Con esa investidura el huésped de Casa Puebla será catapultado al primer escenario de la política nacional.

En un solo año obtiene dos  fuertes impulsos para su proyecto político: el primero fue el triunfo apabullante en las elecciones del domingo 7 de julio.

Y es que inevitablemente el poblano siempre es comparado con otros gobernadores de origen aliancista.

Eran obligadas las referencias a Mario López Valdez “Malova” y a Gabino Cué, mandatarios de Sinaloa y de Oaxaca respectivamente, quienes surgieron como Moreno Valle de coaliciones electorales.

Constantemente los analistas y columnistas nacionales se referían a los tres ejecutivos estatales como parte de una “nueva generación política” producto de alianzas sui generis.

Empero ha sido el desempeño lo que ha cambiado la óptica y la perspectiva.

Mientras Mario López Valdez enfrenta un verdadero infierno y no atina a resolver los problemas políticos en su entidad y el gobernador oaxaqueño Gabino Cué es la perfecta representación de un político que vive bajo la sombra de una terrible mediocridad, en Puebla Rafael Moreno Valle se conduce bajo la estrella de la victoria continua y de formidables golpes.

El aparato mercadológico que lo cobija es superior al de cualquier mandatario estatal y los resultados electorales que presentó el domingo 7 de julio, hacen presumir que su gobierno tiene una amplia aceptación social.

Por lo menos eso se puede asumir.

Todo esto, por supuesto, visto desde la perspectiva de la política nacional.

Aunque también se han señalado las deficiencias y los excesos del morenovallismo, el balance arroja que sus logros han opacado a los denuestos.

Con este escenario de fondo llega Moreno Valle a la presidencia de la Conago. Y ya no habrá más presentaciones que lo coloquen a los extremos de la fotografía. A partir del 20 de agosto aparecerá junto al presidente Enrique Peña Nieto.

La catapulta será formidable. Pero también será una vitrina que habrá de colocarlo en la mira de adversarios naturales.

Para nadie es un secreto que Moreno Valle no goza del aprecio del gobierno peñista y que la animadversión es inocultable.

Pero hasta el momento todo ha quedado en el rubro de las apreciaciones.

En el terreno de lo político y lo administrativo Rafael no ha sufrido una sola objeción a su trabajo. No se han dado obstáculos, ni se han presentado roces.

Evidentemente Moreno Valle no es el preferido de Los Pinos, pero tampoco se ha convertido en el gobernador incómodo.

Todo hasta el momento ha sido un tema de apreciaciones personales.

El arte de Moreno Valle estribará en su paso por la dirigencia de la Conago en aprovechar al máximo sus bondades y reducir al mínimo los riesgos.

Es por eso que desde hace semanas Rafael se ha manifestado abiertamente a favor de la Reforma Energética de Peña Nieto y como líder de la Conago no escatimará esfuerzos, ni espacios para promoverse en todas las tribunas como uno de sus principales impulsores.

Mientras Moreno Valle se apegue al guión peñista no tendrá problema alguno. Todo será un camino apacible.

Esa será su tarea y encomienda y no se moverá un milímetro fuera de ella.

Juan Molina Arévalo y el afán del morbo

En horas recientes el delegado federal de la Secretaría de Gobernación Juan Molina Arévalo señaló que “en Puebla existen grupos de auto defensa” y refirió concretamente que uno de estos se ubica en San Martín Texmelucan.

La declaración de Molina solo puede verse como una expresión de morbo político. Mientras asegura esto, el gobierno federal no ha movido un dedo en Texmelucan.

Esto nos abre dos posibilidades; la primera es que el delegado federal de Gobernación es un funcionario terriblemente mal informado o que sólo este creando una cortina de morbo político.

Si el señor delegado está preocupado por grupos armados debería voltear la mirada a la Sierra Negra donde se ha formado un grupo de presidente y ex presidentes municipales que controlan grupos de gatilleros.

Uno de ellos es David Celestino, edil de Coyomeapan, quien tiene un grupo de pistoleros a los que deja operar libremente en la región. Esos sujetos portan armas de alto poder para uso exclusivo del Ejército y se mueven por toda la zona en camionetas sin placas de circulación y con el rostro cubierto con pasamontañas.

Pero Celestino sólo es parte de un grupo más amplio de ediles, que dejan hacer y deshacer a sus anchas a estos guaruras.

Delegado de Gobernación Molina Arévalo sería interesante que usted investigue como una “misteriosa” banda de asaltantes tiene información privilegiada sobre el traslado de fuertes cantidades de dinero en efectivo que está destinado a la entrega de programas federales como Oportunidades.

El enviado del secretario Miguel Ángel Osorio Chong debería indagar sobre el comando armado que la mañana del lunes 22 de abril atracó a un convoy que llevaba recursos federales al municipio de Tlacotepec de Porfirio Díaz.

Un funcionario federal transportaba una fuerte cantidad destinada a programas sociales para los municipios de Tlacotepec y Coyomeapan, cuando fue emboscado por un comando que portaba armas de alto poder.

Tres policías auxiliares fueron masacrados por los sicarios quienes tomaron cerca de un millón de pesos en efectivo, para después perderse en la frondosa vegetación de la Sierra Negra.

Días después, el martes 30 de abril en el municipio de Altepexi se registró otro “sorpresivo” asalto. Un pagador de Oportunidades fue interceptado por un grupo armado que lo despojó de la cantidad de 320 mil pesos.

Aquí lo más importante, delegado Molina, es seguir la línea de la información.

¿Quiénes sabían de las fechas, las horas y las rutas de llegada de los funcionarios federales que transportaba recursos en efectivo?

Esperaremos a ver si  Juan Molina Arévalo en realidad tiene información y capacidad operativa o sólo es un profesional del morbo.

¡Salud Molina!