Recientemente, se ha hecho notar que la candidata del frente opositor, Xóchitl Gálvez, acudió a una visita con el papa Francisco. Así mismo, la candidata por Morena, Claudia Sheinbaum, hizo lo mismo. Esto en el marco político electoral que vive el país y el inicio de la cuaresma. La pregunta aquí es, ¿por qué hacerlo? Y más aún, ¿qué provecho obtienen los personajes políticos al realizarlo?
Pues bien, atendiendo a las interrogantes, es bien conocido que las figuras políticas buscan enviar mensajes de coincidencia y afinidad cultural con el electorado. No en balde, se sabe que la mayor cantidad de personas en México profesan la religión católica, pues de acuerdo con cifras del INEGI, más del 70% de la población en México se encuentra en tal condición religiosa. Evidentemente, ambas aspirantes al ejecutivo federal debían ir de visita al Vaticano. De no asistir alguna de ellas, seguramente habría mermado en su percepción, pues cada movimiento es decisivo en cuanto ganancia o pérdida de votos en los próximos comicios.
Por supuesto, en cuestión teórica, pensadores en la historia han escrito acerca de la utilidad política y su vinculación con elementos culturales e ideológicos. En esta oportunidad, recordaré algunas de las enseñanzas de Maquiavelo. Así pues, parafraseando a este pensador (quien se dirigió a la clase política), enseñó que, en ocasiones, es mejor para el político aparentar ser, que serlo efectivamente. Esto porque el sujeto que realmente fuese honesto, justo o bueno, tendría desventaja en el escenario político para alcanzar o mantener el poder. El arte de la simulación es algo importante si lo que se busca es conseguir o mantener influencia sobre el pueblo.
No obstante, puede ser que las aspirantes a la presidencia se consideren católicas de manera genuina. Aunque, créanme que eso es lo que menos les debe importar en la situación pública en la que se encuentran. En cambio, su visita responde más a los intereses que están defendiendo. El uso constante de lenguaje religioso en la política es muy común, a pesar de que la separación del clero y la administración pública es una realidad, no es así en el plano de la comunicación social.
Lo cierto es que mientras siga existiendo política, los hechos de vincular creencias religiosas con mensajes con fines electorales, seguirán ocurriendo. Que quede en cada elector no caer en estos trucos, independientemente de sus creencias personales.
Aportaciones y comentarios a: @hectorhernandezalv
