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Miércoles, 25 Marzo 2015 02:13

A 21 años de su muerte, todo sigue igual




Written by  Gabriel Sánchez Andraca

EL LUNES SE CUMPLIERON 21 AÑOS DEL ASESINATO de quien en ese momento era el candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio.


Los primeros años después de su trágica muerte, se realizaron actos conmemorativos en todo el país. La figura de Colosio se magnificó en discursos, artículos y libros y durante varios años mucho se habló del proyecto del malogrado candidato presidencial, para cambiar al PRI, hacerlo un partido más cercano al pueblo, más democrático, más moderno.

 

Cada año se hablaba del discurso pronunciado por Colosio el 6 de marzo, en el acto con el que se celebra el aniversario de la fundación del PRI y que los rumores señalaban como el causante de su muerte, porque hizo una crítica de los gobiernos revolucionarios, algo entonces inaudito, viniendo de un priista tan importante como el candidato presidencial.

 

Los priistas se preguntaban ¿qué hubiera pasado si Colosio no muere? ¿El PRI se habría democratizado realmente? ¿No hubiera triunfado el PAN para permanecer 12 años en el poder? ¿México no hubiera entrado en guerra contra el narcotráfico y viviríamos en paz?

 

El hubiera no existe.

 

Las preguntas que deberían hacerse los militantes del partido tricolor son otras: ¿por qué los colosistas no conformaron un grupo para llevar adelante los propósitos de su líder? ¿Por qué abandonaron el proyecto y sólo se concretaron a exaltar la figura del candidato asesinado? ¿Por qué en vez de eso, los priistas todos dejaron que su partido perdiera las elecciones y entrara en un proceso de degradación política que todavía perdura?

 

Entre los cientos de miles de priistas que hay en todo el país, ¿sólo Luis Donaldo Colosio era el único capaz de cambiar las cosas en su partido? ¿Era el único bien intencionado?

 

No es criticable que la figura de Colosio la hayan convertido en una figura mítica, sino que sus seguidores sean tan pusilánimes que no sean capaces de hacer otra cosa que exaltar esa figura y lamerse las heridas.

 

Seguimos pensando que el PRI es el partido más fuerte, el mejor organizado, el mejor estructurado del país, y el que tiene al mayor número de militantes con oficio político, con sensibilidad social, pero esas cualidades las está perdiendo.

 

Su ideología liberal ha sido infiltrada por grupos de la derecha empresarial; tiene miedo de hacer cambios en la política económica, culpable de la grave crisis por la que atravesamos y sigue bailando al ritmo que le tocan el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Ni siquiera el actual gobierno pudo mantener su convenio con China para la construcción del tren rápido a Querétaro.

 

 Ese tipo de tratos no convienen al vecino, que como nunca, ha intervenido y ha hecho intervenir a organismos internacionales y a la gran prensa de los países occidentales, en el problema Iguala-Ayotzinapa. Su intervención aminoró cuando se canceló el convenio con la República asiática.

 

DE ACUERDO CON MILITANTES PRIISTAS activos en el proceso electoral que se avecina, su partido tiene la seguridad de ganar 10 u 11 diputaciones federales, de las 16 en juego.

 

No tienen duda de que ganarán Tepeaca, Izúcar de Matamoros, Atlixco, Teziutlán (se está componiendo, afirman) Ajalpan, Zacapoaxtla, Ciudad Serdán y otras. Temen perder San Martín Texmelucan, Tehuacán y algún distrito de Puebla.

 

Por otra parte, ya estará usted enterado de que Gerardo Islas Maldonado, el dirigente del partido Nueva Alianza (el turquesa) ocupará el tercer lugar en la lista de plurinominales de ese partido, por la cuarta circunscripción a la que pertenece Puebla.

 

Antes de que finalice este mes, los partidos deberán tener registradas sus planillas de candidatos a las diputaciones federales por los 16 distritos de la entidad poblana. En los primeros días de abril, pasada la Semana Santa, iniciarán sus campañas.

 

¡QUÉ VERGÜENZA! LOS DIPUTADOS DE LA LVIII Legislatura local, la que terminó su periodo en enero de este año, está reprobada según afirma una evaluación realizada por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

 

La calificación que recibieron los flamantes diputados del Congreso local, por los tres años que ocuparon las curules en el salón de sesiones de la 5 Poniente, es de sólo 4.2. Una calificación de muerte civil, es decir, los diputados no sirvieron para nada o para muy poco.

 

El mayor número de iniciativas aprobadas no fueron presentadas por los legisladores, sino por el jefe del Poder Ejecutivo.

 

Las iniciativas de los diputados no tuvieron en la exposición de motivos argumentos sólidos para lograr su aprobación y casi no hubo discusión entre las diferentes fracciones parlamentarias para analizar mejor las propuestas.

 

Ya se decía que la legislatura pasada fue una de las peores que ha tenido el Congreso local.

 

Y con ese desprestigio llegan los actuales diputados para permanecer en el Congreso casi cinco años y empiezan mal, pues apenas llevan un año de actividad y ya están solicitando un millón y medio de pesos cada uno para costear los gastos del acto en el que cada uno rendirá su informe. ¿No sería mejor que esa suma la destinaran a atender alguna urgente necesidad del municipio más pobre de su distrito, en vez de realizar un gasto completamente inútil? Que impriman en volantes lo más importante que hayan realizado y que lo distribuyan entre los ciudadanos y asunto concluido. ¿No le parece?

 

 

 

 

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