Thursday, 28 de March de 2024


Déjà vu sexenal: Moreno Valle en el espejo de Mario Marín




Escrito por  José Zenteno
foto autor
Hace seis años el gobernador del estado era Mario Marín Torres, emanado del PRI y cargaba con el peso de un escándalo de alcance nacional que ensombreció su sexenio.

En ese contexto, se acercaban los tiempos de la sucesión y en Mas Data veníamos levantando encuestas para documentar el proceso. Entre las hipótesis que consideramos decisivas para la elección del 2010 era anticipar y estimar el efecto del anhelo de cambio en las preferencias electorales.

 

 

Como lo aprendimos después, todos los ciudadanos queremos cambio para que las condiciones mejoren, y las elecciones son la oportunidad para incidir mediante el voto en esas posibilidades. Sin embargo, la demanda de cambio no es por definición -ex ante- el factor que determina el sentido del voto, solamente actúa cuando uno de los contendientes es capaz de extraer esa emoción de los electores y convertirla en un motivador de voto a su favor. Los estrategas de Rafael Moreno Valle supieron leer el escenario de Puebla y comunicaron el mensaje correcto que se convirtió en un triunfo electoral.

 

 

La campaña “abre los ojos” fue una convocatoria a un electorado molesto, frustrado, deseoso de evitar la continuidad del marinismo, y la narración del discurso fue correcta. La consecuencia fue un cambio vertiginoso de las preferencias, en las últimas 6 semanas previas a la elección de julio, Rafael Moreno Valle alcanzó y rebasó a Javier López Zavala, quien en marzo tenía una ventaja de por lo menos 15 puntos.

 

 

Hasta aquí hay dos elementos que quiero resaltar. Si bien habíamos detectado una demanda mayoritaria de cambio de grupo político, nuestras encuestas marcaban como ganador al candidato del gobierno hasta ya entrado el mes de mayo de 2010. Además, la aprobación a la gestión de Mario Marín estaba en niveles aceptables, lo que incluso detenía al candidato opositor de criticarlo frontalmente por temor a que sus ataques se le revirtieran. Por lo tanto, llevar ventaja en la intención de voto y contar con aprobación de la gestión gubernamental, no garantizan el triunfo para el candidato del partido en el poder. Esto quizá se deba a que es más fácil retar que refrendar el mandato cuando se está ante un electorado como el de Puebla, mayoritariamente independiente o “switcher”.

 

 

Conscientes de todo lo anterior, en nuestra encuesta estatal de septiembre de 2014 comenzamos a medir algunos de los indicadores que hace 5 años nos dieron indicios de cómo podría resultar la elección del 2010. Para poder comparar como estaba el escenario en tiempos de Mario Marín con los actuales de Rafael Moreno Valle, presentaré los resultados de una encuesta de febrero de 2009 cuya muestra de 1200 entrevistas fue del mismo tamaño que la actual.

 

 

Comencemos con la comparación entre la aprobación a las gestiones de gobierno. En 2009 el gobernador Marín Torres tenía 15 % de acuerdo total, 39 % de acuerdo parcial, 19 % de desacuerdo parcial y 21 % de desacuerdo total. En 2014 el gobernador Moreno Valle tiene 20 % de acuerdo total (5 puntos más que MMT), 39 % de acuerdo parcial, 16 % de desacuerdo parcial y 22 % de desacuerdo total (1 punto más que MMT). Los datos son muy similares.

 

 

Los ciudadanos asocian los resultados de un gobierno con mejoras en la calidad de vida. En 2009 el 77 % respondió que era necesario un cambio en el gobierno para que las cosas mejorasen y el 19 % consideró que debía seguirse por el mismo rumbo. En 2014 el mismo 77 % opina que es necesario un cambio de rumbo (48 % demanda cambio total y el resto cambio parcial), mientras que solamente el 16 % cree que debe seguirse el mismo rumbo. Nuevamente los datos son muy similares.

 

 

La demanda de cambio de grupo político es un indicador muy útil para determinar si la gente está dispuesta a refrendar al régimen. En 2009 el 60 % demandaba cambiar al marinismo y 21 % prefería la continuidad; en 2014 el 48 % demanda cambiar al morenovallismo y el 26 % prefiere la continuidad. La diferencia de 12 puntos entre lo que observamos en 2009 contra lo que hay en 2014 es significativa pero no decisiva.

 

 

Alguien me preguntó si estaríamos mejor con López Zavala. Pienso que el problema radica en que Moreno Valle no está resultando mejor de lo que los poblanos esperaban obtener con el marinismo, al menos así lo demuestran las encuestas. De ahí el “Déjà vu sexenal”, la película que ya vimos una vez y se está repitiendo como si fuera la reedición del mismo libreto: ambos ganaron por amplio margen, gozaban de una gran legitimidad y la población tenía puestas sus expectativas en ellos al comienzo de sus administraciones; ambos ganaron con autoridad las elecciones intermedias donde ratificaron su control del congreso y de los principales ayuntamientos; ambos tuvieron un erróneo manejo de crisis que los llevaron a derrochar su capital político. Solo resta saber cómo termina el actual sexenio y de qué partido es el próximo inquilino de Casa Puebla.

 

 

 

 

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