Casi ninguno, a excepción del partido representante de la izquierda, han prestado la atención necesaria a los jóvenes para la renovación de sus cuadros.
En el PRI, de vez en cuando han surgido escuelas para capacitar a sus militantes sobre la historia y el desarrollo de México y sus partidos políticos; en el PAN, que desde su fundación recibió la encomienda de capacitar a sus militantes en política, cuando Manuel Gómez Morin, fundador de ese partido expresó que los partidos deberían ser escuelas de política, no se ha hecho un esfuerzo serio para eso. Sin embargo, los panistas siempre esperan que sus nuevos cuadros surjan de los alumnos de preparatoria y universidad, de colegios e instituciones confesionales inclinados políticamente a la derecha.
Y los partidos de izquierda esperan tener una cantera de nuevos seguidores jóvenes en las universidades públicas, pero ninguno, ni los partidos de derecha, de izquierda o de centro, han tenido sus propias escuelas de política para contar con gente capacitada para ejercer cargos de elección popular o administrativos, que den mayor eficacia a las acciones de gobierno.
Por eso estamos como estamos, por eso nunca progresamos, al contrario, vamos paraatrás.
Nuestra clase política está formada en su mayor parte por gente madura, con muchas mañas, sin ideología, con grandes ambiciones de poder político y económico, por oportunistas.
Los priistas o panistas que llegan a destacar, es porque han tenido un “padrino” y ese “padrino”, puede ser positivo o negativo, según el caso.
Es positivo si ve a un muchacho con talento y con inquietudes y lo toma como parte de su equipo, lo encamina, lo orienta, hasta que el muchacho empieza a desenvolverse por sí mismo. Muchos casos de esos hemos visto en Puebla y en todo el país.
El “padrino” negativo, es el que le enseña las malas mañas y utiliza a su o sus pupilos para abusar del poder. Los muchachos que toma a su cuidado, no forman equipo, sino una mafia que se aprovecha porque sabe que cuentan con “el apoyo de su jefe”. Es decir, tienen impunidad.
Y así hemos estado durante más de ochenta años, desde el triunfo de la Revolución, de tumbo en tumbo, hasta llegar a la época actual en la que la clase política y los partidos a los que pertenece dicha clase han decepcionado a todos, ganándose la animadversión de un alto porcentaje de ciudadanos que incluso han llegado a pensar, que la salvación del país está en los candidatos independientes.
Por eso sorprende, llama la atención, el hecho de que el ICADEP, con su escuela decuadros, esté siendo tomado en serio por la actual dirigencia nacional priista.
Un poco tarde, pues debió haber hecho esto desde el año 2000, cuando el PRI fue sacado de Los Pinos por el “panista” Vicente Fox. Pero más vale tarde que nunca.
La tarde noche del lunes en la ciudad de México se graduó la tercera generación de esa escuela de cuadros creada por el ICADEP del PRI, que comanda un poblano joven, Guillermo Deloya Cobián y que en esta ocasión el número de graduados superó los 400.
Pero lo más importante es que el acto de graduación haya tenido por escenario el auditorio Plutarco Elías Calles, del comité nacional y que los máximos dirigentes del partido tricolor, Manlio Fabio Beltrones y Carolina Monroy del Mazo, hayan presidido dicho acto junto con Deloya Cobián.
Las palabras de Beltrones no pudieron ser más estimulantes para los graduados. Los invitó a participar activamente en la vida del partido, a continuar capacitándose para poder aspirar en las elecciones del 18, a puestos de elección popular, como diputados locales, diputados federales, regidores, síndicos municipales, es decir, a continuar su preparación en la práctica, para llegar a tener el oficio político que ahora es tan escaso en México.
Manlio Fabio les habló de la importancia que representa la juventud para México y para su partido, de lo indispensable que es contar con elementos jóvenes, capaces, con ideología política, con conocimiento de nuestra historia y con sensibilidad social, para sustituir a quienes por razón natural, tienen que dejar su puesto en mejores manos.
La secretaria general, Carolina Monroy, se refirió al impulso que en su partido se le está dando a la mujer en su participación política y Deloya Cobián, dijo que con la graduación de más de 420 jóvenes la escuela de cuadros del PRI, termina una etapa importante para dar inicio a otra el año próximo.
Ojalá los demás partidos políticos del país, que tanto dinero cuestan a la nación, haganalgo bueno para México y para sus propias organizaciones: crear escuelas de política, capacitar a los ciudadanos para el servicio público, darles a conocer las etapas básicas de nuestro desarrollo histórico, la historia y la ideología de sus propios partidos. Sólo así podrán salir de la mediocridad que los agobia.
Esto no será nada fácil. Los dueños y dirigentes de los partidos mexicanos tardarán mucho en comprender que si no forman escuelas de capacitación política, más temprano que tarde sus pequeñas organizaciones desaparecerán del mapa.
La gente ya está cansada de mantener a una clase política sin preparación, sin capacitación, sin sensibilidad social, buena sólo para enriquecerse fácilmente sin tener que rendir cuentas a nadie.