Thursday, 02 de May de 2024


El morbo no anda en burro




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Miles de conversaciones, cientos de fotografías, tuits cortos y blogs largos están por todos lados con motivo de la detención de la maestra aunque no docente llamada Elba Esther Gordillo.  

 

En menos de un día nos hemos convertido en noticia mundial y hasta a nuestros niños en el desayuno les hemos dicho que pueden ir hoy a la escuela más tranquilos porque hay un “coco” menos de que preocuparse. El morbo desatado no termina de satisfacerse y todos buscan la primera foto de la maestra en el juzgado, la primera foto con sus compañeras de celda, la primera foto con su uniforme beige etc., cuando en realidad deberíamos analizar si este acontecimiento puede ser tomado como una buena noticia.

 

 

Yo digo que no, porque las buenas noticias son aquellas que cambian para bien nuestras vidas y lo que sucedió no lo hace, por lo que hay que verlo como un suceso importante pero nada más que eso. La buena noticia hubiera sido el enterarnos de que los mexicanos hemos alcanzado un nivel educativo similar al de Corea y otros países de la vanguardia educativa y que eso está representando ingresos mayores para nuestra población y que finalmente nuestros niños y jóvenes podrán ver el futuro con más esperanza, pero lamentablemente esto aún no sucede. Esta mañana seguimos exactamente en el mismo lugar educativo en el que nos encontrábamos ayer, ni un lugar más ni un lugar menos.

 

 

La misma moneda nos obliga a mirar hacia otras latitudes y pensar en que hace falta para lograr la calidad educativa que se ha convertido en algo así como nuestro cáliz sagrado. Corea por ejemplo, ha logrado que poco más del 7 por ciento de su PIB se vaya a la educación, y en México todavía estamos por debajo de esto al acercarnos al 6. Sin embargo el verdadero éxito no está en lo que se destina del PIB sino como se le destina. De acuerdo a la OCDE, México gasta casi el 95 por ciento de esos recursos para pagos de salarios mientras que Corea lo hace en una proporción menor al 50 por ciento. El dinero restante se utiliza o se debería utilizar para los programas que directamente afectan a los estudiantes o a la llamada inversión por alumno en infraestructura y para otros programas de apoyo a la educación.

 

 

Otra área para revisar es la forma en que las familias ven la educación de sus hijos. Mientras que en países como China, —en donde por la política oficial solo se puede tener un hijo— las familias dedican casi el 50 por ciento de sus ingresos para educación (No olvidar que China por ser comunista tiene educación gratuita, sin embargo el gasto de las familias chinas se da principalmente en las actividades extracurriculares que ayudan a sus hijos a prepararse para obtener mejores posibilidades de ingresar a una universidad de prestigio), en tanto que en México menos del 9 por ciento del ingreso familiar se invierte en el mismo rubro con un montón de chamacos de por medio. Esta gran diferencia se traslada a la baja participación que tienen los padres de familia en la comunidad escolar de los niños, por ejemplo el ser nombrado presidente del comité de padres de familia en una escuela mexicana es sacarse la rifa del tigre, así que el afortunado sabe que a lo máximo tres personas del comité terminarán haciendo la mayor parte del trabajo que a todos debería incumbir que son las mismas tres personas que han sido parte del comité por años.

 

 

Y finalmente la tan necesaria modernización del sindicato de los docentes. Este es el momento y la oportunidad histórica de una renovación que incluya sobre todo la democratización, transparencia y alineamiento a las políticas públicas de calidad educativa del movimiento sindicalista. Mal haría el gobierno federal en convertir la actual situación del sindicato en un asunto meramente de trámite para colocar a otra cabeza que replique los vicios de antes. Hay por todo el país sindicalistas valiosos, muchas mentes brillantes que pueden encontrar su lugar en este relevo generacional y moral, para dar dirección a un sindicato del siglo XXI. Un sindicato moderno y eficiente siempre franqueará el camino de los mexicanos.

 

 

Los acontecimientos del día de ayer pueden dejarnos extasiados y agotarse rápidamente en el ánimo colectivo sin una salida productiva y propositiva. Si la sociedad logra caminar de la mano de su gobierno y de un sindicato renovado, entonces podremos esperar buenas noticias y tener algo de que alegrarnos. Las bolsas Prada, los viajes de lujo y los miedos que andan en burro están de más.

          

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