Al no estar de acuerdo con “el candidato de unidad” designado por la cúpula priista, se están registrando ante el órgano correspondiente y entregando la documentación que la convocatoria les exige.

Eso quiere decir, que los problemas internos del partido tricolor no han terminado y que continuarán esta semana pudiendo llegar a su punto culminante el día de la realización de las asambleas municipales de delegados.

En el caso de los candidatos a diputados locales, no hay mucha bronca. En general se acepta que éstos sean designados desde arriba, a menos que la designación caiga en alguien totalmente ajeno a los priistas de la base.

Se registra Antonio Gali

Antonio Gali Fayad, se registró ya ante el comité municipal de su partido, como aspirante a abanderar a la coalición “Puebla Unida” en la lucha por la presidencia municipal de esta capital.

Esto fue ayer en las oficinas del comité estatal del PAN. Luego hubo un mitin ante miles de personas concentradas en la junta auxiliar de Azumiatla, la junta auxiliar más pobre del municipio de Puebla.

La realización de la concentración de la coalición “Puebla Unida” en la población, tiene un significado: que el candidato de esa coalición, Gali Fayad, tendrá como objetivo enfocar su actividad en beneficio de quienes menos tienen.

Se dice que una vez que el ex secretario general de gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, sea candidato plurinominal a una diputación, asumirá la coordinación de la campaña de Gali por la presidencia municipal de Puebla.

Manzanilla Prieto demostró su capacidad política en la Secretaría de Gobierno, al mantener a la entidad poblana tranquila y trabajando durante los dos primeros años de este gobierno.

Su táctica ha sido el diálogo y la negociación. No sólo mantuvo buenas relaciones con las dirigencias de todos los partidos, sino con empresarios, agrupaciones populares, grupos cívicos y de defensa de los derechos humanos, lo que le permitió resolver muchos problemas y lograr un ambiente de paz en la entidad.

Fue aspirante a la candidatura a la presidencia municipal, pero se retiró cuando se percató que Antonio Gali tenía el mayor número de simpatizantes. Entonces decidió buscar una posición para tener acceso al Congreso del estado. Es una de las piezas clave de la coalición “Puebla Unida” para la próxima legislatura.

Su decisión de ingresar al PAN fue tomada con tiempo y después de demostrar que había estudiado los antecedentes de ese partido, su doctrina y su programa de acción. No es un panista más, sino un ciudadano que conscientemente aceptó la declaración de principios, el programa y los estatutos del partido blanquiazul.

La lucha será entre Agüera y Gali

Ya no hay más, la lucha electoral por el municipio capital del estado, será entre el ex rector Enrique Agüera Ibáñez y el ex secretario de Infraestructura del Estado, Antonio Gali Fayad.

Son dos buenos candidatos para disputar la presidencia municipal de Puebla. Ambos han mostrado tener simpatía entre los diversos grupos sociales de la capital, los dos son profesionistas y personas respetuosas de la forma de ser y de pensar de los demás.

Nadie piensa, ni espera, que vayan a luchar por el cargo al que aspiran, recurriendo a una “guerra sucia” que en vez de beneficiar a Puebla, la perjudicaría. Será una lucha, dada la calidad de los contendientes, de altura, de propuestas para resolver los viejos y nuevo problemas que confronta Puebla, una ciudad que hace cincuenta años apenas llegaba a los 260 mil habitantes y ahora anda en los 2 millones.

En esta campaña como nunca antes, tendrán un gran peso los integrantes de los equipos de cada candidato. Deberán ser expertos en este tipo de trabajo, aunque no sean precisamente militantes de sus respectivos partidos.

La izquierda vive, la lucha sigue

Como la izquierda en Puebla todavía “colea”, tiene que continuar la lucha interna entre los grupos o tribus, ad infinitum, una lucha de nunca acabar, una brega de eternidad, como dijo Manuel Gómez Morín, refiriéndose a lo que le esperaba al PAN, partido que él fundó en 1939.

La causa de la división que ha logrado ahora, que varias tribus se unan contra sus dirigentes, es la alianza con el Partido Acción Nacional. Muchos grupos de dentro y de fuera del PRD, no conciben que la izquierda se una a la derecha para derrotar a un partido de centro-derecha como es el PRI.

Pero ahora es por eso y después será por cualquier otra cosa, el chiste es seguir en la lucha. Lástima que esa lucha distraiga a los perredistas del trabajo que deberían hacer para fortalecer a su partido y hacerlo respetable y respetado.

Por el contrario, lo han debilitado a tal grado, que si no se alía al PAN, podría perder su registro al no alcanzar ni el dos por ciento de la votación en el estado.