Felipe Calderón desde que tomó posesión de la Presidencia de la República, siempre quiso mantener el control de su partido, olvidándose de la “tradición democrática” del PAN e imponiendo a dirigentes, a candidatos y a líderes de las bancadas panistas en el Congreso de la Unión. Ernesto Cordero fue imposición suya, como lo fueron la mayoría de los actuales senadores del PAN.

El enojo contra Gustavo Madero es porque no se ha dejado mangonear por el ex presidente, quien a través del coordinador, Cordero, y del grupo de los 24 senadores que controla, le ha querido imponer las políticas a seguir en su partido, a fin de estorbar lo más posible el trabajo del gobierno priista que encabeza Enrique Peña Nieto.

Por primera vez desde Plutarco Elías Calles, un ex presidente de la república pretende seguir influyendo en la política nacional.

También el ex presidente Carlos Salinas de Gortari lo ha intentado y a veces con éxito, pero el PRI tiene mecanismos que le permiten defenderse mejor de los embates de un político ambicioso que no ha querido darse cuenta que su tiempo ya pasó.

En el caso de Salinas, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, estuvo completamente marginado durante seis años y esa marginación (en estos casos relativa) continuó en los gobiernos panistas de Fox y Calderón.

Al regresar el PRI al poder federal, con Peña Nieto, éste ha mantenido una distancia, a la mejor aparente, con Salinas y hasta donde se sabe, no interviene en las decisiones de Los Pinos, aunque tiene otras formas de intervenir a través de los líderes priistas del Senado y de los diputados federales.

Lo que Calderón pretende, es que la dirigencia nacional de su partido siga a pie juntillas lo que le indiquen sus personeros, en este caso Cordero, para boicotear el Pacto por México -que él ni intentó hacer- para continuar con su estrategia de guerra contra el narcotráfico, que ha dejado al país hecho trizas y para hacer fracasar la reforma educativa, que él no pudo realizar pese a su complicidad con la dirigente “vitalicia” del SNTE, Elba Esther Gordillo.

Lo que el señor Calderón, con su soberbia infinita, no quiere aceptar, es que su gobierno fue un fracaso y que ese fracaso tuvo resultados electorales adversos para su partido, por lo que tuvo que regresar al PRI a Los Pinos.

Reclamar, desde su autoexilio en los Estados Unidos, que los asuntos internos del PAN no sean ventilados públicamente, es algo que desdibuja la imagen de un ex presidente de México y además, lo pinta tal cual. Estamos de acuerdo en que los asuntos privados, familiares, empresariales o de otro tipo, no se ventilen públicamente, pero estamos hablando de un partido político, cuyo sostenimiento es con recursos públicos que entregan los gobiernos federal y estatales. La Constitución señala que los partidos políticos son entes de “interés público”, entonces de donde saca el señor ex presidente, que los asuntos (pleitos) internos del PAN, son privados y no deben ventilarse ante la opinión pública.

Ni duda cabe que don Felipe ha sido el presidente de la república, panista, más priista que ha habido en México. ¿O no los panistas se la pasaron criticando la soberbia, el autoritarismo, las imposiciones, el endiosamiento del presidente de la república que lo decidía todo en el país y en su partido?

Los dioses ciegan a quienes quieren perder

Ya desde los tiempos de la Antigüedad, los griegos decían que “los dioses ciegan a quienes quieren perder” y en el caso que nos ocupa, están cegando al senador de la república, don Javier Lozano y Alarcón, quien con la “bravura” que le es característica, estuvo criticando ayer al dirigente nacional de su partido, a través de la radio local, por la destitución de Ernesto Cordero, su correligionario panista y calderonista, olvidándose que en Puebla es vocero de la campaña de Antonio Gali Fayad, quien realiza un intenso trabajo para llegar a la presidencia municipal de Puebla.

No le hace ningún favor, don Javier Lozano, viniendo a Puebla a desahogar sus rencores y problemas “internos” de su partido, donde tiene una misión concreta qué cumplir. ¿Pretende involucrar al candidato en los pleitos internos de los calderonistas y anticalderonistas? La exigencia de su jefe, Felipe Calderón, de no ventilar públicamente los problemas internos del PAN, ¿sólo obliga a sus adversarios o a sus amigos también?

El senador panista Javier Corral, dijo en la ciudad de México, que hay una disputa por el control del partido y ese grupo ha tomado como pretexto el Pacto por México para llevar a cabo su ambición.

“Lo que está en el fondo de todo esto, es si los panistas permitiremos que quienes nos hundieron como gobierno, también lo hagan con el partido”, dijo.

No debemos espantarnos

Los pleitos internos existen en todos los partidos, sean de derecha, de izquierda o de todo lo contrario.

Los priistas tienen graves problemas internos tanto local como a nivel nacional, sólo que sus discusiones y la forma de tratarlos ha sido o había sido hasta hace poco, más discreta. Los perredistas tienen problemas internos desde que ese partido fue fundado hace poco más de 20 años.

Sus pleitos, los del PRD, han derivado en la constitución de grupos, tribus o expresiones, que funcionan como partiditos dentro de un partido.

Se habla de 12 grupos, como las 12 tribus de Israel, pero hay veces que son más y a veces son menos.

Los problemas del PRI, surgidos en el proceso de selección de candidatos, en el actual periodo electoral, son públicos y notorios. Nadie se calla y los aspirantes a un puesto de elección popular que no alcanzan a llegar, son los primeros en ventilarlos ante la opinión pública. El candidato del PT a la presidencia municipal, Miguel Ángel Ceballos, dijo que abandonó al que siempre fue su partido por la forma en que fue tratado por el delegado del Comité Nacional priista, Fernando Moreno Peña; grupos de diversos pueblos se quejaron de imposición de candidatos y son muchos los priistas que aceptaron ser candidatos por otros partidos, debido a eso, es decir, su forma de protestar fue la de buscar arropo en otras expresiones políticas, para vengarse del que muchas veces fue su partido de toda la vida.

Las divisiones en el PAN son pues, normales, que podrían mantenerse en secreto si ese partido continuara, como antes de los 80, subsistiendo a base de cuotas de sus miembros y apoyos de simpatizantes. Pero la ley cambió y el financiamiento también, ahora esos asuntos deben ventilarse públicamente, porque los partidos son de interés público y se sostienen con dinero público. Si como pueblo con cuyos impuestos se sostienen los partidos, vamos a dejar que sólo un grupo de notables se entere de lo que en esos organismos pasa, pues estamos fritos o de tontos no pasamos.

Notas breves: Los candidatos del PRI y del PAN, coaliciones “5 de Mayo” y “Puebla Unida”, respectivamente, han intensificado sus trabajos de campaña. En muchas colonias amanecieron los postes con pendones de uno y otro candidato, como si los hubieran puesto al mismo tiempo o como si los hubieran colgado las mismas personas. Son cosas de la civilidad política. Enrique Agüera y Antonio Gali, hacen recorridos por diversos rumbos de la ciudad, tratan de dialogar con la gente, visitan casas en diversas colonias, piden a sus habitantes que les cuenten sobre sus problemas y visitan mercados, la Central de Abastos y, en fin, hacen todo lo que un candidato moderno tiene que hacer en campaña para ganar el apoyo popular, según los creadores de imagen. Los que casi no se notan son los candidatos a diputados locales, que además no tienen por qué notarse, puesto que ya como diputados pasarán desapercibidos ahora durante 4 largos años, 8 meses y 17 días. No se nota la presencia del PRD en ningún acto de campaña. Su idea de unirse a una coalición con el PAN, mató a ese partido en Puebla. Don Eric Cotoñeto, el dirigente estatal, de vez en cuando aparece en alguna fotografía, junto al dirigente panista y de los otros partidos que forman parte de la coalición “Puebla Unida”, pero hasta la fecha no ha realizado ni un solo acto, eminentemente perredista en esta capital, en apoyo del candidato Antonio Gali Fayad. ¿Es que acaso no tiene gente para hacerlo? ¿Se le fueron todos sus militantes a Morena? ¿Dónde están los perredistas históricos?... Ayer un nutrido grupo de habitantes de Acajete, que se dicen engañados por su alcalde Rogelio León Barranco, que ofreció la construcción de un hospital regional, para el que se compró en la pasada administración, tres hectáreas de terreno a bajo precio, ahora ya anda haciendo de agua los tamales, pues dice que mejor va a hacer un campus universitario y que ya está el proyecto, sobre el cual nada ha dicho la BUAP. Ante ese que consideran engaño, ayer fue tomada la presidencia municipal, que hizo necesaria la intervención de la Secretaría General de Gobierno, para calmar los ánimos y el próximo jueves habrá una reunión para tratar el problema. Los habitantes dicen que si no son escuchados, nuevamente tomarían la presidencia y bloquearán carreteras.