“La democracia ha muerto”.

 

 

“Desaseada jornada entre mutuas acusaciones”.

 

 

Todo indica que estos serán los titulares que se habrán de publicar la mañana del lunes 19 de mayo, al día siguiente de la jornada interna panista.

 

 

Ya desde este momento se cruzan airadas acusaciones, sobre todo las que salen del frente bélico de Ernesto Cordero a través de sus combativos voceros Ana Teresa Aranda y Javier Lozano Alarcón.

 

 

Cordero ha quemado sus naves. Decidió jugarse el todo por el todo. Sabe que de perder, esta será su tercera derrota. La primera fue la puja interna que le arrebató Josefina Vázquez Mota, la segunda fue su vergonzosa expulsión de la coordinación de los senadores albiazules.

 

 

Esta sería la tercera derrota. Y por tanto la final, la que decidirá su expulsión de la política.

 

 

Y hay que decirlo con toda precisión, el panismo se divide en dos grandes bloques: los calderonistas contra los que repudian a los calderonistas, que son indiscutiblemente la mayoría.

 

 

Calderón estigmatizó a su grupo, pero de una forma vana. Cuando tuvo todo el poder y la fuerza de la presidencia no pudo hacer ganar ni a su delfín Ernesto Cordero Arroyo, ni a su hermana María Luisa “Cocoa” Calderón.

 

 

Hoy que ya nada representa y que es el ex presidente más débil y repudiado de las últimas décadas poco es lo que puede hacer por su grupo.

 

 

Por eso los calderonistasse están jugando el último volado, en una inocultable medida de desesperación. Ya quemaron sus naves y van textualmente por todo o nada.

 

 

Las secuelas serán enormes y como desde hace semanas lo apuntamos la noche del domingo 18 de mayo el triunfador tendrá la presidencia de un trozo, un pedazo de lo que alguna vez fue el Partido Acción Nacional.

 

 

Una victoria estrictamente pírrica.El PAN tardará una década en recuperarse de esta carnicería.Ayer el periodista Álvaro Delgado intituló a su artículo “El desastre que viene”.

 

 

Empero poco se ha dicho de un factor que será determinante en la jornada del domingo 18 de mayo.

 

 

El gobierno de la república está construyendo, desde este momento, las condiciones de la sucesión en el año 2018.

 

 

Todo lo que se ha documentado, publicado, televisado sobre la línea 12 del metro es la mayor campaña que se haya orquestado para deshacer a un aspirante presidencial, cuatro años antes de la sucesión.

 

 

Todo el despliegue sobre la línea 12 del metro capitalino tiene la clara intención de hacer pedazos las aspiraciones presidenciales de Marcelo Ebrard. Una colosal maquinaria para destruir a un aspirante, sin siquiera mencionar su nombre.

 

 

Existen claros indicios de que en la puja interna por la presidencia del PAN también está operando la presidencia de la república, con la intención de descarrilar aún más las maquinarias que se confrontan y de provocar que los daños que se causen sean los mayores posibles.

 

 

En ese contexto deben leerse las declaraciones que Vicente Fox hizo hace unos días al diario El Universal, cuando señala que “Felipe Calderón construyó una gigantesca fosa de 80 mil muertos”.

 

 

En el transcurso de los próximos días y semanas  veremos como las declaraciones de combativos panistas serán magnificadas en estratégicos medios nacionales.

 

 

Se trata de coadyuvar a que se despedacen entre ellos.

 

 

Mientras tanto en Puebla veremos una auténtica escena de box. Eukid Castañón versus Fernando Manzanilla en el segundo round de la ya inocultable animadversión que los caracteriza.Pero eso será motivo de otra entrega.

 

 

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