Saturday, 20 de April de 2024


Varguitas en Santiago Miahuatlán: el fraude grotesco




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
foto autor
Se llama Luis Flores Rodríguez.

Durante décadas su trabajo consistió en cargar la oscura maleta de corruptos presidentes municipales. Lo mismo en Santiago Miahutlán, que en Tlacotepec de Porfirio Díaz. Así fue secretario particular, tesorero o secretario general en varios Ayuntamientos.

 

 

Pero un día Luis Flores decidió que ya no iba a cargar más maletas que no fueran suyas. Y entonces decidió lanzarse en busca de la presidencia municipal de Santiago Miahuatlán. Se reunió con un grupo de ex alcaldes, a quienes en el pasado había servido y comenzó a operar su campaña electoral.

 

 

Desde el inicio del proceso interno priísta Luis Flores mostró sus cartas: infló el padrón electoral con personas que no eran de ese municipio. Desde Tlacotepec de Porfirio Díaz llevo a decenas, tal vez cientos de personas para afiliarlas como electores de Miahuatlán. Solo así mediante el tramposo artilugio electoral pudo “ganar” el proceso interno.

 

 

La inconformidad en su contra fue enorme. Luis Flores tuvo que ser sacado en una patrulla porque la turba enardecida amenazaba con lincharlo. Pese a esto el PRI de Pablo Fernández del Campo dio como buena su “victoria”.

 

 

Durante el proceso constitucional la receta fue la misma; inflaron el padrón electoral, rellenaron urnas y aun así, cuando ya veía perdida la elección el candidato Luis Flores pidió el apoyo del alcalde Juan Alcántara para que policías municipales se robaran las urnas en las casillas donde iba perdiendo.

 

 

Todo fue presentado ante el Tribunal Electoral del Estado y ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Solo que los habitantes de Santiago Miahuatlán no contaron con un buen abogado que le diera forma y rigor jurídico a sus argumentos.

 

 

Las pruebas, los múltiples fraudes y abusos que se cometieron estaban ahí, pero falto darle la estructura y el cuerpo jurídico a la demanda. La historia de siempre, los hechos estaban, pero no hubo un abogado que le diera forma al debido proceso.

 

 

Ante esto Luis Flores quedó como presidente municipal electo de Santiago Miahuatlán.

 

 

De inmediato se desbordó la voracidad. Aquel sujeto sin profesión, sin negocio, sin despacho compró una camioneta Toyota modelo Sequoia de más de 800 mil pesos y otros vehículos modelo 2014. También remodeló su casa y la de su ex esposa.

 

 

Un despliegue de varios millones de pesos, aun antes de tomar protesta.

 

 

Por las noches los habitantes de Miahuatlán escuchan las detonaciones que Flores hace con sus armas de fuego. Al fiel estilo de “Varguitas”, el presidente municipal de la película “La Ley de Herodes”, Luis Flores embriagado de alcohol, de arrogancia y de poder sale a disparar tiros al aire para amedrentar a la población.

 

 

El viernes 14 de febrero cientos de habitantes de Santiago Miahuatlán se concentraron en la alcaldía para impedir la toma de protesta de Flores. Con cohetes alertaron a la población para que se reunieran en la explanada principal.

 

 

Miahuatecos de todas las edades, desde una jovencita de 18 años que por primera vez emitió su sufragio, hasta una mujer de 85 años de edad, quien con un rupestre palo de madera, a modo de bastón, llegó caminando hasta el palacio municipal.

 

 

En realidad fueron cientos de habitantes. Humildes mujeres y hombres de sombrero y huaraches que solo tienen un reclamo: que no se imponga un sujeto corrupto como presidente municipal.

 

 

Pero en la otra esquina se movía el aparato del infame. Al mediodía del sábado 15 de febrero comenzaron a entrar decenas de autobuses a aquel municipio. Trasladaban a personas de Tlacotepec de Porfirio Díaz para llenar al acto de Luis Flores.

 

 

El verdadero pueblo de Miahuatlán le lanzó decenas de piedras y huevos, el munícipe fraudulento tuvo que salir corriendo.

 

 

Los cientos de inconformes tomaron control de la alcaldía.

 

 

Ante esto la Secretaría General de Gobierno sin ápice de tacto, ni sensibilidad social, ordenó un despliegue de más de 300 granaderos para retirarlos. Todo el aparato policiaco para reprimir a habitantes de sombreros y huaraches, mientras el delincuente electoral se pasea en una camioneta Sequoia modelo 2014, de 800 mil pesos.

 

 

Nada bueno surgirá de este conflicto social. No importa que la Secretaría General de Gobierno pretenda reprimirlos. En realidad la dependencia no está resolviendo un problema, está creando uno mayor.

 

 

El pueblo de Santiago Miahuatlán no se quedará cruzado de brazos.

 

 

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

 

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