Monday, 29 de April de 2024


La crisis política




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Hemos dicho en este espacio que nuestro país está pasando por las crisis más dramáticas de su historia reciente, en lo social, en lo económico y en lo político. Lo que ocurrió ayer en la ciudad de México en reuniones del PAN y PRD, pone de manifiesto la grave crisis política que se vive.

Si bien es cierto que el Partido Acción Nacional logró la aprobación de sus nuevos estatutos, que establecen que su dirigencia nacional será electa por sus bases, fue en medio de una confrontación y un desorden que en sus 74 años de historia jamás había tenido el partido “de la gente decente”.

 

 

La “Arena Ciudad de México” fue escenario de la reunión de la Asamblea Nacional panista, en la que un grupo identificado como calderonista pretendió reventar el acto protestando en forma agresiva con gritos, insultos, lanzando latas de refrescos, rompiendo estatutos y pidiendo a gritos que se cancelara la votación que aprobaba los nuevos estatutos.

 

 

El dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, fue acusado de corrupto, peñista, traidor y autor del fraude, que se dice fue cometido en la asamblea.

 

 

Sin embargo, en hora y media se dio el trámite a la aprobación y por terminada la asamblea.

 

 

Los calderonistas expresaron que no es justo que se les culpe de lo ocurrido. El senador Ernesto Cordero, cabeza visible del calderonismo en el PAN, se manifestó satisfecho por la aprobación de los estatutos y dijo que tal vez participaría como candidato para dirigir nacionalmente a su partido.

 

 

Dijo algo en lo que muchos albiazules no están de acuerdo: “Los panistas estamos muy satisfechos de los dos gobiernos federales que durante 12 años gobernaron al país”.

 

 

Los panistas podrán estar de acuerdo, el resto de los mexicanos no.

 

 

También se apuntaron como posibles candidatos a la dirigencia nacional del PAN el propio Gustavo Madero, que iría por la reelección y Josefina Vázquez Mota, ex candidata a la presidencia de la República.

 

 

Los seis gobernadores panistas del país, entre ellos el de Puebla, Rafael Moreno Valle, demandaron a la dirigencia que se les permita intervenir en el proceso de reestructuración del PAN, pues hasta ahora se les mantiene al margen y ellos tienen el pulso de los panistas de los estados que gobiernan. Su intervención puede ayudar a resolver los problemas internos que confronta ese partido.

 

 

En la madrugada, acuerdo perredista

 

 

La reunión del Consejo Nacional del PRD, también en la capital del país, fue menos violenta que la asamblea del PAN (quién lo iba a decir) pero hubo fuertes discusiones y como es costumbre en la izquierda mexicana, un montón de oradores, parece que fueron entre 35 y 40.

 

 

Todos echaron de su ronco pecho contra y a favor del Pacto por México, que fue el tema central de la discusión, y contra la privatización de Pemex.

 

 

Al final, ya en la madrugada del domingo se determinó que el Partido de la Revolución Democrática siguiera en el pacto, para no dejar la discusión sobre los grandes problemas del país en manos de los “reaccionarios del PRI y del PAN” y que la izquierda cerrara filas para impedir la privatización del petróleo.

 

 

Los llamados “Chuchos”, que tienen la dirigencia nacional del PRD, habían convencido a las tribus: Alternativa Democrática Nacional, Foro Nuevo Sol y al Movimiento Nacional Patria Digna, para que se sumaran a su propuesta de continuar en el pacto, porque no hacerlo sería dejar a priistas y panistas solos en la toma de decisiones y nadie defendería en esa instancia los intereses del partido y del país.

 

 

Se estuvieron oponiendo hasta el último momento: Izquierda Democrática Nacional, Movimiento Progresista y Unidad Democrática Nacional.

 

 

Rechazaron las condiciones que Andrés Manuel López Obrador puso para aceptar su alianza en defensa del petróleo. “No somos viudas de Andrés Manuel, ni tenemos el corazón partido”, dijo Guadalupe Acosta Naranjo, ex dirigente nacional.

 

 

Al final, todo se solucionó con la aprobación de la permanencia perredista en el pacto y la unidad de todas los corrientes perredistas en contra de la privatización de Pemex.

 

 

La política es así, pero no tanto…

 

 

La práctica política es generalmente apasionada, puede llevar incluso a situaciones de violencia o de ríspidas discusiones, como ocurrió en las reuniones del PAN y PRD ayer en la ciudad de México, pero lo que estamos viendo es una descomposición interna en todos los partidos.

 

 

Lo que está pasando en Puebla con el Partido Revolucionario Institucional, es otra muestra de lo que decimos. Hay una crisis política porque los militantes de los partidos no se entienden entre sí, porque personas sin ideología y con total desconocimiento de nuestra historia son las que toman las decisiones o pretenden hacerlo.

 

 

Es resultado de la pésima política económica por la que se ha obligado transitar al país en los últimos 30 años: López Portillo nos endeudó hasta el cuello con el cuento de que éramos muy ricos por los yacimientos petrolíferos encontrados, según él, y nos pidió saber administrar la riqueza.

 

 

Lo mismo hicieron los tecnócratas. El endeudamiento nos llevó a numerosas crisis siendo la más brutal la de 1995 con Zedillo en el poder, pero consecuencia del gobierno anterior.

 

 

Lo que tenemos ahora es una crisis social reflejada en el brutal incremento de la violencia, en el aumento desmedido de la pobreza, en la carestía, en la mala calidad de la educación, en el desempleo, en el aumento de la delincuencia no organizada, en la rebelión de muchos pueblos y comunidades, en fin, en la descomposición no vista desde la Revolución, del tejido social.

 

 

La situación que se vive no se hizo sola. Es consecuencia de un mal sistema económico impuesto por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a los gobiernos tecnocráticos del PRI y a los gobiernos del “cambio” del PAN y el sometimiento de estos, al consenso de Washington.

 

 

La “guerra contra el narcotráfico” todavía vino a complicar más las cosas y ahora sufrimos las consecuencias con un desorden propiciado por esa guerra, de la que afortunadamente Puebla se ha salvado en buena parte.

 

 

Nuestra “democracia” es partidista y si los partidos andan mal, si no pueden resolver sus problemas internos, si están demostrando ineptitud, ineficiencia para resolver los problemas del país, ¿qué es lo que podemos esperar?

 

 

Le comentamos de la entrega de preseas a distinguidos personajes de Puebla y del país, por parte de la Legión de Honor Nacional de México, de larga trayectoria, misma que se llevó a cabo el sábado a las 12 horas en la Biblioteca Palafoxiana.

 

 

Hubo dos oradores: el secretario del Trabajo y Previsión Social del gobierno federal, Carlos Navarrete Prida y el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva, en representación de los galardonados y el secretario general de Gobierno del estado, Luis Maldonado Venegas, en representación del gobierno local.

 

 

Fue un acto solemne con selecta concurrencia que llenó todo el recinto. Ahí recibieron la presea varios poblanos, entre ellos los ex gobernadores Guillermo Jiménez Morales y Melquiades Morales Flores, además de otros funcionarios estatales y ex funcionarios como Alberto Jiménez Arroyo y Héctor Jiménez y Meneses.

 

 

Carlos Navarro Prida se comprometió a plantear al presidente Peña Nieto que las sucesivas entregas de las preseas se realice en la residencia oficial de Los Pinos, como se hacía en los tiempos de Adolfo López Mateos, lo que originó un fuerte aplauso de aprobación del público asistente.

 

 

 

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