Los priistas de élite rechazaban confrontar con el gobernador poblano pues entendían que mientras estos dos personajes se llevaran de piquete de ombligo, guerrear con Moreno Valle era estéril y estúpido, digamos que como lanzarle flechas a un fulano que tiene un cuerno de chivo, y esa chamba belicosa se la dejaron a los de escasa materia gris como Pablo Fernández del Campo, Enrique Moreno Peña y a media docena de desquiciados.
Sin embargo de acuerdo a lo que estamos viendo la relación, del gobernador y el presidente, aparentemente ha cambiado. Y dicen que lo que se ve no se juzga. Hoy la bancada de legisladores priistas quiere abrir la cuenta pública 2012 de Moreno Valle porque tantea presuntos actos de corrupción en la aplicación de los dineros públicos y de un subejercicio desquiciadamente millonario que ronda los 2 mil millones de pesos.
Los que estudian la política mexicana entienden a la perfección que los diputados, de cualquier partido, no se mandan solos, que actúan por consigna, que tienen gafas que sólo les permiten ver de frente, que son una especie de sicarios que ejecutan ordenanzas que les vienen de arriba, por ello resulta difícil creer o siquiera pensar que a los diputados locales del PRI de la noche a la mañana les salió lo ético y lo preocupados porque los dineros del pueblo lleguen al pueblo. Sí, como no.
Antes de que los españoles nos conquistaran Moctezuma vio señales divinas en el cielo que le anticiparon que la cosa se le iba a poner color de hormiga al imperio azteca y vaya que se le pusieron difíciles. Hoy vemos las señales de la Auditoria Superior de la Federación y de los diputados priistas exigiendo que Moreno Valle aclare, por un lado, la compra de artículos con sobreprecios y, por otro, una montaña de dinero que misteriosamente no se ejerció.
Comparemos. Si Moctezuma no nos engañó con el cuento de las señales divinas, podría decirse que en Puebla se están viendo señales muy parecidas a las del jerarca azteca que amenazan en la actualidad con ponerle las cosas harto complicadas al ilustre gobernador Moreno Valle, señales de guerra denunciadas y escandalizadas sí por la Auditoria Superior de la Federación y por los diputados locales del PRI, pero ordenadas desde arriba.
