Leí ayer en un periódico de la ciudad de México que los tabasqueños tienen una frase que reza: “lo mejor de todo, es que esto se va a poner peor”.

Atendiendo el llamado que hace varias semanas hiciera el dirigente nacional del PRI, César Camacho, de que los priistas tomaran la calle para defender la propuesta a la reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto, el dirigente estatal del partido tricolor, Pablo Fernández del Campo, anunció ayer el arranque de esa “toma de calles” en la entidad poblana con la presencia de la secretaria general del Comité Nacional, Ivonne Ortega, y con la asistencia de dirigentes priistas de entidades vecinas como Veracruz, Tlaxcala, Oaxaca e Hidalgo.

Columnistas y comentaristas de diversos medios impresos de la capital de la república, hablan del mal comportamiento de la economía durante los meses del actual gobierno federal, reflejado en el contenido del Primer Informe de Enrique Peña Nieto, sobre ese renglón.

De nada sirvieron las protestas de miles de maestros contra el proyecto de ley reglamentaria de la reforma educativa. Los trastornos que originaron en el Distrito Federal por los cierres de calles y las molestias que ocasionaron a los vecinos de la urbe con sus cercos al aeropuerto y a los edificios de las cámaras de Diputados y de Senadores, fueron situaciones que aprovechó la autoridad para dar el madruguete (la aprobación fue en la madrugada de ayer) y aprobar las reformas, con el beneplácito de gran parte de los habitantes de la capital del país.

Durante las décadas de gobiernos priistas a partir del triunfo de la Revolución de 1910, el magisterio nacional fue el sector más consentido, el más apapachado del mundo oficial. Habría que recordar los discursos laudatorios que el presidente, los gobernadores y los secretarios de estado dedicaban a los “apóstoles de la enseñanza”, cada vez que era necesario, pero sin falta, el 15 de mayo, Día del Maestro.

A raíz del movimiento magisterial encabezado por la CNTE, que tiene al borde de la histeria a millones de habitantes del Distrito Federal, muchos comentaristas de radio, televisión y prensa escrita han hablado de la debilidad de los gobernadores de los estados de procedencia de los maestros que protestan.

En su reciente visita (la semana pasada) el ex diputado izquierdista Gerardo Hernández Noroña, se fue de bruces al anunciar una manifestación de maestros de la CNTE y de descontentos del SNTE, en esta capital, para oponerse a la reforma educativa recién aprobada por el Congreso federal.

La división que existe al interior del Partido Revolucionario Institucional en Puebla, impide tomar cualquier decisión respecto a su dirigencia estatal.

¿Viene otra revolución? Tal parece que sí, pues en la asamblea nacional de la CNC, que se realiza en Ciudad Victoria, Tamaulipas, con asistencia de delegados de toda la república, así como de gobernadores de varios estados e invitados especiales tanto de México como del extranjero, los campesinos mexicanos fueron exhortados a formar un ejército en contra del hambre, la pobreza y la injusticia.

El pasado fin de semana se llevó a cabo en esta capital la séptima reunión plenaria de los legisladores del Partido Acción Nacional, en la que estuvieron el gobernador Rafael Moreno Valle; el presidente nacional de ese partido, Gustavo Madero, los coordinadores de las bancadas de diputados y senadores panistas, Luis Alberto Villarreal y José Luis Preciado, así como los presidentes municipales de Puebla, en funciones y electo, Eduardo Rivera Pérez y Antonio Gali Fayad.