Thursday, 02 de May de 2024


IDEI: ¿por qué y para qué nos sirve?... y anexas




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Inicio con gran entusiasmo una participación que por algunos meses ha dado vuelta en mi cabeza. Agradezco a Arturo Rueda la oportunidad de hacerlo a través de este medio y sinceramente espero no defraudarlo al abordar temas desde los diferentes lados que todos compartimos de una misma moneda. Me parece que este mundo está resuelto a hacernos perder de vista la comunidad (cosas en común) de la que todos somos parte, pero que por razones diversas funciona de manera diferente en cada una de nuestras realidades. Pido el beneficio de la duda en lograr un poco de éxito en esta empresa.  

 

 

La semana pasada Mexicanos Primero publicó el IDEI (Índice de Desempeño Educativo Incluyente), que es un esfuerzo —como se menciona en su introducción y refiriéndose a los sistemas educativos— para “explorar cómo y por qué producen logros de gestión o aprendizaje”. Este día, los dos lados de la misma moneda (en la educación) son Sonora y Michoacán.

 

 

Michoacán, como se manifestó la semana pasada durante la presentación del IDEI, es un estado fallido en la educación. Sin cifras confiables en lo que a evaluación se refiere (es uno de los estados en donde los liderazgos sindicales se han opuesto sistemáticamente a ser evaluados), se coloca hasta el fondo del ranking del IDEI. La inversión y sobre todo la capacidad del gobierno de convocar a los docentes es muy baja, con un grave problema en sus escuelas normales. Es común escuchar de la toma de calles por parte de un magisterio que ha malentendido sus derechos y los derechos de los alumnos, eliminando cualquier posibilidad de entender con claridad cuáles son las carencias educativas locales y la forma de diseñar las políticas públicas adecuadas para enfrentarlas. En pocas palabras, Michoacán es un examen sin los suficientes reactivos para calificar. La evaluación es un sueño que no se ha podido lograr.

 

 

Por el otro lado, Sonora es la medalla de oro de nuestro sistema educativo nacional (sí, ¡oh sorpresa!, el DF y otros estados como Jalisco no son siempre lo que parecen). El informe establece que uno de sus grandes logros y seguramente la base sobre la que se han diseñado gran parte de las políticas públicas estatales fue la creación en 2004 del Instituto Estatal de Evaluación Educativa, siendo actualmente un organismo autónomo y de innovación (hoy por hoy, el IIEEES, Instituto de Innovación y Evaluación Educativa del Estado de Sonora, ningún instituto de prestigio tiene un nombre corto). La gran reforma educativa que hoy vive México es algo común para los sonorenses desde hace casi una década —por lo menos en lo que a evaluación se refiere—, siendo uno de los grandes pilares de su sistema educativo. En medio de las discusiones nacionales sobre las fuerzas que apoyan (o como lo dicen, sí estamos de acuerdo, pero a nuestra manera) o están en contra de elevar a rango constitucional la evaluación para asegurar la calidad, Sonora es un ejemplo de que esto puede funcionar. La pregunta es: ¿cómo? A mi parecer, son tres elementos que se han puesto en una misma fórmula en el IIEEES. El primero, la participación de todos (gobierno, sociedad civil-padres y docentes, ¡pues como debería de ser!); el segundo, la autonomía sustentada legalmente y alejada de caprichos sexenales; y finalmente la disposición política (empujada, claro, por la sociedad civil) de escuchar y dirigir la educación en el sentido correcto partiendo de las evaluaciones y de la generación de conocimiento y experiencias que el instituto genera en sí mismo. La gran interrogante es la función que tendrá ahora el IIEEES con la creación del instituto de evaluación a nivel federal, pero parece que la respuesta viene desde Puebla con la iniciativa (estamos dando una primicia) de la creación de un consejo estatal de evaluación donde se privilegien los perfiles técnicos con participación internacional, con el fin de complementar las evaluaciones federales y dándoles un sentido de muy largo plazo (¡25 años!). Todo lo anterior con un aparato administrativo lo suficientemente delgado y autónomo para aguantar el paso del tiempo.

 

 

En resumen, dos lados de la misma moneda.

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