Está claro que los candidatos, Enrique Agüera y Antonio Gali, se han mantenido hasta ahora tranquilos, con discursos planos, que apenas empiezan a cambiar para hacerlos más llamativos, más interesantes, pues la oratoria de la primer etapa de su campaña, no ha logrado entusiasmar a nadie.

No necesitan pelear, ni insultarse para lograr el interés de la ciudadanía, como algunos de los integrantes de sus equipos quisieran.

Lo que requieren es de buenos asesores que les digan lo que la gente quiere escuchar.

Los poblanos y en general los mexicanos todos, vivimos una situación dramática. Nuestro país está en su peor momento, desde la Revolución Mexicana de 1910.

Ayer precisamente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, un organismo internacional al que nos metió Carlos Salinas de Gortari, cuando gobernaba este país, dio a conocer datos que deben hacer pensar a todos los mexicanos, pero muy especialmente a quienes pretenden gobernarnos en cualquiera de los niveles de gobierno, sobre la realidad para actuar en consecuencia.

A la OCDE la integran 36 países, la mayor parte de ellos, industrializados. Le dicen el club de los ricos, porque en él están Estados Unidos, la mayor parte de los países europeos y algunos latinoamericanos, entre ellos nuestro país.

Nosotros somos el país menos desarrollado de ese club, somos los coleros en todo. Nos superan en ese organismo los dos países de la región, Brasil y Chile. Somos el país reprobado de ese selecto grupo, pero reprobado permanente, porque en vez de avanzar, retrocedemos.

Ocupamos el último lugar en seguridad. Tenemos en ese renglón, calificación de cero; en educación estamos con una calificación de 0.7, es decir que en una calificación del 1 al 10, tenemos menos de uno y en ingreso, la calificación que alcanzamos, es de 0.6, también menos de uno. De los 36 países que conforman dicho organismo, ocupamos el lugar número 35, sólo superamos a Turquía, en calidad de vida.

Dice la OCDE, que pese a estar en un penúltimo lugar, somos los mexicanos, el país más feliz. Los habitantes de nuestro territorio, se sienten satisfechos con la vida que llevan, pero seguramente es porque no conocen otra.

Si los candidatos, no sólo los del municipio de Puebla, sino los de todo el estado, leen el informe de la mencionada organización, tendrán mucha tela de donde cortar para elaborar sus discursos e interesar a los electores sin necesidad de recurrir a la “guerra sucia”.

El tema de la seguridad es muy importante, pero también el de la educación, el del empleo, el de la producción de alimentos, porque en este último renglón, somos dependientes.

El municipio de Puebla tiene 17 juntas auxiliares y muchas de ellas, todavía tienen vida rural y sin embargo, hasta donde sabemos, no ha habido una sola autoridad municipal, que haya impulsado las actividades agropecuarias en esas zonas; a nadie se le ha ocurrido hacer de las juntas auxiliares de vida rural que rodean a la ciudad de Puebla, centros de producción agropecuaria para surtir a la zona periférica de la ciudad de alimentos (huevo, pollo, verduras y hortalizas) frescos y a buen precio.

Los lavacoches, los cuidadores de autos en las calles, los vendedores ambulantes son vistos siempre como un estorbo, como algo que afea a la ciudad, pero si se les persigue o se les esquilma como ahora se hace, esos cientos o miles de trabajadores honrados, se van a volver delincuentes, pues aunque algunos no lo crean, somos un país que está en crisis en todo, pues tan solo la ciudad de Puebla tiene más de 700 mil habitantes en pobreza. ¿Por qué no hablar con ellos para conocer sus reales problemas y ponerse de acuerdo para que puedan trabajar causando las mínimas molestias?

El pequeño comercio está siendo acosado por las cadenas de supermercados, por las tiendas de conveniencia, por las cadenas de farmacias, etc., ¿no hay forma de ayudarlos para que no desaparezca su actividad y puedan sobrevivir a pesar de los pulpos comerciales que ya tenemos?

Vicente Fox, el primer presidente panista que tuvo este país, fue un pésimo presidente, pero fue un buen candidato y una de sus frases que más impactó en su campaña, fue cuando se refirió al “maravilloso mundo de la pequeña y mediana empresa”, fue cuando dijo que el mexicano común, lo que deseaba con el alma, era “tener un changarro, una casa y una tele”.

Eso es lo que los candidatos tienen que buscar, qué es lo que realmente quiere la gente. Si les hablan de pavimentar mil calles, de colocar luminarias por todos lados, nadie les va a hacer caso. Lo que la gente quiere es que le den un poquito de esperanza; quiere ver una lucecita al final del túnel en el que estamos metidos todos.

La seguridad es indispensable y para eso debe haber calles bien iluminadas, buena policía, buena vigilancia, etc., pero ¿cuál es el futuro de los jóvenes que llegan a la edad de trabajar y no encuentran qué hacer? ¿Qué pueden esperar las madres solteras, dejadas o viudas, si no encuentran alguna actividad que les permita sufragar los mínimos gastos de sus hijos?

Las campañas políticas son, para conocer la realidad del pueblo y con base en ella, formular un plan, un proyecto para solucionar los problemas.

Nunca esa problemática social ha estado tan definida como ahora. Hay escuelas en pésimas condiciones, campesinos sin apoyo para cultivar sus tierras o producir los alimentos que requiere para su familia y para poder sobrevivir; hay mucha gente que muere en la ciudad o en las juntas auxiliares de enfermedades de las que ya nadie debería morir, todo por falta de atención médica y de medicamentos; muchos niños viven de milagro, con grandes carencias de alimentos nutritivos; muchos ancianos están abandonados sobreviviendo como pueden. En muchas colonias cesa la actividad a temprana hora, para no exponerse a un robo, a un asalto o a una violación. Esos son los problemas que es necesario atacar, pero hay que decirlo claramente a la ciudadanía.

Cuando los candidatos aborden los problemas que padece la ciudadanía en mayor o menor grado y propongan soluciones viables, entonces brotará el entusiasmo no sólo para votar, sino para apoyar a quienes tengan la visión de verdaderos políticos.

Los ataques no conducen a nada

Hay que ser realistas y los políticos, sean del PRI, del PAN, del PRD o de cualquier otro partido, tienen la obligación de serlo.

Qué beneficios van a obtener de iniciar una guerra sobre sus enormes fortunas. A quien diablos le interesa eso. La percepción de la gente es la de que ningún político importante tiene las manos limpias, esa es una percepción generalizada, pero nadie pretende despojarlos de sus bienes.

Una guerra mediática con ese tema, lo único que va a provocar es mayor enojo entre los ciudadanos.

A nadie le gusta ya que los políticos se anden golpeando unos a otros, que se anden insultando, que anden compitiendo sobre el origen de sus fortunas, tampoco gusta que sus hijitos abusen del poder de papi.

Lo que los candidatos requieren pues, es meterse al mundo real, no al ficticio en que ellos viven o han vivido. Conocer al pueblo, acercarse a la gente y dejarse de pleitos propios de adolescentes.

Estuvo en Puebla el dirigente del PRD

Jesús Zambrano, el dirigente nacional del PRD, estuvo ayer en Puebla.

Comió con el candidato de la alianza PAN-PRD, “Puebla Unida”, Antonio Gali y tuvieron un intercambio sobre la campaña.

En la reunión estuvieron Julián Rendón, candidato a diputado local por el distrito XVI y el diputado Antonio Gali López, también del PRD, hijo del candidato a la presidencia municipal.

No se sabe qué asuntos trataron, aunque algo debió hablarse del problema judicial que confrontan Eric Cotoñeto y Miguel Ángel de la Rosa, presidente y ex presidente estatal del PRD en Puebla, acusados por su correligionario Jorge Méndez, de delincuencia organizada y falsificación de firmas.