Friday, 19 de April de 2024


¿Desaparecer los Poderes en Michoacán?




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Los panistas están asombrados. Hay violencia en Michoacán. Por eso están exigiendo la desaparición de los Poderes en el estado, gobernado por priistas.

Son olvidadizos. Ya no se acuerdan que Michoacán, tierra del ex presidente Felipe Calderón, entró en el torbellino de la violencia, precisamente cuando el país era gobernado por los panistas y el estado por los perredistas, como les recordó el diputado Manlio Fabio Beltrones. Ya no se acuerdan del “michoacanazo”, cuando el gobierno calderonista ordenó la detención de presidentes municipales priistas y perredistas por supuestos nexos con el narcotráfico, algo que después de un tiempo resultó un fiasco y tuvieron que poner en libertad a los alcaldes, pero ya habían provocado una desestabilización política en ese estado.

 

 

Ya no se acuerdan de que la era de violencia en México, se inició durante el gobierno de Felipe Calderón, que fue incapaz de frenarla.

 

 

Ahora sí piden la destitución del gobernador priista, porque no garantiza la seguridad de los michoacanos.

 

 

Todo suena a politiquería electoral barata y no a querer solucionar el problema. Como dijo el diputado Beltrones, son declaraciones que no aportan en nada a resolver la difícil situación que Michoacán enfrenta y sólo buscan crear otro conflicto de tipo político.

 

 

Los panistas fueron un buen partido de oposición, un pésimo partido en el poder. Pero les gustó el poder y ahora pretenden regresar a él a como dé lugar; pero 12 años de gobierno federal les pesan mucho, mucho más que 72 años en el poder del PRI. Con sus actitudes inmaduras, se siguen exhibiendo como adolescentes de la política.

 

 

Rechazan la creación de un Instituto Nacional Electoral

 

 

Qué bien que los gobernadores de todos los estados del país rechacen la pretensión de desaparecer a los institutos estatales electorales, para sustituirlos con un Instituto Nacional Electoral.

 

 

Esa propuesta hecha por el PAN, para la reforma política, no sólo atentaría contra la soberanía de las entidades federativas y nos llevaría a dar un paso más al centralismo, sino que sería absurda, pues hay entre los 32 estados de la Unión, tantas diferencias económicas, políticas y sociales, que los funcionarios del nuevo organismo electoral no entenderían y, por lo tanto, no podrían resolver los problemas que llegaran a surgir.

 

 

Los tecnócratas priistas y luego los gobernantes panistas sin oficio político y sin conocimiento de nuestra realidad, echaron a perder a un país que tal vez, lentamente, con trabajos, pero iba avanzando en los tres aspectos: económico, político y social.

 

 

Pero llegaron “los genios” con doctorados obtenidos en prestigiadas universidades extranjeras y todo se derrumbó, hasta quedar —cuando finalizó el segundo gobierno panista— un país hecho trizas.

 

 

Ni los tecnócratas del PRI, ni los panistas, tenían oficio político y ninguno de ellos estaba dentro de la realidad nacional, por lo que las consecuencias fueron las que estamos viendo.

 

 

Imagínense a un Instituto Nacional Electoral con una dirección en la ciudad de México, de donde se enviaría a otros genios a las capitales de provincia, resolviendo problemas electorales de Acajete, de Tehuacán, de Izúcar de Matamoros o de San Martín Texmelucan, por mencionar algunos de los municipios poblanos que a través de la historia reciente han demostrado ser de los más conflictivos.

 

 

¿Qué otra cosa iban a hacer sino complicarlo todo y provocar problemas, como enfrentamientos entre grupos?

 

 

La idea de eliminar la autoridad de los estados en materia electoral para sustituirla por una autoridad central, es la peor ocurrencia de nuestros brillantes genios políticos, luego de unificar los procesos electorales de todo el país, para elegir en un solo día presidente de la república, diputados federales y locales, senadores y ayuntamientos. La locura total. Al tiempo.

 

 

La redistritación electoral

 

 

Una muestra de lo que podría ocurrir con un INE, la da la nueva geografía electoral que propone el todavía Instituto Federal Electoral.

 

 

Alguno de los millonarios consejeros electorales que forman dicha institución tuvo la ocurrencia, para Puebla, de desaparecer el distrito electoral federal de Izúcar de Matamoros, para formar otro con nada menos que 41 municipios. ¿Sabrán lo que proponen?

 

 

Imagínese a un candidato, del partido que sea, haciendo campaña por 41 municipios. Si lo hacen para ahorrar, porque parece que esa es la intención, el costo de las campañas se elevaría muchísimo.

 

 

Los candidatos serían incapaces de realizar campañas dignas y ya como diputados, no podrían, de por sí no pueden, atender como debe ser a sus distritos.

 

 

Los que saldrían perdiendo son los ciudadanos, pues si por lo general han tenido malos representantes, ahora de hecho dejarían de tener.

 

 

Hay una esperanza en este caso. En el Consejo General del IFE, efectuado el lunes, se decidió posponer la redistritación y eso, según declaró a la prensa el actual diputado federal Filiberto Guevara, hace abrigar la esperanza de que se anule la decisión de desaparecer el distrito de Izúcar.

 

 

Hay que reconocer que el diputado Guevara González se ha fajado defendiendo a su distrito, con argumentos sólidos.

 

 

Una cosa es que Izúcar de Matamoros sea políticamente conflictivo, y otra muy distinta que se le quiera borrar del mapa político. Se trata del décimo municipio en importancia, del estado, con influencia en una amplia zona del sur de la entidad.

 

 

Con la propuesta del IFE, lo único que los consejeros demuestran es un desconocimiento total de la realidad poblana. 

 

 

 

 

 

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