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Martes, 20 Octubre 2015 03:02

Desarrolla BUAP un software para mejorar administración de posgrados

El objetivo es garantizar que los estudiantes tengan mayores posibilidades de concluir sus estudios de maestría o doctorado. Con base en un modelo matemático de redes neuronales, el sistema efectúa la trazabilidad de las experiencias académicas y de investigación de alumnos y profesores de posgrados de calidad del Conacyt.

  • Carlos Rodríguez

Académicos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) diseñaron un software encaminado a la mejora en los indicadores de calidad de los programas de posgrado que existen en México y así garantizar que los estudiantes tengan mayores posibilidades de concluir sus estudios de maestría o doctorado.

 

Los investigadores María Teresa Torrijos Muñoz y Guillermo Marín Dorado, de la Facultad de Ciencias de la Computación (FCC), y Esperanza Guzmán Ovando y Jacobo Oliveros Oliveros, de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM), crearon una aplicación cuyo objetivo es dotar a los responsables de los programas de estudio, de una herramienta que les permita tener un seguimiento puntual de los avances de los alumnos, con respecto al plan de estudios y sus trabajos de investigación.

 

“La idea primordial es que se tenga en tiempo real información sobre estos avances, de manera que un evaluador del Conacyt pueda determinar el grado de desarrollo del programa”, explicó Guzmán Ovando. La aplicación integra dichos datos para instrumentar acciones enfocadas a mejorar la calidad del posgrado.

 

Torrijos Muñoz explicó que su diseño se hizo con base en un modelo matemático de redes neuronales, que consiste en un sistema de procesamiento de información que simula el aprendizaje, a través de una red de unidades de proceso.

 

“Gracias a este método es posible generar un patrón de variables cualitativas cuando una persona, ya sea un estudiante o un profesor, se registra en la plataforma. Posteriormente, los perfiles son organizados con el fin de definir el comportamiento del individuo en cuestión”, indicó.

 

Esta acción permite identificar casos en los que un estudiante tenga ciertas dificultades académicas, por ejemplo, si disminuyó su rendimiento escolar, si necesita del apoyo de un tutor, o si carece de los elementos necesarios para llevar a cabo su investigación”.

 

“El software se adapta a las políticas, reglas y normatividad establecidas para la gestión administrativa de cada generación de alumnos de un posgrado, definiendo y ponderando variables que son usadas como soporte para realizar acciones preventivas u orientadas a mejorar el índice de eficiencia terminal de una generación”, detalló.

 

 

De igual manera, continuó, “hace uso de la trazabilidad de las experiencias académicas y de investigación de los alumnos, así como de los profesores de una generación para mejorar, en un futuro, los indicadores del programa de estudios”.

 

La experta, quien es doctora en Planeación Estratégica y Dirección de Tecnología, destacó que otra particularidad de esta herramienta es su flexibilidad, ya que al no estar construida sobre un sistema rígido, puede adaptarse a las condiciones y necesidades de los planes académicos de diferentes áreas del conocimiento.

 

Además, está diseñada para administrar cursos masivos en línea en donde participan estudiantes de diversas regiones de México, así como de otros países, lo que a su vez representa la ruptura de una barrera geográfica.

 

Asimismo, enfatizó que su uso se encuentra determinado por roles de trabajo en función de la jerarquía de los usuarios, principalmente de los responsables del posgrado, para que la gestión de la información almacenada se pueda realizar en tiempo real.

 

Gracias a la innovación y efectividad de este proyecto, el grupo de investigadores de la BUAP llevó a cabo la solicitud de registro de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), con el número MX/a/2014/006880 y el nombre “Aplicación de Gestión para Instituciones de Educación Superior y Centros e Institutos de Investigación”.

 

Desde 1991, la Subsecretaría de Educación Superior, de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ha promovido un proceso de evaluación mediante el cual las instituciones legitiman la calidad de un programa de estudios, en beneficio de la formación de sus alumnos. Es por ello que los responsables de dichos programas académicos deben estar en constante autoevaluación de los criterios y las categorías que intervienen en los modelos de evaluación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la SEP.