Wednesday, 24 de April de 2024


Pierden los gobernadores el flujo de dinero federal en educación y salud




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La modificación del Federalismo Hacendario pega fuerte en el bolsillo a los gobernadores en los rubros de educación y salud, que conforman 60 por ciento de las transferencias del presupuesto federal. Ese dinero sólo existirá “de forma contable”, ya que la Federación pagará los gastos directamente y lo cargará al balance de los fondos calculados para los estados

Más allá del cabildeo que Rafael Moreno Valle hace desde la Conago para convencer a los gobernadores emanados del PAN-PRD de las bondades de la reforma energética, su semestre al frente de la Conago podría pasar a la historia por el profundo replanteamiento del Federalismo Hacendario incluido en el paquete económico entregado el domingo pasado en San Lázaro. Hasta ahora todos los analistas se han concentrado en las modificaciones impositivas, pero han pasado por alto las relativas al gasto dedicado a las entidades federativas, especialmente en tres rubros: el financiamiento a la educación, las transferencias en materia de salud y la modificación de las fórmulas para repartir los fondos para combatir la pobreza extrema. Las dos primeras le pegan fuerte a los gobernadores en su bolsillo, ya que la Federación plantea asumir directamente el pago de los salarios de los maestros y ya no transferir el dinero a las arcas estatales. Y la propuesta de los fondos de salud va en el mismo sentido: la Federación entregará en especie a los estados los medicamentos y pagará directo a los proveedores.

 

 

La modificación del Federalismo Hacendario pega fuerte en el bolsillo a los gobernadores en los rubros de educación y salud, que conforman 60 por ciento de las transferencias del presupuesto federal. Ese dinero sólo existirá “de forma contable”, ya que la Federación pagará los gastos directamente y lo cargará al balance de los fondos calculados para los estados.

 

 

Sin ese dinero, los gobernadores perderán miles de millones de pesos que hoy reciben en transferencias. Perderán el control de las plazas magisteriales. Al eliminar la doble negociación, la obediencia de los dirigentes seccionales del SNTE. Y ya para terminar, el enorme hoyo negro en materia de aviadores incrustados en las SEP estatales. Nada más.

 

 

En el centro del debate se va a ubicar el modelo de financiamiento a la educación. Ya el gobernador Graco Ramírez había adelantado las líneas generales del proyecto en la última reunión ordinaria de la Conago en Mazatlán. El planteamiento parece sencillo pero no lo es. Desde la descentralización de los años 90, la Federación envía a las entidades el gasto de nómina de los maestros a través del FAEB. Por ejemplo, por ese concepto Puebla tiene previsto para el próximo año recibir 15 mil millones de pesos. Pero con la reforma educativa ahora el control de las plazas pasa a control de la Federación mediante el Sistema de Información y Gestión Educativa. Y han decidido que esas plazas las pague directamente la Federación con cargo contable a un nuevo fondo denominado Fondo de Aportaciones de Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE) que sustituye al FAEB.

 

 

Los estados, pues, pierden miles de millones de pesos que eran transferidos a sus tesorerías, y el dinero ahora sólo existirá de forma contable.

 

 

Pero la sangría a los gobiernos estatales no para ahí. De acuerdo con la propuesta a la Ley General de Salud en su artículo 77 bis 15, la transferencia de recursos federales podrá hacerse directamente a la Tesorería de los estados o en “especie” de acuerdo con los lineamientos que emita Hacienda. Ayer, en entrevista con López Dóriga, Luis Videgaray detalló un ejemplo de esas transferencias en especie con el caso de los medicamentos: en vez de que el gobierno federal transfiera el dinero para su compra, los adquirirá directamente y hará entrega de ellos a los estados. En otras palabras: los gobiernos estatales ya no licitarán la compra de los medicamentos y otros servicios médicos, sino que será adquiridos directamente por la Federación. ¡Tómala!

 

 

Por supuesto que Videgaray también le dio un mejoral a los gobernadores para hacerles más fácil el trago amargo de perder las transferencias federales en materia de educación y salud. Por ejemplo, en la Ley de Coordinación Fiscal se plantean incentivos para aquellos estados y municipios que incrementen su recaudación del impuesto predial como una forma de generar recursos propios a través del Fondo de Fortalecimiento Municipal (Fortamun).

 

 

Otra modificación importante, y que sí beneficia a Puebla, es la modificación en la fórmula para calcular el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS). En lugar de utilizar los datos censales del INEGI, ahora se servirá de los datos proporcionados por Coneval en materia de pobreza y pobreza extrema. Y ahora que nos encontramos en el tercer lugar del ranking nacional, seguramente nuestros recursos se verán incrementados.

 

 

Resumiendo: con la reforma fiscal de Peña Nieto, los ricos lloraron por la pérdida de muchos regímenes de privilegio. Pero con las modificaciones al gasto y el reordenamiento del Federalismo Hacendario, también le tocó perder a los gobernadores que ya no dispondrán libremente del flujo de recursos en materia de educación y salud, que en muchos casos representan el 60 por ciento de los ingresos federales. Con esta reforma, Moreno Valle pasará a la historia en la presidencia temporal de la Conago. Esto sí es legado.

 

 

 

 

 

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