Friday, 19 de April de 2024


Margarita y Felipe, con las manos manchadas de sangre




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
foto autor
El clan Calderón está de regreso.

Sin eufemismos, sin insinuaciones están de vuelta.

 

Quieren volver al poder, al verdadero poder, aquel que les permita en el futuro inmediato influir en la cúpula de su partido y por ende en las inminentes designaciones de candidatos a gobernadores, senadores y diputados.

 

El primero fue el mismo Felipe Calderón Hinojosa quien hizo la presentación de su libro “Los retos que enfrentamos”, un libelo, una apología del mayor desastre que haya visto el México contemporáneo.

 

Luego apareció en escena María Luisa “Cocoa” Calderón, la hermana, quien se auto destapa, nuevamente, como precandidatura a gobernadora de Michoacán.

 

Finalmente llega la pieza dorada del grupo, Margarita Zavala quien sin ambages declara que busca una diputación federal.

 

No hay que darle vuelta, los Calderón están de regreso. Adictos al poder no pueden vivir al margen del ejercicio de la política, pero sobre todo no toleran el exilio, el ostracismo al que fueron arrojados por su partido y por el país mismo.

 

Sin embargo están de vuelta, montados, favorecidos por la crisis sin igual que sacude al gobierno de Enrique Peña Nieto. Una reforma fiscal que amarró, atoró la economía, aunada a una crisis de Seguridad Nacional que ya sobrepasa lo visto en los seis años de Calderón.

 

Pasamos del estado fallido al estado rebasado. Las instituciones responsables de la justicia están agotadas, liquidadas, desbordadas por la violencia que envuelve al país.

 

Gracias a esto los Calderón están de vuelta. Y ahora sin pudor, ni rubor declaran que nuevamente buscan las mieles del poder político. Pero por encima de todo, es más que claro que la otrora familia dorada del panismo le apuesta a la desmemoria de los mexicanos.

 

Los Calderón quieren que México olvide las masacres de Creel, de San Fernando, de Villas de Salvárcar, el ataque a Casino Royale y tantas otras que resultan incontables, todos esos baños de sangre en nombre de una falsa guerra en contra del Crimen Organizado.

 

Edgardo Buscaglia, analista de la Organización de las Naciones Unidas, es sin duda el mayor crítico de aquella falsa guerra librada por Calderón.

 

En su libro “Vacíos de poder en México” el estudioso del crimen organizado señala que la guerra de Calderón solo fue un aparato policiaco - militar lanzado a las calles sin inteligencia, ni estrategia.

 

Buscaglia siempre enfatizó la deliberada omisión mostrada por Felipe Calderón de una batalla dirigida contra las empresas que lavan las ganancias estratosféricas que obtienen los cárteles mexicanos.

 

Durante todo el sexenio del michoacano no se desmanteló ni una sola estructura financiera del crimen organizado. Quisieron combatir la violencia con más violencia, enfrentar a unos cárteles para cobijar y proteger a uno.

 

Toda esa falsa guerra contra el narcotráfico llenó de sangre las calles de México. No hay una cifra oficial, histórica del número de muertes en el sexenio de Calderón.

 

Las mediciones van de los 70 mil muertos según el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, a los 121 mil decesos violentos que asegura la bancada de Emilio Gamboa Patrón.

 

A esta cifra deben sumarse los 26 mil 112 mexicanos desaparecidos.

 

La falsa guerra de Felipe Calderón generó el mayor genocidio en la historia del México contemporáneo.

 

Pero también la señora, tan gentil y carismática tiene sus culpas.

 

Los padres de la Guardería ABC, de Hermosillo Sonora, jamás van a permitir que México olvide la protección que Margarita Zavala le dio a su prima Marcia Matilde Gómez del Campo socia fundadora de esa estancia infantil.

 

Al mediodía del 5 de junio de 2009 un incendio consumió la Guardería ABC provocando la muerte de 49 bebés y causando lesiones de por vida a 76 más.

 

Desde un principio la presidencia de la República mostró una indiferencia y desdén absolutos. Las Procuradurías de Justicia del estado y General de la República siempre mostraron la clara intención de encubrir a los socios propietarios de la guardería.

 

Pese a tratarse de la mayor tragedia infantil en la historia de México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se negó a atraer el caso.

 

Los padres de la Guardería ABC, entre ellos Julio Márquez, siempre señalaron de manera directa y precisa a Margarita Zavala como la mano que protegió a los culpables de ese hecho tan vergonzoso como doloroso.

 

Aún así, con todos estos antecedentes Margarita Zavala vuelve a México en busca de una diputación federal y asegura al diario El Universal: “Calderón y yo podemos caminar tranquilos”.

 

Es un grave error pensar que el pueblo mexicano no tiene memoria.

 

Para millones de mexicanos Margarita y Felipe tienen las manos manchadas con la sangre de los inocentes.

 

Y esa sangre jamás se podrá borrar.

 

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx. 

 

 

 

 

 

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