Como ocurre en cada proceso electoral, los medios de comunicación poblanos tomarán bando sin hacer explícita su decisión ante sus lectores y audiencias. Periódicos, portales, radio y televisión asumen plenamente su condición de actores políticos. La correlación de fuerzas mediáticas en 2010 favoreció al PRI y a su candidato Javier López Zavala, aunque la sociedad decidió ignorar a los “líderes de opinión” y prefirió votar a Rafael Moreno Valle, a quien muy pocos medios apoyaron abiertamente. Los efectos duraderos de esa fractura aún se resienten, pues casi todos los que se la jugaron con el PRI quedaron fuera de los acuerdos de publicidad. El gobierno morenovallista se ancló en las televisoras, estaciones de radio, tres periódicos y un portal. El resto fue marginado. ¿Cómo jugarán los medios de comunicación en el proceso 2013?

El primer fenómeno a considerar es que los medios “aliados” del gobierno estatal ya no lo parecen tanto. El primero en poner la muestra fue Gerardo Jean, el director regional de Televisa, a quien le tiraban el oro y el morro desde Casa Puebla. Sin embargo, a principios de diciembre algo pasó: Jean prohibió las entrevistas en estudio a los funcionarios del gobierno estatal que se promocionaban de cara a la disputa por la alcaldía. A Fernando Manzanilla, Jorge Aguilar Chedraui y Antonio Gali Fayad les prometieron enlaces “en vivo” para sustituir las entrevistas de estudio.

Pero llegó el 2013 y la televisión sigue apagada, ni entrevistas en estudio ni enlaces, especialmente para el secretario de Infraestructura. La traición se paga barata. ¿De quién recibió órdenes Gerardo Jean para frenar la exposición del visible candidato a la alcaldía del la megacoalición morenovallista? ¿Fue una orden de Televisa México, presionada por el gobierno federal? Por ello, Tony Gali volcó su estrategia hacia Azteca Puebla, donde sigue recibiendo el trato de la casa, una vez que la alianza de Raymundo Alonso Sendino con Casa Puebla se mantiene firme. ¿Por cuánto tiempo?

La recomposición del sistema político, el regreso de la ortodoxia tricolor al gobierno federal, provocará una recomposición del sistema mediático que ya empezó con la actitud de Televisa Puebla y que en poco tiempo abarcará también a las empresas radiofónicas que, en el mejor de los casos, lo único que podrán ofrecerle a Moreno Valle será neutralidad pero no apoyo a su megacoalición. ¿Por qué? Porque las concesiones radiofónicas y televisivas siguen siendo controladas desde la Subsecretaría de Normatividad de Medios de la Segob y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. ¿Alguien cree que no van a apretar a Coral Castillo, Patricio Zorilla, Antonio Grajales y compañía?

Las alianzas mediáticas del morenovallismo en la opinión pública impresa también van a la baja. Su apuesta por El Sol de Puebla no es muy sólida, porque puestos a elegir, la Organización Editorial Mexicana de Mario Vázquez Raña va a tender a proteger sus acuerdos con el gobierno federal y no con la administración poblana. La Corporación Multimedios que edita Milenio demostró en la campaña federal 2012 ser un aliado implacable de Enrique Peña Nieto. Y para sorpresa de propios y extraños, el periódico Síntesis del empresario favorito del régimen, Armando Prida, fue el único medio que replicó la guerra sucia que se desató contra Antonio Gali Fayad en el fin de semana, así como Mario Alberto Mejía en su popular Quintacolumna, quien llamó al secretario de Infraestructura “el feto en el aborto”.

El cambio de la correlación en el sistema mediático se cierra con la expectativa de que el gobierno federal invierta publicitariamente en los periódicos y portales a los que el morenovallismo cerró la llave durante los dos últimos años. Éstos respondieron con una postura editorial crítica que no ejercieron con el marinismo, y tras la asfixia, ven venir el oxígeno del dinero federal. Versiones no confirmadas señalan los primeros encuentros entre enviados de David López, director de Comunicación Social, con directivos de impresos y digitales seleccionados cuidadosamente. Por supuesto, si el gobierno federal garantiza la subsistencia de esos medios, éstos se verán fortalecidos para continuar su diario golpeteo.

Y aunque más tarde que temprano los medios de comunicación definirán su bando, la primera postura es la prudencia. La guerra sucia que se desató en el fin de semana contra Enrique Agüera y Antonio Gali no tuvo una gran repercusión porque, a excepción del periódico Síntesis, ningún otro medio se prestó a darle potencia al ventilador de mierda. En ambos casos, tanto del rector de la BUAP, como del titular de Infraestructura, no tenían más de 500 visitas. La guerra sucia falló porque ningún periodista la replicó ni siquiera en sus cuentas de Twitter.

Los medios de comunicación y sus periodistas, como grupos de interés, se encuentran a la expectativa porque nadie se quiere pelear de entrada con el posible próximo alcalde de casi cinco años. Por supuesto que en las semanas por venir las presiones para definirse con uno u otro grupo van a arreciar. Pero la estrategia luce muy clara: si la guerra va a ser de lodo, va a ganar quien tenga el ventilador más potente. ¿O ya nadie se acuerda que el golpe contra Mario Marín vino de Televisa y de La Jornada? Poco pudieron hace los medios locales ante un tsunami de tal naturaleza.