Tuesday, 30 de April de 2024

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La subasta del PRD: ¿quién da más, EPN o RMV?




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El diputado Antonio Gali, hijo del secretario de Infraestructura, ha sido el principal negociador con “Los Chuchos”, que no rebajan el nivel de sus exigencias. Quieren candidaturas en casi cien alcaldías, 10 diputaciones de mayoría y tres plurinominales, entre las que se cuenta una para De la Rosa  

 

El morenovallismo anda desconcertado con la actitud del PRD, la última pieza que falta por amarrar de la nueva megacoalición que enfrentará al PRI en los comicios intermedios de julio. Y es que los dirigentes del Sol Azteca, específicamente la corriente de “Los Chuchos”, les dicen que sí, que no se preocupen, que todo va muy bien. Pero no les dicen cuándo, lo que a más de uno le hace sospechar que Luis Miguel Barbosa y sus muchachos pueden acabar fingiendo demencia. El nacimiento de la nueva súper alianza luce retrasado si comparamos las fechas de alumbramiento de Compromiso por Puebla, que en la semana del 15 al 19 de febrero de 2010 aprobó en fast track todos sus consejos políticos nacionales y estatales. La última, precisamente, fue la del PRD, que debió sesionar en México e inmediatamente se registró ante el IEE.

 

 

Pero ahora el PRD se maneja en tiempos diferentes. Según Eric Cotoñeto, el Consejo Político Estatal votará hasta el 26 de febrero la decisión de ir o no en alianza. Y de acuerdo con fuentes nacionales del Sol Azteca, el Consejo Nacional sesionará con el tema hasta la segunda semana de marzo. Es decir, aunque Juan Manuel Oliva dio por hecho la firma para esta semana, es evidente que la nueva megacoalición todavía no está firme y se puede caer de última hora para abarcar únicamente al PAN, a Nueva Alianza y a Compromiso por Puebla. ¿Y eso es una megacoalición?

 

 

A los operadores morenovallistas les asaltan varias dudas: ¿por qué tarda tanto el PRD en analizar el caso Puebla si ya han pactado en otras seis entidades, como Baja California? ¿Negocia al mismo tiempo con el PRI para al final ir solo, las corrientes del partido condicionan la firma o en realidad aprovechan la dilación para subastarse el mejor postor?

 

 

Aunque Luis Miguel Barbosa ha sido un aliado sólido y creíble para Moreno Valle, por lo que no deberían dudar de su palabra, en realidad la nueva megacoalición se atora porque a diferencia de lo ocurrido en 2010, ahora hay otros postores en la mesa. El gobierno federal calderonista incentivó a “Los Chuchos” a adherirse a la alianza y éstos tuvieron un pretexto para las bases inconformes: había que sacrificarse por el objetivo de sacar a Mario Marín de Casa Puebla.

 

 

Pero ahora el gobierno federal de Peña Nieto es un nuevo postor en la mesa que apuesta para dificultar la megacoalición en Puebla y seducir a “Los Chuchos” para que vayan solos. Dos, la cúpula nacional del Sol Azteca no tiene argumentos para vender a sus bases la alianza ya que ahora el objetivo es blindar a Moreno Valle y no sacar a Marín del poder. Y tres, pese a que el morenovallismo le cumplió en términos financieros a “Los Chuchos”, para las bases no hubo espacios ni posiciones en el gobierno pese al ingreso tardío de Miguel Ángel de la Rosa a una subsecretaría de la SGG. Cuatro, gracias a López Obrador en 2012 el PRD fue el partido ganador en Puebla, por más que le duela al PAN. Y como tal se quieren vender.

 

 

Así que “Los Chuchos” tienen todos los pretextos para encarecer la negociación con el morenovallismo. Por eso Barbosa da el sí pero no el cuándo. En 2010, al PRD le correspondieron 43 municipios, seis diputaciones de mayoría, dos plurinominales y un aumento considerable en sus prerrogativas. Pero ahora quieren más alcaldías, diputaciones, porcentaje de votación y financiamiento. Tanto como le corresponde a la primera fuerza electoral, dicen.

 

 

El diputado Antonio Gali, hijo del secretario de Infraestructura, ha sido el principal negociador con “Los Chuchos”, que no rebajan el nivel de sus exigencias. Quieren candidaturas en casi cien alcaldías, 10 diputaciones de mayoría y tres plurinominales, entre las que se cuenta una para Miguel Ángel de la Rosa, así como un incremente sustancial en su porcentaje de votación dentro del convenio, que a su vez incidirá en la asignación de prerrogativas. El PRD, pues, se vende caro y no cede en sus pretensiones.

 

 

El problema no es qué tan caro o barato resulta comprar al PRD. El problema es que ya no hay espacios en la hipotética alianza porque el Yunque se llevó lo mejor: tres diputaciones en la capital y la mitad de la planilla de regidores. Al morenovallismo le faltan espacios para colocar a sus alfiles, con los que pretende asegurar el control y la operación del próximo Congreso y Cabildo. Espacios que tendría que ceder al PRD o, en su defecto, incrustar a sus incondicionales como abanderados del Sol Azteca.

 

 

En los siete distritos de la capital hay que acomodar a los tres del Yunque, a Jorge Aguilar Chedraui, Patricia Leal, Ángel Trauwitz y al panalista Gerardo Islas. O no hay espacio para el PRD o alguien tendrá que irse al Sol Azteca. Pero ni ellos quieren, ni “Los Chuchos” desean recibirlos.

 

 

Las negociaciones continúan y “Los Chuchos” suben el precio. Se ignora, sin embargo, si negocian al mismo con el gobierno federal. Porque puestos a subastar, claro que Enrique Peña Nieto tiene más para ofrecer que Rafael Moreno Valle. Pura real politik.

 

 

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