Friday, 19 de April de 2024


Pedro Gutiérrez y el fantasma de Fox




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En su momento la nota fue publicada en todos los medios nacionales. Tanto Reforma como La Jornada, pasando por todo el espectro de las tendencias periodísticas.

En los primeros días de su sexenio, diciembre de 2000, el entonces presidente Vicente Fox Quesada ordenó sacar la pintura de Benito Juárez de la residencia oficial de Los Pinos.

 

 

Una mañana el guanajuatense ordenó que sacaran la pintura emblemática que daba nombre al “Salón Benito Juárez”: un óleo del Benemérito de las Américas, en el que aparece de pie, portando la banda presidencial, con la mano derecha sobre la Constitución de 1857 y en la izquierda un guante blanco.

 

 

Tanto el nombre del salón, como el cuadro, fueron sustituidos por el de Francisco I. Madero, con quien se identifican más los panistas.

 

 

La pintura de Juárez fue enviada a la Secretaría de Gobernación.

 

 

Cabe recordar que tanto Vicente Fox como Felipe Calderón rompieron con la tradición de conmemorar a Juárez en el hemiciclo.

 

 

Acciones que deben verse como las fobias de la derecha mexicana, la visceralidad tan propia de su sinarquismo rupestre.

 

 

Tiempo después la revista Proceso enfatizaba la doble moral de Marta Sahagún y de Vicente Fox, quienes pudieron hacer público su amasiato gracias al matrimonio civil, uno de los legados juaristas.

 

 

Hoy Fox sigue empecinado en su desquiciada obsesión por compararse con el estadista oaxaqueño. Hace apenas unas semanas dijo que él había sido “mejor presidente que Juárez”.

 

 

Se trata de un caso que ya ha dejado atrás el terreno del análisis político para convertirse en tema de un estudio psiquiátrico. El mismo sujeto que sin empacho salió a darle la espalda a su partido para “apoyar” la candidatura de Enrique Peña Nieto y que ahora es el más apasionado de los defensores de la legalización de la mariguana.

 

 

La gran pregunta es ¿qué sienten ahora las personas que en aquel julio de 2000 votaron por este sujeto?

 

 

Sin duda debe ser motivo de un profundo arrepentimiento e incluso vergüenza.

 

 

Sus otrora admiradores saben que hacen mucho perdieron al guanajuatense trastornado.

 

 

En fechas recientes un reducido grupo de diputados federales priistas, así como una representación de organizaciones masónicas solicitaron al presidente Enrique Peña Nieto que regrese la pintura de Juárez a Los Pinos y que el salón vuelva a llevar el nombre del Benemérito.

 

 

Recuperar con el acto simbólico de devolver la pintura, el estado, el concepto y los preceptos de la República juarista: laica y liberal.

 

 

Todo eso que se perdió en los 12 años de gobiernos panistas.

 

 

La semana pasada en esta “Cúpula” abordamos las intenciones del Yunque de buscar la próxima gubernatura de Puebla.

 

 

Enfatizamos que el Yunque es un grupúsculo que nada representa y que no tiene peso político alguno. Destacamos que solo es una organización chantajista, como Antorcha Campesina pero en una versión “Ermenegildo Zegna”.

 

 

Es la extrema derecha, con toda su idiosincrasia, toda su parafernalia doble moralista que los lleva a cruzadas risibles.

 

 

En días recientes el regidor Pedro Alberto Gutiérrez Varela en un afán de protagonismo ideológico convocó a que el conocido “Portal Juárez” del centro de la Angelópolis sea llamado “Portal Iturbide”, en honor a otra de las figuras a las que la extrema derecha toma como sus referentes históricos.

 

 

La propuesta de Pedro Gutiérrez no ha sido del todo abordada por los medios poblanos, pero merece un análisis especial.

 

 

La intentona de Gutiérrez es la representación de una derecha dogmática, hermética e intolerante, que ahora -envalentonada por el morenovallismo-, piensa que puede obtener un gobierno para sus huestes sinarquistas.

 

 

Lo cual es —en la más estricta lógica política—, un acto escasamente probable.

 

 

Sin embargo estas propuestas hilarantes del regidor Pedro Gutiérrez nos hicieron recordar (irremediablemente) a aquel mandatario que mandó a sacar la pintura del Benemérito, porque el juarismo no coincide con su rupestre ideología.

 

 

El fantasma del foxismo se pasea por el Charlie Hall.

 

 

La derecha en todos lados y en todos los momentos es ridículamente igual.

 

 

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

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