El Gobierno del Estado está ocultando el número y la información sobre los feminicidios en Puebla con la finalidad de evitar la salida de la inversión en la entidad, aseguró Marco Antonio Mazatle, integrante del Movimiento de Alternativa Social (MAS).

Asimismo, exigió a las autoridades activar una Alerta de Violencia de Género (AVG) para frenar la desaparición y asesinatos de mujeres poblanas, pues justificó que de acuerdo con datos del Observatorio Nacional de Feminicidios, Puebla se ubica como una de las entidades con mayor índice de casos en este rubro.

“Siguen matando mujeres en Puebla, mientras los responsables de la seguridad del estado, se rompen las vestiduras, por no exigir estos mecanismos de protección a la autoridad federal… el gobierno de Rafael Moreno Valle está encubriendo este tipo de asesinatos para evitar que haya una salida de inversión extranjera, y la Procuraduría General de Justicia en lugar de indagar los hechos se dedica a fabricar culpables, generalmente utilizan al esposo o la pareja sentimental de la víctima, a quienes torturan y después obligan a culparse del feminicidio", aseveró.

El activista aseguró que Puebla está siguiendo los mismos pasos que Ciudad Juárez en la década de los noventa pues no se ha dado la atención necesaria ni se han implementado los mecanismos para la protección de las mujeres en el estado, por lo que señaló que es una exigencia social frenar este tipo de crímenes, los cuales, a decir de él, incluso llegan a tener un ritual.

En relación con los feminicidios ya existen varias alertas por parte de organismos, una de ellas fue realizada por el consultor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y ex titular de la SEIDO de la Procuraduría General de la República (PGR), Samuel González Ruiz, quien hace unos días sostuvo que los casos de feminicidios en Puebla presentan un patrón similar a los casos de Ciudad Juárez, Chihuahua, de la década de los 90, reiteró Mazatle.

Aseguró en este sentido que en la entidad se siguen los mismos patrones, de chicas jóvenes que mueren apuñaladas, —algunas de ellas embarazadas— y que al final son tirados sus cuerpos a la nada, sin que exista respuesta por parte de las autoridades.

"Pareciera que los feminicidios de Puebla no quieren ser investigados porque ya son demasiados; chicas jóvenes que mueren de varias puñaladas, varias embarazadas, indagatorias idénticas que las autoridades ministeriales convierten en un homicidio que puede ser ritual y serial y que degradan en un crimen pasional”, señaló.