Abarcaron mucho y apretaron poco. Esta puede ser una de las conclusiones ante lo que ya luce como una reforma hacendaria descafeinada tras el anuncio de la cancelación del IVA a colegiaturas, así como venta-renta de casa habitación que dejará al gobierno federal sin 40 mil millones de pesos. Ese paso atrás de Peña Nieto, por más que se afirme se trata de un movimiento fríamente calculado, le ha dado impulso a los grupos de presión que buscan retirar otras medidas impositivas que dañan sus intereses. Tales presiones se intensificarán a lo largo de la semana cuando los legisladores federales arrancarán la carnicería para aprobar la Miscelánea Fiscal, que debe quedar lista para el próximo domingo 20 de octubre. Luego, irán por el Presupuesto Federal 2014, en donde los gobernadores pelearán por mantener los fondos federales de educación y salud que en la propuesta original les ha sido arrebatado.

En medio de la discusión se revelará el misterioso destino de la reforma energética cuando se defina el régimen fiscal de Pemex y su contribución al presupuesto nacional a través del cálculo precio de barril del petróleo.

Como se había previsto, la congestión legislativa le quitó margen político al presidente Peña Nieto y a sus operadores que ya negocian concesiones en todos los rubros. Después de embarcarse en proyectos de gran calado, todo indica que nuevamente habrá reformitas que costarán caro en especial al PRI pero que no le darán al gobierno federal el dinero suficiente para hacer reflotar la imagen del presidente lastrado por su pobre 55 por ciento de aprobación a su gestión.

Aunque Hacienda no quería ver a los gobernadores cabildeando recursos en San Lázaro, la presión conjunta de los mandatarios rompió el cerco de control y poco a poco, discretamente, se van apersonando para tomar en sus manos las negociaciones presupuestales e impositivas.

Por ejemplo, el gobernador Moreno Valle comió ayer con toda la bancada de diputados federales del PAN, encabezados en San Lázaro. La reunión fue discreta pero efectiva: el mandatario estatal les pidió su apoyo para que Puebla, uno de los bastiones panistas, pueda acceder a mejores recursos de los originalmente presupuestados. De acuerdo con las estimaciones originales, Puebla recibirá un incremento del 6 por ciento respecto del PEF 2013, el más bajo desde que el morenovallismo llegó al poder. En términos reales, Puebla recibiría poco menos de 4 mil millones de aumento, con lo que el presupuesto federalizado quedaría en 66 mil millones de pesos. Muy poco para las necesidades del estado. Y del PAN.

Pero para el gobierno estatal no es sólo importante cuánto recibe, sino cómo lo recibe. Moreno Valle expuso a la bancada panista, por ejemplo, que el Ramo 23 apenas le fue liberado hace dos semanas, en una clara muestra del subejercicio. También, por ejemplo, hasta el momento la Federación no ha radicado el dinero para la modernización del periférico ecológico, y ya quedó claro que no llegará, sino que los mil 350 millones se ejercerán por completo en 2014.

Además del gobernador poblano, estuvieron ahí el alcalde electo Tony Gali con su propia carpeta de proyectos por el orden de mil 800 millones, elaborado y respaldado por el edil en funciones Eduardo Rivera Pérez.

Pero el gobernador poblano no es el único que se sube a la pasarela, pues la fracción tiene previsto recibir al gobernador electo de Baja California Kiko Vega, y después a Guillermo Padrés.

Así pues, las presiones están desatadas. La industria refresquera trina por el impuesto al refresco y empuja a los legisladores que recibieron contribuciones a buscar un esquema de sustitución. Lo mismo ocurre con la industria maquiladora y la automotriz por el IVA a las importaciones temporales, así como los organismos empresariales a los esquemas de deducción al ISR.

La tortura fiscal durará hasta el próximo domingo y el saldo final de la batalla podría ser una reforma hacendaria sumamente descafeinada, mientras en la congeladora sigue la energética y al mismo tiempo se procesa la reforma electoral que desaparecerán todos los organismos locales para sustituirlos por el Instituto Nacional de Elecciones, que incluso ya tiene dominio en internet registrado por el IFE, tal como revela CAMBIO en su edición de hoy.

¿Cuántos bodrios nos entregarán nuestros legisladores federales en las tres semanas por venir?