Para que ese cultivo no se extinga, se requiere de un cambio en la política económica del país, una política de sentido común y no la política arbitraria y torpe que han aplicado los tres últimos gobiernos de la república.

El problema de los cañeros, importante sector económico de las regiones de Izúcar de Matamoros y Tehuacán, es que están siendo agredidos por el propio gobierno federal que es el que debería protegerlos.

Se produce en México suficiente azúcar para abastecer al consumo interno y además, para exportar excedentes: entonces, ¿por qué al señor presidente Felipe Calderón se le ocurrió importar del extranjero más de 200 mil toneladas que vinieron a saturar al mercado provocando el derrumbe de los precios de la caña y de la propia azúcar? Dicen que por convenios internacionales.

Valientes convenios firman nuestros gobiernos en perjuicio de los productores nacionales.

¿Por qué al mejor presidente que ha tenido México en toda su historia, según dijo el mismo Vicente Fox, se le ocurrió autorizar a las industrias refresqueras Cocacola y Pepsicola la importación de fructuosa, eximiéndolas de consumir la azúcar de buena calidad que nosotros producimos? Dicen que para beneficiar a la empresa en la que prestaba sus servicios (la transnacional Cocacola) antes de ser el mejor presidente de México.

No hay que olvidar que el mismo señor Fox afirmó, siendo presidente, que su gobierno era “de empresarios y para empresarios”. Eso sí quedó muy claro y le creemos.

Ahora los cañeros, la parte más débil de la cadena, están pasando tiempos difíciles. Tuvieron que venir a manifestarse, tanto los de la región de Izúcar como los de la región de Tehuacán, para demandar el apoyo del gobierno estatal que por fortuna los escuchó, los entendió y está tomando cartas en el asunto para que reciban el apoyo que requieren.

Se acabó con el cultivo del arroz

Ojalá y la magnífica producción cañera y azucarera de los dos ingenios que existen en la entidad, siga adelante y no le pase lo que al cultivo del arroz.

Puebla era una de las entidades productoras de arroz de primera calidad. El arroz de Puebla se producía en la región sur de la entidad y era procesado y empacado en dos plantas arroceras que estaban establecidas en Izúcar de Matamoros y en Lagunillas, hasta donde llegaban productores de los vecinos estados de Morelos y Guerrero para vender su producto.

El país era autosuficiente en la producción de arroz, un arroz de primera clase.

Pero acatando indicaciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial y sus adláteres, se decidió que nuestro país no debería producir arroz, porque lo producían en gran cantidad Estados Unidos y países asiáticos. México debería producir verduras y frutas tropicales y dejar que los cereales los produjeran países que saben de eso.

Nuestros gobiernos neoliberales, que han sido “niños de diez” en eso de acatar las “órdenes” de sus amos, pusieron manos a la obra. Ningún apoyo para la producción de arroz y los campesinos dejaron de producirlo.

Ahora tenemos que importar del extranjero, principalmente de los Estados Unidos, el 90 por ciento del arroz que consumimos, pero el que nos mandan es de pésima calidad y estamos expuestos, como todo país con dependencia alimentaria, a que un día, como pasó con el maíz en 2012, no nos lo vendan y tengamos que traerlo a mayor precio, desde Sudáfrica.

Y lo mismo pasa con el trigo, con la soya, el frijol, etc. Somos dependientes alimentarios.

Pero parece que las cosas se intentan cambiar. Por lo menos eso dijo el secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, quien anunció un plan para elevar la producción de maíz blanco en 10 millones de toneladas y continuar así con la producción de frijol y de todos los granos que requerimos para nuestra alimentación diaria y que ahora tenemos que comprar al extranjero, por los convenios internacionales, que no son otra cosa que maniobras de los países fuertes para controlar a los débiles y no hay nada mejor para ejercer ese control, que mantenerlos como dependientes alimentarios.

El centro escolar “Venustiano Carranza”, renovado

Ayer el gobernador del estado, Rafael Moreno Valle y el senador de la república y coordinador de la bancada del PRD, Miguel Barbosa Huerta, inauguraron las obras de remozamiento del centro escolar “Venustiano Carranza” de la ciudad de Tehuacán, que tuvieron un costo de 24 millones de pesos, incluyendo el área de educación superior a distancia, en la que los egresados de ese centro podrán seguir estudios profesionales reconocidos por la BUAP y por la UNAM.

En su discurso, el gobernante poblano hizo un público reconocimiento al empeño que el senador Barbosa Huerta y un grupo de sus compañeros, todos ex alumnos de la institución mencionada, para la restauración y mejoramiento de las instalaciones que el año entrante cumplen 60 años de funcionar.

Los centros escolares poblanos fueron creados en el gobierno de Rafael Ávila Camacho en la década de los cincuenta.

Constituyeron una verdadera revolución educativa en su tiempo, pues concentraban en un solo espacio, la educación desde jardín de niños hasta preparatoria, pasando por la enseñanza de oficios diversos para capacitar a los jóvenes para el trabajo.

Así surgieron los centros escolares de Cholula, Teziutlán, Ciudad Serdán, Tehuacán, Izúcar de Matamoros y Puebla, que por la calidad de la enseñanza que en ellos se impartía, por su disciplina y por sus instalaciones, fueron considerados como ejemplo nacional.

El gobernador y el senador perredista Miguel Barbosa estuvieron también en la población de Vicente Guerrero, donde también fueron inauguradas instalaciones para la impartición de carreras universitarias a distancia, con costo de 14 millones de pesos, así como un dormitorio para estudiantes que tuvieran necesidad de trasladarse de sus comunidades a la población, con inversión de 6 millones.

El gobernador reconoció el interés que el senador del PRD ha puesto para lograr los apoyos necesarios para mejorar la vida de los habitantes de la región.

El sábado pasado fue celebrado el 50 aniversario del restaurante “Los Globos” que funciona desde poco antes del nacimiento de CAMBIO, aquí, en la planta baja del edificio que el periódico ocupó desde sus inicios hace más de 30 años.

Fue en un amplio local que se encuentra frente a la catedral, sobre la 16 de Septiembre, donde hace medio siglo, en 1963, inició sus actividades este restaurante creado por doña Elena Salgado Méndez, originaria de Xochitlán de Vicente Suárez, un pintoresco pueblo de la Sierra Norte de Puebla.

A los pocos años de haber iniciado sus actividades se pasó al lugar que ahora ocupa, en la 2 Sur 509, frente a la escuela “José María Lafragua”.

Desde el principio tuvo éxito y su propietaria y fundadora tuvo la dicha de ver diariamente lleno su local, sobre todo a la hora de la comida, después de que éste pasó a manos de su nieto Daniel Larraza Brusaferri, quien tomó la administración del negocio desde varios meses antes del fallecimiento (el año pasado) de la fundadora y propietaria original.

La celebración consistió en una misa en la iglesia de La Concordia y después una cena que se prolongó hasta la madrugada del domingo, pues muchos amigos y clientes llenaron por completo el ya tradicional restaurante, que ha tenido en sus mesas a personajes poblanos como el doctor Alfredo Toxqui, el maestro Jorge Murad, el licenciado Marco Antonio Rojas Flores y muchos otros destacados políticos.