Friday, 29 de March de 2024


El nuevo delegado y los doble cara en el PRI estatal




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Los diputados locales del PRI, pues, tienen una doble cara. Pero no son los únicos: montones de priistas mantienen una línea de interlocución directa con Casa Puebla. Golpean y después se disculpan. O primero se disculpan y luego medio pegan. Un dato a tomar en cuenta por Moreno Peña.  

 

A Gustavo Díaz Ordaz le gustaban las bromas sobre su fealdad. En campaña por la Presidencia de la República, en el lejano año de 1963, acuñó una de sus favoritas ante los reporteros cuando les decía: “de verdad, los poblanos no somos dos caras, ¿o a poco creen que si yo tuviera otra cara no me la pondría?”. Inmediatamente estallaba en risas amargas. El nuevo delegado del CEN tricolor, Fernando Moreno Peña, deberá acostumbrarse a la doble cara de los poblanos. Ya tiene un ejemplo a mano: mientras él sostenía su primer encuentro informal con la estructura estatal y municipal, Edgar Salomón Escorza y otros 11 diputados del PRI se reunieron con Eukid Castañón en el hotel Presidente para cobrarle en metálico el favor de enviar a los precandidatos Tony Gali, Jorge Aguilar Chedraui y Pablo Rodríguez Regordosa a comparecer en comisiones y no al pleno.

 

 

A excepción de Gerardo Mejía y Juan Manuel Jiménez, son los mismos diputados que asistieron a un encuentro con Ivonne Ortega y le juraron lealtad eterna al PRI a cambio de que apoyen sus aspiraciones a gobernar sus municipios. Los mismos que prometieron asumir una postura crítica en la glosa del segundo informe pero dejaron escapar a los peces gordos del morenovallismo. Y seguro, de los primeros en ponerse a las órdenes del delegado Moreno Peña. Sí, vaya que son dos caras.

 

 

Por supuesto, Pablo Fernández del Campo nunca se enteró del encuentro con el subsecretario político y principal operador electoral del morenovallismo. Dudo que lo hubiera autorizado porque muchas de las críticas por el colaboracionismo tricolor se dirigen a la gestión de Edgar Salomón Escorza, a quien se acusa de permitir la goleada que le dieron al tricolor en la conformación de los organismos electorales y transparencia. El otro señalado, Fernando Morales Martínez, se encuentra fuera de la política activa.

 

 

Las fuentes confiables dicen que Edgar Salomón y los otros 11 diputados vieron a Eukid Castañón porque Mario Riestra les cerró la llave de los recursos en el Congreso. Y que ante la inminencia de las postulaciones, requieren de recursos para hacer sus informes de gestión en sus distritos. Dinero que Riestra no les quiere dar. Y que no es por vender el favor, pero ellos saben hacer compromisos y cumplirlos como demuestra el hecho de que los peces gordos del régimen comparecerán cómodamente en la oscuridad de las comisiones.

 

 

Para taparle el ojo al macho, los diputados priistas le llevaron una lista de peticiones de gestión y atención sobre “focos rojos” en sus distritos, de los que Castañón tomó nota puntualmente. Que si el tianguis de Tepeaca. Que si los ductos de Pemex en San Martín. Que si la inseguridad en Xicotepec. Pero del verdadero motivo de la reunión —los dineros para los informes de gestión— el subsecretario de la SGG no dio razón concreta y afirmó que debía esperar a que el gobernador Moreno Valle regresara de España.

 

 

Los diputados locales del PRI, pues, tienen una doble cara. Pero no son los únicos: montones de priistas mantienen una línea de interlocución directa con Casa Puebla. Golpean y después se disculpan. O primero se disculpan y luego medio pegan. Un dato a tomar en cuenta por el delegado Moreno Peña ahora que comenzará su inventario de aliados y aspirantes a diputados locales y alcaldes. ¿Puede ganarse una guerra cuando el partido está lleno de infiltrados?

 

 

Por ello, en la rueda de prensa posterior a su toma de protesta, cuando los reporteros lo cuestionaron una vez que la reunión en lo oscurito ya había trascendido, Moreno Peña envió un mensaje sibilino. Afirmó que los desleales al PRI no tendrán cabida en las candidaturas. Evidentemente se refería a los 12 diputados locales de su partido que fueron con Eukid Castañón a solicitarle apoyo económico y a quejarse del maltrato de Mario Riestra Piña. Colimense de nacimiento, quizá su advertencia se dirige a más poblanos una vez que empieza a constatar que muchos de sus soldados tienen una voluntad flaca a la hora de criticar a los morenovallistas.

 

 

El PRI estatal está lleno, si no de traidores, sí de simuladores que en los prolegómenos de la guerra no desean pelearse con el gobernador Moreno Valle, pero que al mismo tiempo quieren quedar bien con su partido para ver qué hueso les toca, ya sea como candidaturas o puestos en las delegaciones.

 

 

¿Cómo distinguir a los infiltrados de los auténticos leales? De entrada veremos qué ocurre con Edgar Salomón Escorza y los otros 11 diputados que acudieron con Eukid Castañón. En una de ésas, les pagan sus informes de gestión y, además, el PRI les da las candidaturas que anhelan. El mejor de los mundos para los doble cara.

 

 

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