Saturday, 27 de April de 2024


Puebla, la manzana de la discordia




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El 2013 será otro año electoral para el estado de Puebla. Se renovarán los 217 municipios y el Congreso local, autoridades que por esta única ocasión serán electas para un periodo de 4 años y 8 meses, lo que le agrega un toque de dramatismo, intereses confrontados y mucha ambición.  

 

En el centro de la disputa está el municipio de Puebla. Sus 1.12 millones de electores y siete distritos electorales hacen de la capital del estado la manzana de la discordia. Ninguna estrategia estatal será efectiva sin considerar la forma de ganar Puebla, el partido que lo haga tendrá muchas posibilidades de obtener la mayoría en el Congreso y con ello controlar el destino del estado. Ésa es la importancia estratégica de ganar la capital.

 

 

Las dos elecciones intermedias que anteceden a ésta, es decir, las elecciones de 2001 y 2007 correspondientes a los periodos de Melquiades Morales y Mario Marín, arrojaron resultados contrastantes. En 2001 ganó el PAN (Luis Paredes Moctezuma) con 171 mil votos y una diferencia de 3.2% sobre el PRI. En el 2007 ganó el PRI (Blanca Alcalá) con 224 mil votos y una diferencia de 21.5% sobre el PAN. La participación fue del 44.3% y 42.1% de la lista nominal correspondiente a cada elección, lo que hace de las elecciones intermedias un ejercicio de baja participación ciudadana.

 

 

En 2013 el escenario es distinto no sólo porque hoy no gobierna el PRI en el ámbito local, sino porque el voto duro de los partidos se ha venido reduciendo y los votantes volátiles o switchers tienen cada vez más incidencia en el resultado electoral. Nosotros estimamos que la próxima elección tendrá una votación total de 500 mil votos, equivalentes al 45% de una lista nominal de 1.12 millones de electores. De esa votación solamente la mitad será de votantes duros o fieles a sus respectivos partidos, mientras que la otra mitad serán los “volátiles”, quienes terminarán por definir el resultado.

 

 

¿Cómo son los votantes volátiles? ¿Dónde viven? ¿Qué edad y nivel educativo tienen? ¿Qué necesitan? ¿Qué les preocupa? ¿Qué les motiva a votar? Responder correctamente a estas preguntas hará la diferencia en las próximas elecciones. No basta con asumir que el sentimiento anti PRI que priva en estos electores volátiles es el único factor que incide en sus preferencias. En 2007, por ejemplo, Blanca Alcalá arrancó la campaña con una desventaja cercana a los 20 puntos y terminó ganando con una ventaja superior a 20 puntos. Recordemos que el suceso del “Góber precioso” estaba reciente y el PRI venía de sufrir la peor derrota electoral de su historia en el municipio de Puebla, ya que en la elección presidencial de 2006 apenas obtuvo 106 mil votos. Pues con todos esos factores adversos, los votantes volátiles terminaron dándole la espalda al PAN y su candidato, Antonio Díaz de Rivera, quienes actuaron con enorme soberbia y cometieron los errores necesarios para hacer que más de 100 mil electores cambiara el sentido de su voto.

 

 

Por eso es necesario tener presente que el electorado de la capital poblana es sumamente crítico y sensible a los mensajes de los políticos. En plena campaña por la alcaldía, Antonio Díaz de Rivera declaró que quería ser gobernador del estado, afirmación que cayó bastante mal en los electores. Otro ejemplo, en 2011 Enrique Peña Nieto arrasaba en las encuestas de la capital poblana, en diciembre de ese mismo año cometió un error en la Feria del Libro de Guadalajara, que lo hizo perder el respeto del electorado poblano y a partir de ahí se desplomó hasta terminar en tercer lugar. En enero de 2013 el candidato oficial aparece en todos los espectaculares, paraderos y traseros de autobús de la ciudad de Puebla acompañado por el titular del Poder Ejecutivo estatal. La alta exposición y la polémica que ha generado definitivamente catapultarán el nivel de conocimiento de Tony Gali, pero no necesariamente lo convertirán en un candidato popular.

 

 

En marzo de 2010, Javier López Zavala tenía una cómoda ventaja en la capital sobre Rafael Moreno Valle. El reto de la campaña opositora era lograr que los electores tomaran conciencia de que López Zavala representaba la continuidad de Mario Marín. Lanzó una campaña por tierra y luego por aire que tenía ese único propósito; en mayo los dos candidatos al gobierno del estado ya estaban empatados en el municipio de Puebla y para julio la diferencia fue del 21.9% a favor del candidato opositor. De ahí que la principal debilidad del PRI sea el recuerdo que tienen los poblanos de Mario Marín y su paso por el gobierno del estado. Ese recuerdo es lo que hace vulnerable a Enrique Agüera, quien nunca tuvo cuidado de tomar distancia del entonces gobernador y dejó suficiente evidencia de su cercanía y hasta complicidad, misma que de ser el candidato retador, seguramente será utilizada para exhibirlo y derrotarlo.

 

 

La manzana de la discordia está en disputa, la ganará quien planifique y ejecute la mejor estrategia y también quien cometa menos errores. En este momento es difícil apostar por PRI o por PAN, la elección sigue abierta y aún faltan muchas interrogantes por despejarse.

 

 

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