Se dice incluso que si el aplauso más largo y sonoro fue cuando el presidente habló de la reforma educativa, cuando abordó el asunto económico, no hubo un solo aplauso aprobatorio.

En todo gobierno y en cualquier país, el manejo de la economía es el de mayor importancia. Lo es ahora ylo ha sido siempre.

Los mexicanos nunca debemos olvidar que el origen de la guerra de Independencia, en 1810, fue la situación de enorme pobreza de las grandes masas y la riqueza ostentosa de la minoría gachupina; la guerra de Reforma se dio porque las condiciones socioeconómicas de La Colonia seguían prevaleciendo después de la Independencia. La riqueza del país estaba en unas solas manos, las de la Iglesia católica. De ahí vino la expropiación de bienes del clero y la separación del Estado y de la Iglesia.

En 1910 estalló en México la primera revolución social del siglo XX, por la concentración de la riqueza en pocas manos y la condición de pobreza de las mayorías.

Actualmente, desde que llegaron al poder los tecnócratas priistas y luego siguieron los gobiernos panistas, la pobreza se ha incrementado en el país, ha aumentado el desempleo y la pobreza extrema. Se ha descuidado la producción agropecuaria y millones de compatriotas han tenido que emigrar a los Estados Unidos, en busca de un trabajo que les permita sostener a sus familias.

Una mala economía pues puede colocar a un país al borde de una revolución y en México tenemos una mala economía desde hace casi 30 años, cuando se impuso el neoliberalismo que ha propiciado la concentración de la riqueza en unos pocos, mientras las mayorías sufren carencias de todo tipo.

Nunca en México había habido tanta pobreza como ahora se observa y de eso se han derivado otros graves problemas como la delincuencia, cuyo combate absorbe enormes recursos económicos que bien podrían utilizarse en reactivar la producción del campo.

La afirmación del presidente en el sentido de que el 2013 será el año de las transformaciones que necesita el país para despegar, suena bonito, pero no convence a nadie, según pudimos escuchar ayer en diversos comentarios.

La gente pobre, sin empleo, sin educación, sin servicios médicos, sin esperanza en un mundo cada vez más complicado y en un país empobrecido, no puede esperar mucho. Quiere resultados tangibles ya.

Las reformas estructurales de que habla el gobierno y que nadie explica convincentemente, no van a producir resultados inmediatos, eso es imposible. Tendrán que pasar varios años para que esos resultados puedan ser sentidos por la población.

Pero hay una forma de que la gente empiece a recibir en corto tiempo beneficios para su economía: hay que impulsar al campo abandonado, reactivarlo, motivar a los campesinos. Somos un país dependiente alimentario que importa maíz, frijol, arroz, trigo, soya, huevo, carne de pollo, etc. Nuestros campos están abandonados y los campesinos que no lograron salir del país en busca de trabajo, han emigrado a las ciudades para vender chicles, dulces, paletas y otras chucherías en las esquinas de las grandes avenidas.

Hay que impulsar la micro y pequeña empresa, hay que mover la economía a como dé lugar, empezando por lo básico. Hay que iniciar obras de infraestructura que ocupen mucha mano de obra, aunque sea barata, en fin, “hay que mover a México”, pero de veras. Porque ahorita sólo lo mueven las protestas por los proyectos de esos cambios estructurales.

Esparza Ortiz, en campaña

Con buen tino inició su campaña por la rectoría de la BUAP el maestro Alfonso Esparza Ortiz, de quien nadie duda que será electo como rector para el próximo periodo de cuatro años.

No sólo estudiantes y académicos de la principal universidad pública del estado se expresan bien del maestro Esparza, sino también personas que nada tienen que ver con la institución. Se ve un hombre sincero, empeñoso, nada ostentoso, con deseos de llegar al puesto al que aspira para trabajar realmente por la institución, y sobre todo, sin aspiraciones políticas.

Pero además, como muy pocos, tiene una gran trayectoria como trabajador, académico y funcionario de la universidad que incluye su paso por el Suntuap en los tiempos del rector Alfonso Vélez Pliego.

Se inscribieron para competir con él dos académicos de la BUAP, Daniel Alcántara y Samuel Tovar, éste último declinó pocas horas después de haber iniciado su campaña con un acto en el panteón Jardín, ante la tumba del arquitecto Joel Arriaga, quien fuera asesinado hace casi cuarenta años durante la etapa más conflictiva de la institución.

Sigue Daniel Alcántara en la lucha, pero sus posibilidades son realmente mínimas, según todos los universitarios consultados.

Todos dan por hecho el triunfo del rector sustituto Alfonso Esparza, quien lleva a cabo una campaña austera y de cercanía con las bases tanto de maestros como de estudiantes y trabajadores administrativos.

El PSI, será un partido diferente

Nos dijo el dirigente del partido local Pacto Social de Integración que en las primera elecciones en las que tomó parte, después de su registro, las del 7 de julio, logró dos diputaciones locales, ocho ayuntamientos y más de veinte regidores, el licenciado Carlos F. Navarro Corro, que su organización será un partido diferente.

El objetivo, después de un triunfo que nadie esperaba para un partido primerizo, será consolidar una estructura y una organización fuerte en todo el estado que luche de veras por las clases más necesitadas, con militantes capacitados en los propósitos del partido, entregados a la causa y que sirvan realmente a la sociedad civil.

Los integrantes de los ocho ayuntamientos que ganaron en las pasadas elecciones, los regidores que estarán en más de 20 ayuntamientos y los dos diputados, uno de ellos será el propio Navarro Corro, trabajarán unidos para hacer una labor de real beneficio para los ciudadanos. Quieren ser diferentes y a la mejor lo logran, pues los partidos políticos, grandes y chicos, están pasando por una crisis realmente dramática.