Wednesday, 08 de May de 2024


El peligro de las “guerras sucias”




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La violencia verbal conduce a la violencia física: las campañas políticas que recién terminaron se caracterizaron por las agresiones verbales que los candidatos y sus seguidores utilizaron para desprestigiar a sus adversarios, acusándolos de una y mil cosas negativas.

Eso provoca enojo, odio y resentimiento entre los participantes en las campañas, que puede conducir a agresiones incluso armadas, como ocurrió la madrugada de ayer en Izúcar de Matamoros.

 

 

Partidarios del candidato perredista Manuel Madero González, postulado por la coalición “Puebla Unida” para la presidencia municipal de Izúcar, recibieron un aviso telefónico cerca de las 24 horas del miércoles, en el sentido de que a un costado de la iglesia de San Martín Alchichica, una junta auxiliar perteneciente a ese municipio, se preparaba un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, para llevar a bordo de varios vehículos, despensas para ser distribuidas entre personas de San Juan Coahuixtla, un barrio de Izúcar, a fin de que votaran por algún candidato opositor al doctor Madero.

 

 

En varios vehículos los partidarios de “Puebla Unida” se trasladaron a la mencionada junta auxiliar y esperaron que del estacionamiento ubicado a un costado del templo, salieran los vehículos con las despensas. Los siguieron a prudente distancia y cuando llegaron a la avenida Oaxaca, los conductores de las camionetas que llevaban las despensas, empezaron a balacearlos con armas cortas.

 

 

Los perseguidores, que no iban armados, dieron la vuelta para regresar a la cabecera municipal y fueron seguidos por los portadores de armas, que no cesaban de disparar.

 

 

Al llegar a la avenida Independencia, donde se encuentra la casa, la farmacia y el consultorio del doctor Madero González, hicieron varios disparos al aire, serían las 00:30 de la madrugada de ayer. Estaban prácticamente en el centro, frente a la iglesia de Santo Domingo y luego se dirigieron a la casa de la doctora Evelia Rodríguez, candidata a diputada por la misma coalición y dispararon a la casa. Todo esto a dos o tres cuadras del zócalo.

 

 

Los testigos afirman que entre los vehículos en que viajaban los agresores había una camioneta verde y reconocieron a varios de los agresores.

 

 

La candidata a la diputación presentó una denuncia ante el Ministerio Público de Izúcar y el doctor Madero fue llamado a Puebla de la Secretaría General de Gobierno para que informara de los hechos.

 

 

El temor de los agredidos es que el grupo agresor continúe acosándolos, pues las autoridades, pese a que la balacera fue en varias calles del centro de la ciudad, no intervinieron para nada.

 

 

Amenazas constantes

 

 

Varios de los ciudadanos entrevistados culpan a los priistas de esa agresión, sin que hayan presentado pruebas contundentes de ello.

 

 

Lo cierto es que durante esta campaña electoral en Izúcar, los grupos políticos se radicalizaron a consecuencia de la “guerra sucia” y muchos se quejaron de estar recibiendo amenazas telefónicas que nadie investigó y que arreciaron en los últimos días, al grado de que varios de los seguidores del doctor Madero, que al parecer fueron los más amenazados, pues el candidato perredista ha sido el mejor evaluado, tuvieron que tomar precauciones para protegerse y proteger a sus familiares, también amenazados.

 

 

A través de este espacio, hemos estado insistiendo en las consecuencias de las “guerras sucias” electorales, que como toda guerra, dejan grandes perjuicios a una sociedad.

 

 

Provocan divisiones, odios y rencores que perjudican a comunidades y pueblos, radicalizan posturas políticas y luego es muy difícil recomponer el tejido social, destruido por pleitos entre políticos de dudosa moral y espíritu cívico.

 

 

En las ciudades pequeñas y medianas, en las que muchos ciudadanos que se deciden a participar activamente en una elección llegan a apasionarse por algún candidato, el surgimiento de guerras sucias, que luego derivan en pleitos de a de veras, pueden conducir a tragedias, lo que ahondaría más la división existente en los pueblos.

 

 

Como diría el ínclito ex presidente Felipe Calderón, “son los efectos colaterales” de la falta de educación cívica y política que por eso mismo, sólo se proponen ganar a como dé lugar, al “haiga sido como haiga sido”, alguna posición transitoria, aunque eso sí, bien pagada.

 

 

Artículo de importación

 

 

Siempre, en todas partes del mundo, en una lucha electoral hay disputas políticas a veces duras, pero este tipo de “guerras de lodo” no existían en México. Se sabía de pleitos entre los políticos del PRI, que generalmente eran internos y que se resolvían de la mejor manera, al interior de ese partido.

 

 

La “guerra sucia” como tal fue introducida a nuestro país por el Partido Acción Nacional, quien lo dijera, el partido que hasta principios de los años 80, fue modelo de civismo, apego a la legalidad y honestidad. Los panistas incluso, se ostentaban como defensores de la religión católica, que ha sido la religión mayoritaria de los mexicanos.

 

 

Pero el PAN cayó, a consecuencia de la nacionalización de la banca por el ex presidente José López Portillo, en manos de la Coparmex, un organismo empresarial de derecha que cambió las reglas del juego con tal de sacar al PRI del poder y lo lograron hace 12 años con Vicente Fox, que fue quien trajo a un experto español, de apellido Solá, en eso de la guerra sucia y de ahí para acá, ese sistema ha tomado carta de naturalización en nuestro medio político, descomponiéndolo todo y degradando cada día más a la política y a quienes a ella se dedican.

 

 

Fue sepultado ayer Samuel Malpica

 

 

El ex rector de la BUAP, Samuel Malpica Uribe, asesinado la noche del martes en la colonia San Manuel de esta capital, fue sepultado ayer, asistieron familiares y amigos.

 

 

Durante el sepelio se habló de su labor como rector y el como luchador social de izquierda que siempre fue. El discurso principal fue pronunciado por el maestro Luis Ortega, que fue funcionario universitario durante el rectorado de Malpica.

 

 

Se pidió la investigación exhaustiva del crimen y el castigo ejemplar de los responsables. Este crimen, se dijo, no debe quedar impune, como muchos otros.

 

 

Y ya que de izquierdistas hablamos, menudo chasco se llevó ayer Norberto Amaya, uno de los dirigentes de la “auténtica izquierda” en una conferencia de prensa convocada por Ventura Rodríguez Lugo.

 

 

El señor fue a protestar contra la ex jefa del Departamento Jurídico de la BUAP, que ahora es candidata a regidora de la coalición “5 de Mayo”, por la actitud que como funcionaria universitaria adoptó en el caso de la muerte de su esposa, Samantha Villegas, que murió embarazada en un accidente automovilístico y que fue desconocida como trabajadora de la institución, por la citada funcionaria universitaria ahora candidata a regidora.

 

 

Nuestro buen amigo Norberto, creía que la protesta era contra el ex rector y ahora candidato a la presidencia municipal Enrique Agüera, por el asesinato antier, del también ex rector Samuel Malpica.

 

 

Antes de que Ventura Rodríguez empezara a hablar, lo hizo Norberto echando de su ronco pecho y defendiendo al doctor Agüera. Cuando le fueron aclaradas las cosas, pidió una disculpa y se esfumó. Tal parece que las recién terminadas campañas políticas, causaron mucha desorientación entre algunos participantes.

 

 

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