Monday, 06 de May de 2024

Martes, 12 Mayo 2015 01:34

Se requiere relación de respeto entre el CEN y CDE




Written by  Rafael Micalco

En Acción Nacional mantenemos firme nuestra posición democrática, porque consideramos a la democracia no sólo como una fría técnica numérica, fácilmente corruptible, encaminada a computar quién tiene derecho a la titularidad del poder, sino fundamentalmente como capacidad humana de servicio a la comunidad dentro de la cual forjamos nuestro destino personal, para la realización de un orden de justicia con libertad, en la convivencia interna y en las relaciones internacionales; porque la consideramos como capacidad responsable de institucionalizar la participación de los sectores del pueblo que agrupamos en la elaboración y ejecución de las decisiones del poder, y porque aceptamos la tarea política como responsabilidad personal

Adolfo Christlieb Ibarrola



La nuestra es una institución con profundas raíces democráticas y humanistas, por ende la relación interinstitucional debe considerar esos términos, y más aun tratándose de las relaciones internas del partido. Estamos ciertos de que la estructura organizacional es piramidal, y que el orden y funcionamiento se da en el marco legal que establece las atribuciones contenidas en nuestros Estatutos y Reglamentos.

 

Acción Nacional es un partido que busca el poder como herramienta para lograr el bien común, es una institución con bases sólidas y es una fuerza política pujante en el país. Y más aún, Acción Nacional es la institución de los mexicanos que buscamos enaltecer los valores y principios que le son inherentes al ser humano en la actividad política, lo que sin duda representa un reto para todas las generaciones y una condición inamovible para mantener la esencia que como organización la hizo posible.

 

Don Rafael Preciado Hernández decía: "si por política entendemos la organización realmente vivida de un pueblo, ordenado al bien común temporal del mismo pueblo, la democracia, siendo fundamentalmente política, deja de ser formal; ya no es mera técnica o método de creación de reglas sociales".

 

En los Estatutos Generales, en el capítulo quinto artículo 67, establece que los presidentes de Comités Estatales serán los responsables de los trabajos del Partido en su jurisdicción, la elaboración de planes y programas, así como dirigir y vigilar el trabajo de sus comités municipales, mantener comunicación y relación con los municipales y estatales, entre otras. En el inciso c) a la letra dice: "mantener relación permanente con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional para presentar iniciativas, recibir directrices y asegurar la coordinación adecuada de los trabajos del partido en la entidad con los que se efectúen en el resto de la República".

Una vez reflexionado lo anterior y en un ejercicio respetuoso de autocrítica, diría que nuestra organización vive y se mantiene a través de su estructura formal, sin simulaciones ni las llamadas "reglas no escritas" términos acuñados por un sistema autoritario propio de otros partidos.

 

Al partido y sus militantes no se les puede lastimar entregando sus funciones, atribuciones y facultades a un gobierno en turno, porque perdería su esencia como organización democrática ya que se contraviene su vocación echando por tierra la doctrina, principios y valores que como instituto político nos dan identidad y cohesión.

 

En la relación entre el Comité Ejecutivo Nacional y el Comité Estatal no debe existir ningún ente intermedio, mucho menos un gobierno constitucional, que al intervenir, estaría faltando a los deberes partidistas que como autoridad electa asume con el cargo, mismos que se enuncian en nuestro Código de Ética, Estatutos y Doctrina del Partido Acción Nacional.

 

Si se consiente una irrupción de un gobierno en la vida partidista actúa en contra del partido mismo, dejando de lado el valor democrático de auto regularse, al contrario, ante cualquier discrepancia entre partido-gobierno el Comité Ejecutivo Nacional debe hacer la función de mediador para cuidar los equilibrios internos y promover la armonía entre los liderazgos naturales de los estados.

 

Advierto pues, que la tentación del grupo en el poder público sea incitado a aniquilar a sus opositores políticos internos en el partido, lo cual no debe ser permitido ni por los liderazgos ni por los militantes en su conjunto, por lo que es necesario traer a la reflexión el pensamiento de don Abel Vicencio Tovar para encontrar en lo individual la congruencia: “en los hombres públicos es indispensable la congruencia entre las tesis que pregonan y la conducta que practican”.

 

 

 

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