hambregate los puso en la mira. Los pesos pesados como Blanca Alcalá acomodaron a sus juniors en la planilla agüerista y después volaron cual inversionistas golondrinos. Incluso Pepe Chedraui se dio el lujo de meter a su vástago, pese a la inexperiencia política del padre y del hijo. Pablito decidió asegurar su futuro a costa de enviar el peor mensaje a la militancia, especialmente a los jóvenes y mujeres.

 

 

Total, en la Bolsa de Valores de la política las perspectivas del PRI van a la baja. Por supuesto que la decisión del Tribunal Federal Electoral será determinante: en caso de confirmar la cancelación del nombre “Mover a Puebla” vendrá el crack bursátil total. Una catástrofe auténtica, porque todos los promocionales ya han sido impresos y la producción de los spots de radio y televisión para la primera etapa de la campaña finalizó. Un dispendio brutal de dinero, pero sobre todo de tiempo, que es lo único que no puede recuperarse.

 

 

De fondo, ante la orfandad, la falta de cumplimiento en las promesas del CEN y del gobierno federal, muchos priistas han decidido jugar de lado de @RafaGobernador. Unos de forma abierta, cambiando de siglas, y otros hacer el trabajo sucio desde dentro. Los más suicidas, como el profe Ceballos, han decidido incluso servir de golpeadores. Y lo más increíble es que desde la Federación observan pasivamente mientras el PRI poblano se ahoga. ¿Cuándo llegarán los refuerzos? ¿Quién les tira un cable?

 

 

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