Hasta tres semanas tardará la apertura de la carretera Pezmatlán-Mazatepec que mantiene incomunicada a más de cinco mil familias de Tlatlauquitepec desde el fin de semana debido a un derrumbe de grandes rocas que no han podido ser retiradas aunque se ha intentado demolerlas con dinamita, mientras que las lluvias no cesan.

La afectación se registra en el kilómetro 27+200 entre las comunidades de Atotocoyan y Mazatepec, hecho que ha orillado a las familias a caminar hasta 100 metros a través de veredas para poder trasladarse de un lugar a otro.

La carretera es el camino más rápido que lleva a Tlatlauquitepec, Teziutlán y la ciudad de Puebla, aunque existe la carretera Zacatipan–Cuetzalan, pero es mucha la vuelta que se tiene que dar.

Las familias más afectadas están asentadas en las localidades de Casa Blanca, Ahuatanimilol, Portisuelo y en la misma junta auxiliar de Mazatepec.

Honorio Muñoz Sánchez, director de Protección Civil en Tlatlauquitepec, destacó que no se han detenido las labores para reabrir la vialidad pero destacó que las lluvias no han parado, por lo que no han permitido agilizar los trabajos.

Personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) intentó hacer detonaciones para remover las piedras, pero no fue posible.