De bebé, una fiebre muy alta le provocó a Weiqing daños cerebrales. Desde la edad de seis años comenzó sufriendo graves ataques epilépticos, informa el diario 'Mirror'.
Su madre, Peng Waimei, dice que ella ha mantenido a su hijo encerrado en una jaula desde entonces con el fin de protegerlo. Ante el temor de que se hiciese daño a sí mismo y a su familia y al no poder pagar el tratamiento médico, el marido de Waimei construyó una serie de jaulas que se hacían más grandes mientras Weiqing crecía.
"Él no puede controlarse a sí mismo", aseveró la china. "Cuando era joven, a menudo se cortaba con un cuchillo o trozos de vidrio. Incluso caminando, de repente podía caerse y golpear su cara, haciéndola sangrar".
El marido de Waimei ha fallecido, y la china que ya tiene 80 años ha hecho un llamamiento para que alguien cuide de él después de que ella muera.