Monday, 29 de April de 2024


La confusión, sigue a la derrota




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Después de la peor derrota de su historia en Puebla, el Partido Revolucionario Institucional −que gobernó a la entidad más de 80 años seguidos− pasa por una crisis que tiene a sus militantes sumidos en la confusión y en la desesperanza.

Por lo menos en los próximos cinco años, el PRI estará fuera del poder en Puebla. Sólo gobernará un municipio importante, Tehuacán, pues las 15 ciudades más importantes, cabeceras de distrito electoral, fueron ganadas por la coalición “Puebla Unida”.

 

 

Pero ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD, quieren reconocer su fracaso como partidos políticos, pues entre ellos y las autoridades electorales provocaron tal desconfianza entre los electores, que el abstencionismo se elevó a índices nunca antes vistos.

 

 

Las ambiciones personales y de grupo, que son las que predominan en todas las agrupaciones partidistas, fueron la causa de la desconfianza y hasta del rechazo de los ciudadanos para participar en el pasado proceso electoral.

 

 

Los partidos están divididos en “tribus”, caso del PRD; “burbujas”, en el caso del PRI y entre “calderonistas y maderistas”, en el caso del PAN.

 

 

No hay líderes, sino pequeños grupos de interés que está visto en los hechos no sirven para nada.

 

 

En esos pequeños grupos, quienes los encabezan se asumen como “políticos de carrera”, los conforman en su mayor parte oportunistas que andan tras un “buen hueso”. Se la pasan hablando de las próximas elecciones y parece que los gravísimos problemas que confronta el país, después de tres gobiernos neoliberales priistas y dos desastrosos gobiernos panistas, los tienen sin cuidado.

 

 

Lo que está pasando en el estado de Michoacán es una prueba fehaciente de que en este país todo anda mal. El gobierno de Felipe Calderón, originario de ese estado, dejó una descomposición política y social que ha agravado los problemas económicos de la zona. Si a ello se agrega un gobierno perredista inepto, se tendrá una idea del grave problema de la entidad que fue cuna del gran caudillo de Independencia, don José María Morelos y Pavón.

 

 

Pero no es sólo Michoacán, es Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Coahuila, Durango, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, en fin, es casi la totalidad del país la que está en crisis de inseguridad, desempleo y pobreza.

 

 

Las manifestaciones violentas o pacíficas son el pan nuestro de cada día en todas las capitales del país, incluyendo la de la República.

 

 

Un amigo nuestro, muy conocedor de la historia de México, afirma que ya estamos en revolución, porque la revolución del siglo XXI no tiene por qué ser igual a la de principios del siglo XX, con caballitos y rifles 30-30. La nueva revolución es de R-15, AK-47, granadas de mano, emboscadas en carreteras, cierres de carreteras, tomas de edificios, secuestros, muerte por todos lados, extorsiones, asaltos y robos.

 

 

Que quienes están participando en esta revolución no tengan ideología política, es igual a lo que está pasando en la “lucha político electoral”, ningún partido político, ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD, ni menos los llamados “chiquitos”, tienen ideología, ya que luchan por un interés económico.

 

 

El neoliberalismo es el culpable

 

 

México no es el único país que está en crisis. De hecho lo están todas las naciones del mundo occidental y mucho más las que tienen establecido un sistema económico neoliberal impuesto por los gobiernos de Ronald Reagan, de Estados Unidos, y de Margaret Tatcher, de Inglaterra, tanto en sus países como en los que estaban o están dentro de su área de influencia.

 

 

Escapan un poco y no están tan mal como México, los principales países de Latinoamérica, que rompieron con ese sistema y en la crisis económica que agobia al mundo, pudieron estar mejor que nosotros que por el Tratado de Libre Comercio, tenemos una dependencia casi absoluta de los Estados Unidos.

 

 

El neoliberalismo no es un sistema económico al que le importen los problemas de los pobres o de las clases medias, sino sólo los de los ricos. Está enfocado en beneficiar al gran capital al que casi no se le cobran impuestos, o se le devuelven grandes cantidades al final de cada ejercicio. De ahí que hayan aumentado los desequilibrios entre pobres y ricos.

 

 

La concentración de la riqueza en pocas manos ha sido mayor en estos años de neoliberalismo. Los problemas que confrontan los estudiantes de Chile son por la inminente privatización de la educación en aquél país. Es a lo que se oponen los maestros en México, a que lleguemos a una situación similar, porque eso eliminaría las posibilidades de los pobres y clases medias populares, de avanzar, se quedarían estancadas y sin aspirar a elevar sus condiciones de vida.

 

 

De hecho, en nuestro país se frenó la “movilidad social” que se inició con el gran impulso que dio Lázaro Cárdenas a la educación popular, laica y gratuita, con la llegada al poder de Carlos Salinas de Gortari, el gran tecnócrata neoliberal, que metió a México en esta onda de la que no podemos o parece que no se quiere salir.

 

 

La desigualdad social en México no es nueva, ni la creó Salinas, ni los gobiernos panistas, ellos la agudizaron y la siguen agudizando. La desigualdad, eso se dice poco, la dejaron como nefasta herencia los españoles que durante 300 años dominaron en México, creando una sociedad de desiguales: peninsulares excesivamente ricos, dueños de minas y de grandes haciendas; indígenas prácticamente esclavos; mestizos sin educación y sin posibilidad de tenerla a no ser que entraran a un seminario católico, aunque no se hicieran curas, y negros y mulatos que se arrinconaron en estados como Guerrero, Oaxaca y Veracruz, principalmente, para salvarse de una sociedad opresora.

 

 

Los tres movimientos sociales más importantes de nuestra historia: la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910, han tenido como objetivo terminar con esa desigualdad y hacernos un pueblo de iguales en derechos y obligaciones, pero siempre ha habido quienes han traicionado esos movimientos, esas aspiraciones populares. Lo estamos viendo ahora y lo peor del caso es que en una “democracia partidista”, los partidos no agarren la onda y anden preocupados por unas próximas elecciones que de antemano tienen perdidas, como perdieron las del pasado 7 de julio, en las que en los 14 estados de la república en que las hubo, ganó el abstencionismo en forma abrumadora.

 

 

*** Hoy 5 de agosto se cumple 100años del natalicio de Alfredo Toxqui, quien fue los gobernantes más queridos de Puebla, también fue senador, dirigente estatal del PRI y para finalizar su carrera política gobernó su ciudad natal, San Pedro Cholula. Falleció el pasado 1 de abril de 2004 a la edad de 91 años.

 

 

 

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