Friday, 19 de April de 2024


Queremos elegir al mejor candidato, no al menos peor




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La guerra sucia inmoviliza a los electores indecisos, los frustra y hace desistir de apoyar a alguien. Por tanto, baja el porcentaje de participación y la movilización de los partidos se vuelve más crucial que la participación ciudadana. ¿Alguien gana en ese escenario de choque de estructuras?

Los padres fundadores de la democracia contemporánea, aquellos que inventaron el fenómeno de las elecciones, creían de forma optimista que los ciudadanos, puestos a elegir a sus gobernantes, necesariamente elegirían a aquél hombre con las mejores cualidades. Más de 200 años después, los electores nos vemos forzados a elegir no al mejor, sino al menos peor. En vez de democracia, tenemos la llamada “kakistocracia”, un concepto acuñado por el italiano Michelangelo Bovero para referirse al “gobierno de los peores”. Además de millonario, nuestro próximo presidente municipal llegará al poder severamente cuestionado y con pocas posibilidades de pelear la próxima gubernatura. A ese punto llevó a Enrique Agüera y Tony Gali la necesidad de enfrascarse en la batalla de declaraciones patrimoniales: los dos ya lucen muy sucios.

 

 

El jueves por la mañana, el valor de las acciones del candidato Enrique Agüera iba en picada por la incapacidad de su equipo para darle un giro a las acusaciones de formar un patrimonio irregular en sus años como rector de la BUAP. Pero vaya forma de revirar. Si la cuña para que apriete debe ser del mismo palo, un reportaje del programa “Punto de Partida” transmitido por Televisa volteó los ojos del electorado hacia Tony Gali. Toda una ironía puesto que fue Denise Maerker quien creó la leyenda urbana de la riqueza agüerista en 2010. Hasta en eso se igualaron.

 

 

Precisamente: el reportaje de “Punto de Partida”, al exhibir supuestas inconsistencias en el patrimonio del ex secretario de Infraestructura, lo iguala a la figura de Enrique Agüera. En esencia, ambos aspirantes son lo mismo. Los dos provenían del estrato humilde y usaron sus cargos públicos para enriquecerse. Los dos tienen gran capacidad para mentir a sus electores y presentase como figuras honestas. Gobiernan para sí, sus familiares y amigos, y no para el bien de la sociedad. Calumnia, al estilo de Fátima Monterrosa, que algo queda.

 

 

Por el impacto de Televisa, de poco sirvieron la defensa de Agüera en 2010 como de poco sirve la defensa de Gali en 2013: sus argumentos no llegan a la misma cantidad de gente que abarca la televisión y su posterior viralización en redes sociales. Las posibilidades de defenderse, en realidad, son pocas. De nada sirve presentar documentación acerca de la adquisición de bienes inmuebles o comunicados en los que se defiende la integridad de un apellido familiar. La suciedad deja mancha.

 

 

Como hay pocas posibilidades de defenderse ante las medias verdades de “Punto de Partida”, los candidatos a la alcaldía de Puebla se igualan en la posibilidad de atacarse en ejes cruzados. El PRI-PVEM distribuyó miles de videos con el reportaje de Televisa del jueves así como lo hizo con el video editado del viernes negro en la Udlap. La guerra sucia no ayuda a que Enrique Agüera suba en las preferencias electorales, pero que frena el crecimiento de Gali. Pero el war room del morenovallismo ahora sí no se quedó en la baba: con la premisa de confundir el enemigo, también distribuyó miles de videos con el viejo reportaje de 2010. Así, Denise Maerker mancha a los dos.

 

 

¡Qué brillante! Yo estoy sucio, pero tú también. No hay mejor ejemplo de la kakistrocia.

 

 

Cuando arrancó la campaña, el razonamiento común es que teníamos dos excelentes candidatos a la alcaldía de Puebla. ¿Hoy cuántos pensarían lo mismo? En el war room de ambos bandos se equivocan: no queremos elegir al menos peor, sino al mejor alcalde. Por momentos parece que han perdido de vista que se trata de una oportunidad única. Un alcalde que gobernará casi cinco años y puede fincar las bases de un nuevo desarrollo para una metrópoli que se colapsa.

 

 

Hace una semana afirmé que tocar el tema de las declaraciones patrimoniales era una caja de Pandora. Desde que Gali arrancó presentando sus 77 millones de pesos, se mantiene en los mismos 35 puntos porcentuales en el tracking CAMBIO/MAS DATA. Enrique Agüera, a la espera del efecto de las nuevas revelaciones de Punto de Partida, pasó de 29 a 26.3 por ciento, es decir, perdió 2.7 puntos. Y los indecisos, así como lo que dicen que no votarán por ninguno, crecieron a 36.7, son los nuevos líderes de la carrera.

 

 

La guerra sucia inmoviliza a los electores indecisos, los frustra y hace desistir de apoyar a alguien. Por tanto, baja el porcentaje de participación y la movilización de los partidos se vuelve más crucial que la participación ciudadana. ¿Alguien gana en ese escenario de choque de estructuras? Alguien diría que tal escenario es más benéfico para el PRI, pero otros piensan que es el morenovallismo por ser el actual dueño de la plaza.

 

 

De continuar con actual trayecto, uno de ellos ganará la Presidencia Municipal pero los dos perderán el prestigio que labraron por décadas. Habrá quienes piensen que la victoria vale la pena e incluso necesario para llegar al Charlie Hall, pero pierden de vista que el Palacio Municipal sólo es una estación de frente a la elección de gobernador en 2018. ¿Alguno podrá sobrevivir?

 

 

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