Wednesday, 24 de April de 2024


Aguirre Rivero: insostenible negligencia criminal




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
foto autor
“Guerreros Unidos” exclusividad territorial  

En un país que está perdiendo la capacidad de asombro, los hechos de Iguala, Guerrero, horrorizan por la pasividad e indolencia oficial frente a un crimen masivo que parecía anunciado.

 

 

Desde el sexenio de Calderón los mexicanos nos acostumbramos a las notas sobre asesinatos, ejecuciones masivas, “levantones”, masacres…

 

 

Pero aún frente a la barbarie y el horror que se han vuelto como parte del mobiliario urbano, que vemos todos los días, hay hechos que nos causan estupor por la amoralidad que delincuentes y gobernantes muestran por igual.

 

 

#Ayotzinapa tema que conmociona al país entero ya era señalado como un foco rojo por analistas y periodistas guerrerenses. Empero el gobierno estatal actuó con total indiferencia y deliberada omisión.

 

 

El ataque armado a un equipo de futbol y el levantón masivo de decenas de estudiantes normalistas nos hablan del tamaño del monstruo.

 

 

Se ha abordado profusamente el efecto de la “atomización” o fragmentación de las organizaciones delictivas. Al caer un capo (abatido o procesado) su cártel no se destruye, solo se transforma y pasa a convertirse en una seria de células con un enorme poder destructivo. Eso es lo que sucedió en la entidad con la organización autodenominada “Guerreros Unidos”, un apéndice del fenecido cártel de los Beltrán Leyva.

 

 

Empero fue durante el periodo de Ángel Aguirre cuando esta célula delictiva evolucionó al grado de convertirse en un “cártel estatal”. Curiosamente no existen registros de que “Guerreros Unidos” opere en Michoacán o en Oaxaca, solo se circunscribe al estado de Aguirre. Como si gozaran de algún tipo de exclusividad territorial.

 

 

Indiscutible irresponsabilidad

 

 

Es inobjetable la irresponsabilidad que ha mostrado Aguirre Rivero durante su desgobierno; negligencia en algunos casos, ausencia deliberada en otros. Su permanencia es simplemente inaceptable, intolerable para la sociedad del México contemporáneo.

 

 

La negligencia del gobernador ha quedado demostrada en múltiples ocasiones, lo mismo frente a desastres naturales y el papel omiso en la reconstrucción de decenas de poblaciones afectadas.

 

 

Los crímenes políticos que suceden a plena luz del día, el ambiente generalizado de represión policiaca, la asfixia social ante los tentáculos del crimen organizado que toca todos los rincones y facetas de la entidad, desde los grandes capitales de Acapulco, hasta los humildes campesinos de Tierra Caliente, todo esto hace de Guerrero el ejemplo inapelable de un estado fallido.

 

 

Hace mucho que Aguirre perdió el control del estado. Y por cierto tal parece que no le interesa sostenerlo.

 

 

Es el ejemplo contundente de la sujeción, del sometimiento de un gobernador a los dictados de la delincuencia organizada.

 

 

La mezquina defensa de “los Chuchos”

 

 

La miopía social e histórica de Jesús Zambrano y Jesús Ortega al salir en defensa del gobernador guerrerense es moralmente inaceptable.

 

 

Para estos “líderes” la caída de Aguirre representa un agravio, no por las posibilidades que tenga el beltronista Manuel Añorve de recuperar el estado para el tricolor, sino por lo que ellos consideran la verdadera amenaza: una derrota ante el virtual candidato de MORENA Lázaro Mazón, el abanderado que ya prepara López Obrador.

 

 

La pejefobia de “los Chuchos” hace de ese escenario algo inadmisible. Pero como siempre están priorizando sus preferencias por encima de los intereses de la sociedad.

 

 

Al salir en defensa de lo indefendible Zambrano y Ortega en nada favorecen el proyecto de la izquierda mexicana, al contrario solo la degradan y denigran a una postura mezquina.

 

 

Para los sedicentes líderes es más importante el proyecto de impulsar a Armando Ríos Peter, el autodenominado “jaguar” como una manera de atajar al candidato lopezobradorista. Para su visión arcaica en estos momentos la caída de Aguirre Rivero representa la pérdida de la plaza.

 

 

Por su parte AMLO no deja pasar la oportunidad. Siempre evitó manifestarse frente a otras masacres como la de Creel, Villas de Salvarcar, San Fernando o Casino Royale, pero en esta ocasión López Obrador salió al ruedo a darle una estocada a Aguirre; “Por ninguna circunstancia debe haber impunidad ante la barbarie en Guerrero. Por el bien de todos, urge cambiar este régimen caduco, corrupto e inhumano”, declaró durante una gira en Hermosillo.

 

 

Procedente la desaparición de poderes

 

 

El asunto debe ser tomado por el Congreso de la Unión. Sobre todo ahora que los líderes de la Cámara Baja y Alta, Silvano Aureoles y Miguel Barbosa respectivamente, pertenecen al mismo partido político que el gobernador.

 

 

Aguirre Rivero debe ser destituido por el Congreso de la Unión y debe decretarse la “desaparición de poderes” en Guerrero.

 

 

Procedería la designación de un “gobernador interino” propuesto por el ejecutivo federal, pero calificado por el Senado de la República, mismo que no tendría necesidad de convocar a elecciones extraordinarias, sino solo a limitarse a conducir el estado hasta el proceso ordinario de 2015.

 

 

La Constitución Política del estado de Guerrero contempla en su Título Décimo Tercero “Responsabilidad de los Servidores Públicos del estado de Guerrero” y en la sección IV se refiere a la “Responsabilidad Política” en la que se encuadra la figura de la destitución mediante el Juicio Político llevado al cabo por el congreso estatal.

 

 

Aunque la posibilidad de un juicio local es mínima, existen todas las condiciones para que el congreso federal decrete la “Desaparición de Poderes” en Guerrero.

 

 

Aguirre debe ser destituido para sosegar la elección de 2015

 

 

Esta acción, por si sola, garantizaría que en Guerrero el proceso local y federal de 2015 se desenvuelva en un ambiente de relativa estabilidad social.

 

 

La permanencia de Aguirre en nada contribuye al desarrollo de un proceso electoral sereno, al contrario la animadversión y el encono social pueden desembocar en una contienda altamente volátil.

 

 

Existen todos los elementos para una elección catastrófica: una sociedad enardecida por un gobierno omiso e incompetente; conflictos sociales generados por la ausencia de una respuesta oficial frente los desastres naturales, un tejido de intereses del crimen organizado en el futuro proceso electoral.

 

 

Es la “tormenta perfecta”; una elección en la que nadie estaría seguro, candidatos a gobernador, a presidentes municipales, diputados locales y federales se colocarían bajo la mayor de las incertidumbres y zozobras.

 

 

Una elección extremadamente vulnerable.

 

 

La permanencia a Ángel Heladio Aguirre Rivero es política, social y moralmente imposible.

 

 

Como en su momento fue la de Fausto Vallejo Figueroa

 

 

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

 

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